PARSHAT SHMINI 2024: ¿MEAIN IABO EZRI?, ¿Dónde encontraremos ayuda?

Erev Shabat: 5 de octubre.  

182 días de dolor,  de quebranto, de silencios y de palabras. 182 días de una batalla que Israel no eligió, que le impuso el terrorismo asesino y bárbaro.  182 días desde que los reservistas fueron convocados en cantidades inusuales, 182 días desde que el monstruo del discurso de odio antisemita, que pensábamos aplacado, resurgió con una virulencia y una ignorancia criminal inusitada, a nivel global.

Muchos de nosotros nos sentimos rotos, con pocos momentos de optimismo, con una sensación de orfandad alarmante, y sin palabras suficientes para batallar con una realidad que se plantea adversa y en proporciones desconocidas desde la Shoah.

 ¿Cómo encontramos fuerza, consuelo y esperanza ? ¿Cómo saldremos de esta crisis? ¿MEAIN IABO EZRI?, ¿desde qué lugar llegará mi ayuda?

La parashá de esta semana,  «Shmini», contiene algunos momentos que pueden ser una brújula para todo lo que nos ha estado pasando en los últimos meses.

Como en Simjat Torá 2024 , nuestro parashá comienza con un día festivo, un día muy feliz. Después de un arduo trabajo, finalmente se erige el tabernáculo, el centro espiritual del pueblo en el desierto.

El día de la dedicación del tabernáculo es un día de bendición, oración y emoción. Pero entonces, en medio de la celebración, como en medio de las danzas de Simjat Torá en Nova, ocurre una terrible tragedia.

“Tomaron los hijos de Aarón Nadáb y Abihú- cada cual su incensario y pusieron en ellos fuego sobre el cual colocaron el incienso y ofrecieron ante Adonai fuego profano , lo que Él no les había prescripto. Empero salió un fuego de ante Adonai y los consumió y ellos murieron ante Adonai.”

Desde el colmo de la alegría hasta el colmo del dolor. Los dos hijos de Aarón HaCohen mueren en el pico de actividad en el Mishkán. En el día más festivo y feliz de su vida, Aarón HaCohen se convierte en un padre desconsolado,  AV SHAKUL.

Moshé intenta palabras de consuelo, y qué nos dice el texto respecto de Aarón: VAIDOM AARÓN, Aarón permaneció en silencio.

Estas dos palabras significan básicamente, que a veces no hay palabras. Ante la gran pérdida, Aarón guarda silencio.  Aarón que  era el portador de la palabra  de Moshé y que fue designado especialmente para hablar con el Faraón y los israelitas, en este momento de inmenso dolor queda paralizado, callado.

La capacidad de guardar silencio en determinados momentos de la vida y de la historia es una cualidad muy importante. Expresa la conciencia de que hay algo inconmensurable, inentendible que no puede ser definido por nuestras percepciones humanas.

 «El silencio es la más bella de las voces», afirma un antiguo dicho jasídico. El silencio no es pasividad, no es simplemente falta de palabra. El silencio es una declaración activa, llena de poder. Es la elección de observar la realidad, reflexionar, pensar, no sacar conclusiones precipitadas y decidir dónde comienza el proceso de curación y restauración, para cada uno de nosotros.

Moshé se dirige entonces a los dolientes, a Aarón y a sus dos hijos supervivientes, Eleazar e Itamar, se acerca amorosamente a un padre y unos hermanos desconsolados,  y les transmite un mensaje importante y esperanzador:  no están solos.

Este episodio terrible,  no es privado, es nacional. Tenes hermanos, toda la casa de Israel, sos parte de una gran familia, y ellos llorarán esta desgracia junto contigo.

¿Y cuál es el mensaje de Dios para Aarón? Recibe instrucciones sobre el trabajo correcto y preciso del Mishkán de ahora en adelante. Es decir, Aarón se recupera, vuelve a la vida, a su papel, a su misión en el mundo. Este es el comienzo de su consuelo.

¿Y nosotros ahora qué?

Nosotros cambiamos y cambió el mundo.  La cantidad de personas alrededor del mundo que han cambiado desde Simjat Torá, para bien y para mal, es enorme.

A Israel llegan delegaciones a ayudar,  a documentar, a acompañar a las familias dolientes, a las de los secuestrados, a apoyar a los jaialim que defienden nuestro hogar nacional.

En cada comunidad judía alrededor del mundo, se alzan voces para detener el discurso de odio que pretende consumirnos. Voces de nuestra familia ampliada, en un coro global – todos los judíos de bien alrededor del mundo – y voces, que con sus palabras se asemejan a los actos de los Justos de la Humanidad.

Todos estamos más cerca unos de otros. Hemos cambiado para siempre.

Seguiremos exigiendo por la liberación de los secuestrados, por el bienestar de nuestros jaialim y jaialot y por la paz para todo el pueblo de Israel.

Desde nuestro ancestral entramado, como familia orientada por valores,  llega y se consolida la ayuda que cada uno de nosotros necesita para seguir adelante y renovar nuestra esperanza.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

Batia D. de Nemirovsky

TZAV 2024. SACRIFICIOS HOY

Parshat Tzav, que aborda los rituales de sacrificio y el papel de los sacerdotes en el antiguo culto judío, nos proporciona una plataforma para reflexionar sobre la responsabilidad de la sociedad y sus líderes tanto en lo profano como en lo consagrado.

La Haftara de Tzav, que a menudo se toma del libro de Jeremías, también ofrece una perspectiva relevante sobre la responsabilidad de la sociedad y sus líderes. Jeremías advierte sobre las consecuencias de la injusticia social, la corrupción y la falta de ética en el liderazgo. En lugar de centrarse en los rituales externos, enfatiza la importancia de la justicia, la misericordia y el amor al prójimo como verdaderas expresiones de devoción a Dios.

¿Y nosotros hoy qué?  ¿cómo resignificamos el sentido del ritual de los sacrificios?

El 7 de octubre, los ataques indiscriminados contra civiles, el uso de escudos humanos y la incitación al odio representan una grave violación de los principios éticos y humanitarios.

La situación actual del terrorismo perpetrado por grupos como Hamás contra el pueblo de Israel y los judíos en todo el mundo añade una capa adicional de urgencia a la responsabilidad de la sociedad y sus líderes.

En el contexto de la Parashá Tzav y la Haftara correspondiente, los horrores del terrorismo de Hamás refuerzan la necesidad de una defensa justa y proporcionada por parte del Ejército de Israel, así como un compromiso inquebrantable con los valores éticos y espirituales que sustentan, Tzahal, la sociedad judía y la civilización judeocristiana en su conjunto.

Así como los sacerdotes tenían la responsabilidad de mantener la pureza ritual y la conexión con lo divino, los líderes contemporáneos deben promover la moralidad, la compasión y el respeto por la vida y la naturaleza.

Esto implica cultivar una cultura de integridad, servicio y solidaridad, donde cada individuo se sienta valorado y respetado en su unicidad.

Así como los sacerdotes en la antigüedad tenían la responsabilidad de asegurar que los sacrificios fueran realizados de manera correcta y justa, los líderes contemporáneos deben velar por el bienestar de todos los miembros de la sociedad, sin distinción de origen étnico, religión o estatus social y condenar inequívocamente el terrorismo y los discursos de odio, denunciarlos sin condicionamientos, ni especulaciones, para que sus voces sean escuchadas.

La gran pregunta que nos plantea Parshat Tzav hoy, no es “¿Por qué se ordenaron los sacrificios en primer lugar?” sino más bien: “Dado lo centrales que eran para la vida religiosa de Israel en la época del Templo, ¿cómo sobrevivió el judaísmo sin ellos?”

La respuesta breve es que, de manera abrumadora, los profetas, los sabios y los pensadores judíos de la Edad Media se dieron cuenta de que los sacrificios eran representaciones simbólicas de procesos de la mente, el corazón y las acciones, que también podían expresarse de otras maneras.

Tikun Olam, Kdushat Jaiei Haadam y Gmilut Jasadim, son preceptos que lo corroboran cada instante

No abandonamos el pasado. Todavía nos referimos constantemente a los sacrificios en nuestras oraciones. Pero no nos aferramos insensata e irresponsablemente al pasado, ni nos refugiamos en la irracionalidad de creer que es sólo por la divina providencia que las cosas mejorarán.

Nuestros ancestros y familiares pensaron en el futuro y con enorme sacrificio, crearon instituciones como la sinagoga, las casas de estudio y las escuelas que lograron mantener y nutrir la identidad judía incluso en las condiciones más adversas.

Ese no es un logro pequeño. Con el tiempo, todas las civilizaciones más importantes del mundo se han extinguido, mientras que el judaísmo siempre ha sobrevivido.  En nuestra historia antigua, fue la previsión de figuras como la de Rabban Yojanan ben Zakai, las que resistieron el colapso cognitivo, crearon soluciones hoy para los problemas del mañana, no buscaron refugio en lo irracional y silenciosamente construyeron el futuro judío.

Aquí encuentro una respuesta para el pueblo judío de hoy: seguir planificando para las generaciones venideras. Pensar en tiempo futuro, y considerando los peores escenarios preguntarnos: “¿Qué haríamos si…”

Lo que salvó al pueblo judío no fue sólo su fe profunda y permanente, sino su capacidad obstinada de no abandonar jamás el pensamiento racional y, a pesar de su lealtad al pasado, seguir planificando para el futuro, con enormes sacrificios.

A cada uno de nosotros, y como ofrenda a los esfuerzos de nuestros antepasados, nos incumbe el compromiso de trabajar incansablemente para frenar la oscuridad que se cierne sobre la humanidad toda, abordar sin resquemor el origen de sus raíces más profundas, y seguir alzando nuestras voces para ser escuchados por los lideres del mundo civilizado, para que todos los integrantes de nuestra familia ancestral, regresen a sus hogares y el terror deponga sus armas.

#BringThemBackNow

#AMISRAELJAIVEKAIAM

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

Batia D. de Nemirovsky

SHABAT ZAJOR 2024: ¡¡MEMORIA!!

Vaikrá es el tercero de los Cinco Libros de la Tora y se supone que comienza un nuevo capítulo en la vida de la incipiente nación israelita que vaga por el desierto.

 Pero, a diferencia de los otros cuatro libros, este comienza con la vav ha-hippuj .

 Normalmente, esta letra sirve como prefijo que significa «y», «pero» y, a veces, «o», y la palabra que sigue está en tiempo imperfecto (una acción incompleta). Pero cuando esta letra tiene un “pataj”  (línea recta bajo la letra) y la siguiente tiene un dagesh  (punto) dentro, “da la vuelta al verbo declinado en futuro y lo transforma en algo que sucedió ” y por eso VAIKRA se traduce en este caso  “ y llamó” alertándonos sobre la posibilidad de que quizás este texto sea realmente una continuación del libro de Shemot /Éxodo.

El final de la lectura de la Torá de la semana pasada,  Pekudei , nos dice que cuando Moshé terminó el trabajo de establecer el santuario, la Presencia Divina llenó el santuario. Debido a esto, Moshé no pudo entrar a la Tienda del Encuentro. ( Éxodo 40:33-35 ). Ahora que el mishkán y su mobiliario estaban completos, era hora de que Dios diera más instrucciones sobre lo que sucedería en este espacio sagrado.

 VAikrá el Moshé – y entonces… Dios llamó a Moshé… y la conversación y las instrucciones continúan, sugiriendo básicamente una continuación de la narrativa y una acción perfecta (completada).

Y aquí llegan los korbanot , ofrendas de sacrificio.

Una cantidad importante de instrucciones acerca de cómo se debían realizar estos sacrificios rituales; la matanza del animal, el corte de sangre, las ofrendas de granos, de comida etc. Variedad en la cantidad y calidad de las ofrendas que nos indican que todos tienen algo para ofrecer.

Este Shabat es el anterior a Purim,  Shabat Zajor, el Shabat del Recuerdo el Shabat de la Memoria, donde leemos el pasaje de Dvarim(25:17-19) en el que Moshé indica con firmeza a los Hijos de Israel,   que recuerden a Amalek:  “Recordar has lo que te hizo Amalek, en el camino en vuestro salir de Egipto.

Que te había sorprendido en el camino y aniquiló a todos los débiles en tu retaguardia; cuando tú estabas cansado y extenuado. Y no temió a Elohím.

Y será que al conceder reposo Adonai tu D’s., a ti, de todos tus enemigos de en derredor, en la tierra que Adonai tu D’s., te concede a ti por heredad para poseerla: habrás de borrar la mención de Amalek de bajo los cielos; no olvides”.

Quizás lo que necesitamos recordar no es lo que hizo Amalek, sino lo que hicimos y lo que no hicimos. Luchamos contra Amalek y prevalecimos, pero no hicimos todo lo posible para proteger a nuestro propio pueblo.

A través de nuestras historias y nuestras memorias aprendimos que:

No hicimos nuestro mejor juego.

Confiamos en exceso en nuestras presunciones.

Nos la creímos.

No vimos las señales y desestimamos las advertencias de quienes las vieron.

No depusimos nuestras duras posiciones para tratar de comprender.

No nos acercamos suficientemente a los otros.

Parshat Vaikrá nos dice que cuando traemos un Korbán, una ofrenda de sacrificio, debe ser de lo mejor de nosotros y, por lo tanto, tenemos que poner lo mejor de nosotros en juego deponiendo mezquindades y egoísmos,

La palabra korbán tiene la raíz kuf-resh-beit, que significa «acercarse».

En este Shabat Zajor , previo a Purim, que nos resulta muy complejo celebrar este año – Purim que acá en la Argentina coincide con el Día de la Memoria – encuentro en tres términos vinculados con nuestra lectura semanal una oportunidad de repensarnos como individuos como sociedad y como Comunidad:

Vaikra:  llamado a la acción,

Korban: acercamiento

Zajor, Zikaron: Memoria, sin la cual no sabemos quiénes somos, que se espera de nosotros y cuales son las causas que hoy nos convocan a unirnos en nuestra diversidad para poder una vez más superar al Amalek  del presente.

Que al mantener firmemente grabado en nuestra mente el recuerdo de nuestra postura decisiva contra la negatividad (simbolizada por Amalek), nos fortalezcamos y pongamos en juego la resolución inquebrantable de enfrentar su influencia persistente en el presente.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

JAG PURIM SAMEAJ (a pesar de todo)

Batia D. de Nemirovsky

PARSHAT TETZAVE: DRESS CODE, CORAZON Y SABIDURIA

Parshát Tetzave comienza con el mandato de mantener encendido el Ner Tamid, siempre. Una llama ilumina y da calor. La luz es símbolo de valores, de bondad, la moralidad y justicia.

Continúa la Parashá con la descripción y pautas en extremo técnicas, (dignas de un buen tutorial), relativas a la confección de las vestimentas de los sacerdotes, y con las instrucciones para las ceremonias de sacrificio del novillo y los carneros y el montaje del altar en el que éste se llevará a cabo para consagrar la investidura del Sumo Sacerdote.  Finaliza nuestra Parashá haciendo referencia al Ktoret, incienso aromático que debe ser quemado cada día al encender las lámparas.

Cuando me conecto en el bagaje cultural del judaísmo, me centro en los valores y en la dimensión social y espiritual de las cosas.

Tenemos como Pueblo una extensa biblioteca en las que la moral ocupa un lugar destacadísimo.

Ya no tenemos un Ohel Moed, el Mishkan ya no existe, han desaparecido los sumos sacerdotes. En este contexto, parecería que este parashá es una pieza de museo tendiente a enseñarnos algunas de las tradiciones y costumbres de nuestros antepasados.

Está por comenzar el ciclo lectivo. Recuerdo la pregunta recurrente de cada mañana al despertar, cuando era pequeña, antes de vestirme para ir al colegio: ¿qué me pongo? ¿cómo me visto debajo del guardapolvo blanco?

Si, pertenezco a la generación de las «blancas palomitas» desde el comienzo de la primaria hasta la finalización de la escuela media o secundaria.

¿Cómo nos vestimos para ir al colegio o al trabajo? ¿Qué libertades tenemos? ¿Qué limitaciones se nos imponen? ¿Son estas restricciones explícitas (se nos dice qué hacer) o implícitas (se supone que debemos adivinar)? Y en este último caso, ¿qué pasa con las personas que no “adivinan”?

La pregunta en nuestro parashá es la misma, excepto que estas preguntas se aplican a los sacerdotes. ¿Cómo debían vestir, qué libertad tenían, quién se encargaba de confeccionar su ropa?

La ropa y la apariencia tienen una gran importancia en lo personal. Es una necesidad primordial para proteger el cuerpo del frío y las lesiones.También representa una necesidad social, somos juzgados por nuestra apariencia. 

El texto de la Torá no ignora este tema. Se podría haber imaginado que los sacerdotes se las arreglarían solos para confeccionar su traje ceremonial. Ellos habrían sido los encargados de diseñarlo y ejecutarlo. También podrían haber impuesto su propio estilo, puesto su ropa al servicio de sus propias ambiciones, lo cual contrariaba desde el vamos la escencia misma de la ética judía, en incipiente desarrollo en el desierto.

Me pregunto: ¿Cómo conectamos el núcleo de valor moral del judaísmo (el Ner Tamid) con los instructivos para coser, cocinar y ensamblar, requeridos por los antiguos rituales judíos en el Tabernáculo?

Una posible respuesta se encuentra en el capítulo 28 versículo 3, al comienzo de la parashá: “Empero tú hablarás a todos los de corazón sabio, a quienes Yo he colmado con espíritu de sabiduría Y ellos harán los ropajes de Aharon para consagrarlo, para servirme a Mí”

Las dos expresiones que aparecen aquí, «sabios del corazón» y «espíritu sabio», parecen un poco forzadas. Después de todo, la sabiduría y el corazón no están necesariamente relacionados. Sin embargo, el uso de estas dos frases, muy próximas entre sí pueden darnos pistas ciertas acerca de la conexión entre pensamiento y acción.

El pasado 20 de febrero se conmemoró el «Día Internacional de la Justicia Social».

Solidaridad y Justicia Social son expresiones que en estos días deberíamos escuchar permanentemente. 

Pensar o suponer que la justicia social, la solidaridad y los valores pueden tener un correlato en la cotidianeidad de nuestra sociedad por decreto o con instructivos y tutoriales, como los que encontramos en la Parashá respecto de las vestimentas, los sacrificios y el altar es al menos, una necedad

Cuando se trata de «la vida misma» y de nuestro futuro necesitamos que quienes “cosen y cocinan” puedan explicarnos y dar cuenta no sólo de aquello en lo que creen, sino también de la forma en que pretenden cumplir estas creencias y de los valores que pondrán en práctica.

Si deseamos arribar a la concreción de este concepto esquivo llamado «justicia social», estamos obligados a conectar el corazón y el espíritu con la sabiduría y el pensamiento.

De esta manera podremos dirigirnos hacia un horizonte que nos llevará, paso a paso, hilo a hilo y encastre tras encastre por el largo y arduo camino hacia el destino que nos hemos fijado.

Ojalá podamos llegar con Salud y Paz, con todos los rehenes de regreso en el seno de sus familias. Ojalá podamos confiar en ser agraciados con un liderazgo con corazón y sabiduría para que puedan lograrlo ya.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

Con afecto y ansiando una luz de esperanza

Batia D. de Nemirovsky

REFLEXIONES SOBRE PARSHAT YITRO. UN PACTO, EN EL CONTEXTO DE FUEGO, HUMO, RAYOS, TRUENOS Y VOCES FUERTES

Esta Parashá lleva el nombre del suegro de Moshé.  Yo diría que es hora de empezar a referirnos a YITRO como el mejor asesor organizacional, que podía haber tenido Moshé, en un momento clave, fundacional para el conglomerado de personas que el lider estaba llamado a transformar en un Pueblo con una cosmovisión compartida. Es efectivamente Yitro quien le acerca a Moshé una propuesta que será muy significativa, no sólo para la gestión de un sistema judicial adecuado sino para el ordenamiento y la armonización de procedimientos que garanticen equidad y la presencia atenta de funcionarios formados y honestos que se responsabilizarán por el pueblo.

Un sistema judicial debe basarse en la verdad, en pruebas que no contengan mentiras. Este principio nos recuerda que incluso en la era de las narrativas existe la verdad. Este año recibimos un recordatorio de que incluso un tribunal respetado como el de La Haya, o las Naciones Unidas y una serie de otros organismos con nombres impresionantes, pueden apegarse a una mentira y escuchar falsos testimonios y tomar decisiones falsas.

Pero el núcleo de nuestra lectura de este Shabat es MAAMAD HAR SINAI, el pacto en Sinaí. No se trata de un evento extraordinario y milagroso, como fue el cruce del Mar Rojo al que siguió una celebración emocionante y festiva. Es precisamente esta Parashá, la que nos confronta con un clima que puede resultar estremecedor, especialmente para quienes, como los recién liberados esclavos, no cuentan aun con recursos internos adecuados para hacer frente a lo imprevisible.

Una nube pesada cubre la montaña, el humo se eleva sobre ella desde un gran fuego, voces y truenos fuertes sacuden la tierra y los corazones.

Los hijos de Israel están en un estado de ignorancia y falta de control sobre todo lo que está pasando.

Se paran al pie de la montaña cuando Moshé asciende a ella y entra en la niebla desconocida.

El líder único del pueblo se aleja hacia lo misterioso y el pueblo permanece ansioso, expectante y desorientado.

En lo personal, la niebla me genera inquietud y tal vez miedo. Aunque a veces, ante desgracias, injusticias e imprevistos, mi cuerpo y mi entendimiento se entumecen y se congelan, tengo siempre viva la voz interna que grita y busca claridad.

Y en esa claridad encuentro las ganas de volver a transitar por los lugares en los que a lo largo de nuestra historia sentimos y encontramos seguridad.

¡Claro que tenemos que volver!

No es sencillo encontrar el camino en tiempos en que la niebla que nos rodea en todas las áreas de nuestra cotidianidad, nos produce por momentos desesperación y vértigo.

Los pasos son lentos, el camino de regreso al lugar resguardado e invulnerable se ve distante. Pero no hay posibilidad de retroceder, hay que avanzar.

Creo fehacientemente que cuando hablamos de Parshat Yitro, de esa escala en el desierto que fue SINAI, todos deberíamos poder sentir, decir y gritar: YO TAMBIÉN ESTUVE ALLÍ.

Y al pie del monte acordamos una lista de condiciones, nos consagramos, firmamos un pacto que incluye los fundamentos sobre los que las personas de bien, construimos cada día la casa común.

Y allí aprendimos que incluso en la indefinida realidad, cuando la desesperación llama a nuestra puerta, es importante seguir avanzando, tocar la niebla, aprender a convivir con ella a nuestra medida y descubrir algo nuevo, algo asombros, algo alentador, al comenzar a emerger de ella.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

Con mucho cariño

Batia D. de Nemirovsky

BESHALAJ-SHIRAT HAIAM 2024 NECESITAMOS DESESPERADAMENTE EL PANDERO DE MIRIAM

Parshat Beshalaj describe las pruebas que sufrieron los hijos de Israel durante los días posteriores a su salida de Egipto. Los acontecimientos en la Parashá se suceden casi vertiginosamente:

Toman conciencia del camino complejo que deberán recorrer para llegar a la tierra de Canaán,

El Faraón, informado de la partida de los hijos de Israel, se arrepiente y envía su ejército tras ellos,

El Mar Rojo se abre milagrosamente ante los hebreos que lo cruzan sobre tierra seca, luego se cierra y se traga literalmente a las fuerzas del Faraón

El Pueblo, guiado por Moshé y su hermana Miriam,  se permite estallar en alegría y cánticos de alabanzas,

Ya en el desierto se enfrentan a la sed y al hambre, pero, a petición de Moshé, Dios viene en su ayuda proporcionándoles agua y maná.

Se produce un primer enfrentamiento bélico entre las tropas de Israel, lideradas por Yehoshua bin Nun, y los Amalequitas, símbolo del eterno enemigo de nuestro Pueblo,  Israel sale victorioso y continúa su viaje.

Entre todos estos episodios, cada uno de los cuales merece un comentario en particular, hoy, en medio del horror que vivimos como Pueblo, en una semana particularmente difícil, y de valiosas perdidas, elijo centrarme en el Pandero de Miriam.

Miriam, la hermana mayor cuyo nombre se menciona en la parashá siete veces nació durante el amargo período de la esclavitud. El Midrash nos relata que superó temores para enfrentar a su padre y salvar de la muerte a su hermano. Su nombre está compuesto por un par de palabras hebreas: Amargo y Mar, de lo que inferimos, también basados en el Midrash,  que su papel en el Éxodo estaba centrado en elevar y cambiar el sabor del agua, de transformar la fuerza vital por el poder de su fe y feminidad, de agua amarga, o salada a dulces aguas, que brotaban del manantial que acompañó al Pueblo durante el deambular en el desierto y en vida de Miriam.

Shirat Haiam es el canto de Miriam. Ella une a toda la nación. El movimiento, la música y la energía femenina lo llenan de alegría fraterna, optimismo y fuerza. Ella sabe que ese es su rol: levantar el espíritu del pueblo, para unir y conectar; convertirlo en un solo cuerpo cohesionado, confiado nuevamente y con fe en su capacidad para afrontar los desafíos futuros que les esperan en su nuevo camino.

Por el poder de sus acciones, en el lenguaje de la danza y el canto, que va más allá del habla, inculca la comprensión de que no es el agua la que es amarga, sino que donde no hay optimismo y esperanza, la gente se vuelve amarga. En su amplio movimiento, traza el camino que convierte lo amargo en ruidoso y alegre. De manera valiente y tierna, en el lenguaje del movimiento y del cuerpo, nos muestra que la amargura no es una opción.

Hay en su actitud una energía femenina contenedora y sanadora, que es la que necesita la gente en sus desafiantes peregrinaciones por los desiertos de la vida, en sus caminos hacia la tierra prometida. Ante una realidad cambiante y con el ejemplo personal, Miriam es un pozo de agua viva, una incesante emanación de vida, esperanza y optimismo. Ésta es la esencia de su danza arrolladora y unificadora.

La música es un lenguaje que conecta a las personas. Es un lenguaje más allá de las palabras y las divisiones, y la vivencia de cantar juntos, con el acompañamiento instrumental aumenta la fuerza de la experiencia. La música es un refugio en tiempos difíciles y una exteriorización de la alegría en tiempos de celebración. 

En este Shabat Shira, nos deseo que en este tiempo que nos toca vivir, encontremos en nuestro caminos y recorridos mujeres y hombres, que como Miriam puedan, en medio del horror, de los temores, de la desesperanza,   tomar un tambor, una pandereta y comiencen a balancearse, a bailar al compás y a recordarnos las memorias de nuestro Pueblo y de nuestros ancestros.

Que sus relatos y recuerdos se transformen en canción, y nos inspiren para no bajar los brazos.

Que su canción al ser compartida, sea nuestra canción, delinee nuestra historia, nuestras acciones, nuestras vivencias y nuestra memoria. 

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

PARSHAT VAYIGASH: COMENTARIO DEDICADO A LOS QUE DAN EL PRIMER PASO Y NOS ABRAZAN

Contenido de la Parashá

  • Yehuda le ruega a Iosef que libere a Binyiamin y se ofrece a sí mismo como reemplazo. (44:18-34)
  • Iosef se revela a sus hermanos y los perdona por venderlo como esclavo. (45:1-15)
  • Aunque la hambruna todavía hace estragos, el faraón invita a la familia de Iosef a «vivir de la riqueza de la tierra». (45:16-24)
  • Iaakov se entera que Iosef todavía está vivo y, con la bendición de Dios, va a Egipto. (45:25-46:33)
  • El faraón permite que la familia de Iosef se establezca en Goshen. Luego el faraón se reúne con Iaakov. (47:1-12)
  • Con el aumento del hambre, Iosef diseña un plan para que los egipcios intercambien su ganado y sus tierras por comida. Los israelitas prosperan en Egipto. (47:13-27)

Mi comentario:

La reconciliación siempre es posible. Después de años de distanciamiento, y a partir del alegato de Yehuda para que Binyiamin no permanezca prisionero en Egipto,  Iosef se revela a sus hermanos, sollozando, los perdona. Sufrió maltrato, fue torturado por ellos como consecuencia del encono que por él sentían.

Sin embargo, Iosef dice: «Dios me envió delante de vosotros para asegurar vuestra supervivencia en la Tierra» (Génesis 45:7). Las palabras elegidas por Iosef parecen ser una elección útil. Ha encontrado una manera de avanzar en la reparación del vínculo fraterno de manera constructiva, a pesar del daño que le causaron sus hermanos.

En esta interacción, Iosef sugiere que todo lo sucedido tiene un   sentido positivo para esta familia próxima a convertirse en pueblo. Elige encontrar lo bueno en su situación para minimizar la angustia de sus hermanos. Él es consciente de que se culpan y que desearían que el pasado fuera diferente y que han podido reconocer las implicancias de su abuso en el momento en que lo causaron.

En esta situación, Iosef está mostrando una madurez genuina. Busca encontrar el rayo de esperanza, el lado positivo de su experiencia, para que sea posible reconciliarse. Les está haciendo saber a sus hermanos que no todo está perdido.

Seguramente fue el gesto casi heroico de Yehuda, el que termino de ablandar el endurecido corazón de Iosef. En el momento de la verdad, Yehuda defiende a su hermano Binyiamin. Da un paso adelante, se despide de todos los demás hermanos y se acerca al hombre que supone tiene en sus manos su destino y amenaza la supervivencia de su padre. Se acera: VAYIGASH, al gobernante de Egipto, a Iosef, tal como expresa el primer versículo de nuestra Parashá: 

Se acercó a él Iehudáh y dijo: Ruégote mi señor, pueda ahora hablar tu servidor una palabra a oídos de mi señor, mas no se encienda tu furor contra tu servidor; pues tú eres como Parhó.

Es este acercamiento el que cambia toda la historia. Son sus palabras las que hacen que Iosef confiese su verdadera identidad. Le hacen darse cuenta cuánto aman los hermanos a Binyiamin y cuánto los ama él.

 Nuestros relatos ancestrales y la historia más reciente de los últimos 3 siglos, en la dispersión y en la Tierra de Israel han sido moldeados por los hombres y mujeres que estuvieron dispuestos a dar un paso adelante.  Un paso peligroso muchas veces, un paso que los deja expuestos y vulnerables. Un paso que a veces los separa del resto de la sociedad. Un paso que les sitúa como pioneros, los primeros en el campo de las ideas y en el campo de batalla.

También hoy, aunque la realidad que nos rodea es difícil y aterradora,  creo que son las personas convencidas que es posible salir de esta cruel encrucijada, no rendirse y seguir batallando con la pluma, la palabra y las armas las que nos permitirán llegar a una situación que haga que la dura situación cambie. Nuestra fortaleza tiene que nutrirse en este tiempo de las acciones de quienes dan un paso adelante y no temen ser los jalutzim que estén dispuestos a liderar el campamento.

La reconciliación es un proceso: no se logra de golpe con un gran gesto, sino con pequeños movimientos. Llegará el momento en que el pasado ya no será el presente, en el que juntos podremos mirar hacia un futuro más feliz. Ciertamente se necesita mucho coraje para “acercarse” tanto como para identificarse con el que fue lastimado, pero es el primer paso.

El 7 de octubre nuestras vidas cambiaron. El Pueblo Judío todo fue arrojado a un pozo, tal como Yosef.  No sabemos cómo ni cuándo terminara la pesadilla. Lo que sí sabemos es que hubo quienes pararon todo, se levantaron y fueron al sur de Israel para ayudar. Hubo rabinos que se sumergieron en ese infierno para acompañar. Paramédicos que salieron a rescatar, comandantes que se esforzaron en contactar, voluntarios que recogieron a las víctimas en cuestión de horas. Valentía que surgió en el momento de crisis, en el momento de necesidad. Aun pertenecientes a distintos grupos ideológicos y políticos, ellos y ellas se pusieron de pie.

Estos son los gestos que nos muestran la esencia del pionerismo, de esa calidad de liderazgo tan necesario ahora. Sólo juntos y erguidos saldremos adelante.

Inspirémonos en el coraje de Yehuda, que se acercó al gobernante de Egipto, Iosef, para salvar a su hermano Binyiamin. Está convencido que el paso que está dando hará que la dura realidad cambie.

Inspirémonos en aquellos que se atreven a dar un paso adelante, en cualquier ámbito, en cualquier situación, y creen que conseguirán cambiar la realidad para mejor.

Gracias a ellos, hoy todavía podemos estar aquí. Gracias a ellos y a los suyos mañana también estaremos aquí.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

VAYISHLAJ 2023: ¿EMERGEREMOS DE LAS CENIZAS?

El 12 de octubre, exactamente una semana después, del Shabat que lo ennegreció todo, que nos enfrentó a un profundo dolor, a una sensación indescriptible de cataclismo, el escritor David Grossman, en una columna en el diario Haaretz, se preguntaba, nos preguntaba MI NIHIE KESHANUKUM MEAEFER” «Quienes seremos cuando resucitemos de las cenizas».

El plural de la interrogación, interpelación, pregunta, me abarca, porque lo que sucedió y sigue sucediendo, le ocurrió a mi familia, a mi tribu (tal como nos define en un memorable ensayo Eric Kahler).

Sólo quienes desertan a conciencia del “Campamento Tribal” pueden, sin piedad ni respeto alguno por sus ancestros, mirar para otro lado, casi justificar los horrores y a los “sub-humanos” perpetradores sin mostrar vestigio alguno de solidaridad y empatía con los miembros de su tribu de origen, con la única tierra que nos acoge, con el lugar en el mundo al que desde hace milenios, miramos en tiempos de desesperanza.

 Pasados ya casi dos meses,  este Shabat, Shabat Vayishlaj tenemos una parashá nutrida de tópicos que tal vez nos permitan pensar, imaginar una respuesta para la pregunta de Grossman.

  • Yaakov  se prepara para encontrarse con Esav.

Sabe que el desencuentro se produjo por su engaño. Tiene miedo. Se prepara para lo peor.

  • Lucha con un «hombre», que cambia el nombre de Yaakov  a Israel. (32:4-33)

La famosa lucha registrada artísticamente como el enfrentamiento con “el ángel”, tal vez fue la lucha interna entre sus ángeles y demonios.

  • Yaakov  y Esav  se encuentran y se separan en paz, cada uno por su lado. (33:1-17)

Hay encuentro, hay un abrazo reparador, hay una promesa implícita de un futuro, por lo menos sin beligerancia entre estos dos hermanos y sus familias.

  • Dina es violada por Shejem hijo de Jamor el hiví, que era el príncipe de la comarca. Los hijos de Yaakov:  Shimeón y Leví, se vengan asesinando a todos los varones de Shjem, y los otros hijos de Yaakov se unen a ellos para saquear la ciudad. (34:1-31)
  •  Rajel muere dando a luz a Benjamín y es enterrada en Efrat, que es la actual Belén. (35:16-21)
  • Isaac muere y es enterrado en Hebrón. Se enumera la descendencia de Yaakov y Esaú. (35:22-36:43).

La  historia de Dina, es un capítulo aparentemente personal, pero resuena hoy con preguntas relevantes sobre el desprecio, la profanación, la venganza, la proporcionalidad, el engaño y la política.  Es el relato pormenorizado sobre el agravio de un hombre a una mujer, pero también el agravio a la familia y al honor de un pueblo.

Hasta el 7/10  la reacción de Shimón y Leví despertaba en mi reservas. Pero hoy, y ante las cada vez mas abrumadoras evidencias de que una buena parte de los gazaties alientan y son cómplices de Hamas,  aprendí  que los habitantes de una ciudad de donde proceden violadores y asesinos tienen responsabilidad. La reacción de Tzahal, sus permanentes intentos por cuidar a quienes quieren y necesitan liberarse del yugo de un régimen terrorista, son indispensables  e imperiosas para crear las condiciones para una convivencia pacífica y duradera, sin la cual no se podrá convivir en la zona.

Para mí, una de las tantas  judías sionistas, que vive fuera de Israel y palpita cada día con la cruda y difícil realidad de  Medinat Israel, es  imposible descansar (literalmente, dormir), sin saber a ciencia cierta que ya se ha   restaurado y devuelto la dignidad a cada una de las personas cuyos  hogares  han sido profanados, que cada asesinato ha sido vengado.

Éste era el idioma que comprendían los habitantes de la comarca de Shejem, entonces, y este es el idioma que lamentablemente entienden los adictos a Hamas que hoy viven en Gaza.

Vuelvo al titulo del articulo de Grossman: “Quiénes seremos….”, e intento encontrar alguna respuesta.

NO PUEDO

Cuando todo se experimenta como «demasiado», se necesita tiempo antes de poder convivir con los efectos del horror y replantearlo.

Se necesita tiempo para dirigir una mirada y poner en palabras  el infierno que vivieron las comunidades del Otef Aza en el campo y en su casas.

Necesitaremos no sólo tiempo sino acciones y reacciones permanentes y  decididas, para enfrentar en todo el mundo el discurso de odio, el antisemitismo creciente, las amenazantes sombras del nazismo.

Necesitaremos alzar nuestras voces junto a los que hoy consideramos justos entre las naciones,  para ser escuchados.

¿Los mecanismos de resiliencia que nuestro pueblo ha desarrollado a través de milenios nos ayudarán a superar este período sin desmoronarnos por completo?

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

TOLDOT 2023: EL GRITO POTENTE Y AMARGO

«Y esta es la descendencia de Itzjak  hijo de Abraham, Abraham engendró a Itzjak » (Génesis 25:19), así comienza Parashat Toldot , que tratará sobre la de la vida de nuestro patriarca Itzjak y nos introducirá en la trama de los relatos acerca de Yaakov,  al que le debemos el nombre como Pueblo.
Parashat Toldot incluye una secuela de historias de relaciones complejas entre padres e hijos. Son relatos, que nos plantean preguntas acerca de los modelos  de crianza,  a  veces improcedentes , ya que no toman en cuenta las necesidades de los hijos en su diversidad y los  obligan a usar disfraces y  a hacer actos reñidos con la lealtad y la verdad.

La complicada y familiar historia que se desarrolla ante nuestros ojos es la de un hijo predilecto, Yaakov, manipulado por su madre, Rivka, que está empecinada en que la promesa que recibió de Dios se haga realidad. Quiere que Yaakov adquiera la primogenitura de Esav. Pero, para que ello suceda necesita que su hijo favorito reciba la invaluable y casi mágica bendición de su padre.

Cuando Esav llega al lecho de muerte de su padre, trayendo su plato preferido, Itzjak, que ya albergaba algunas sospechas sobre la voz de Yaakov cuando este simuló ser su hermano, comprende el engaño, pero ya es demasiado tarde.

Es en este dramático momento del relato que Esav expresa su enorme ira y desesperación, incapaz de comprender por qué su padre le niega su bendición. Profirió un grito enorme (¿salvaje?) y amargo, tal y como está escrito en Bereshit 27:34  : וַיִּצְעַק צְעָקָה גְּדֹלָה וּמָרָה.

Y la necesidad de gritar de desesperación y rabia ante el sufrimiento, la injusticia, el odio hacia Israel, el desprecio de la vida, el antisemitismo con sus distintos disfraces me y nos inundan. Por eso ante el silencio de muchos que deberían haber alzado sus voces desde el minuto uno de estos últimos 40 días, me detengo en la reacción de Esav.

La primera aparición del verbo צעק, que significa gritar, clamar o protestar, aparece en la dramática historia de Caín y Abel, después del fratricidio de Caín contra Abel. Es Dios quien se dirige a Caín reprendiéndolo:

‘Las sangres de tu hermano claman a mí desde la tierra’, קוֹל דְּמֵי אָחִיךָ צֹעֲקִים אֵלַי מִן הָאֲדָמָה, (Breishit. 4:10)

¿Cómo puede clamar la sangre desde la tierra? La metáfora es impresionante. Nos representa hoy cuando la sangre de nuestros hermanos inunda y clama desde la tierra.

Esav grita porque está experimentando un robo de identidad; es simbólicamente asesinado por su propio hermano. Su clamor es un signo del tremendo dolor que continúa el ciclo de violencia que comenzó con el relato de los primeros hermanos bíblicos. 

Sabemos por el texto que Rivka padeció durante su embarazo de mellizos. El hecho de que su destino e incluso su carácter estén predestinados desde el vientre, ¿ha condicionado la vida de estos mellizos al punto de dejarlos sin espacio para vivir en una realidad más armoniosa? 

La repetición de historias de hermanos disfuncionales en la Torá plantea una cuestión existencial tanto para los habitantes de Medinat Israel, como para los palestinos de Gaza y los territorios.  ¿Cómo encontramos una salida a la violencia y la venganza? ¿Cómo recuperamos nuestra voz, ampliamos nuestra perspectiva para ser responsables de nuestra propia historia y también preocuparnos y ocuparnos por el sufrimiento del otro?

En este mismo momento nos queda claro que la defensa de nuestros hermanos en Medinat Israel por parte de Tzahal, es un mandato ineludible y prioritario.

En este mismo momento estamos afrontando una nueva ola impredecible de antisemitismo en todo el mundo.

En este mismo momento somos testigos de una realidad más compleja y sumamente dolorosa, que es la de escuchar voces de un intolerable apoyo al populismo antisionista, expresado por integrantes de algunos círculos judíos  en todo el mundo.

Este es un momento en el que inspirados por la voz progresista de nuestra literatura profética, debemos gritar como lo hizo Esav, y como imaginamos el primer grito que aparece en la Torá, el de la tierra, para ser escuchados y hacernos escuchar dondequiera prevalezcan la incitación a la destrucción del Estado de Israel, al Pueblo Judío, el discurso de odio, la violencia y la deslegitimación de las acciones de Tzahal. 

Este es un momento en el que el grito y la resistencia son una cuestión de supervivencia.

AM ISRAEL JAI

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

JAYIEI SARA 2023: LA VIDA, LA MUERTE Y LA TIERRA

Justo al comienzo de la parashá de esta semana que se llama Jayiei Sara, la vida de Sara, nos encontramos con una «paradoja lingüística» ya que en realidad la narración trata sobre la muerte y el entierro de Sara.

La relación de Sara y Abraham ha sido profunda, compleja e intensa, como lo es toda relación comprometida de por vida. Su matrimonio no fue, seguramente, de ninguna manera perfecto. Se conocían de toda la vida (hay interpretaciones textuales que sugieren que podrían haber sido primos), emigraron juntos de una tierra a otra, se han bancado que el otro tenga otras parejas, atravesaron juntos la infertilidad y el milagro de la mater- paternidad tardía.

A lo largo de los años, no les faltaron motivos para perdonarse una y otra vez. Y cuando Sara muere, Abraham queda profundamente desconsolado. Llora y se lamenta por su esposa, y luego emprende el proceso de organización de su entierro.

La mayor parte de Breishit 23 es una descripción de las negociaciones financieras con los hititas locales en torno a la compra de un terreno para el entierro. Los hititas lo invitan a enterrar a su esposa en cualquiera de sus tumbas; no quieren su dinero. Sin embargo, Abraham quiere comprar la cueva de Majpela y quiere pagar por ella; no la quiere como un regalo que se le pueda quitar. La transacción puede verse como un intento astuto de comprar una participación en la tierra (el campo de Mamre y su cueva) para sus descendientes. Hay una cruda urgencia en el lenguaje usado en el diálogo entre Abraham y Efrón, el jefe hitita. El corazón de Abraham ha sido destrozado y él necesita tener un lugar físico para enterrar a su amada esposa y, tal vez, visitarla y recordarla.

La tensión entre la necesidad de transitar el duelo y la necesidad de abordar los aspectos prácticos resulta familiar para quienes hemos tenido que organizar un funeral para un ser querido.

Hay algo profundo ligado a la compra de Mearat Hamjpela. La muerte de un ser querido es una perdida personal, pero constituye al mismo tiempo, en nuestra Parasha, un marcador en el tiempo. Abraham está de luto por su esposa, quien ha compartido una vida larga y extraordinaria con él. Pero también compra tierras y se da a sí mismo y a sus descendientes una participación en el futuro.

Una vez que hemos enterrado a nuestros seres queridos en un lugar determinado, tenemos raíces allí. Siempre habrá algo de nosotros en ese lugar. El primer entierro en una tierra significa que hemos estado ahí por lo menos durante una generación.

En estos días la promesa de un futuro que el relato de Abraham y Sara nos legaron, inunda mi mente. La situación en Medinat Israel es trágica. El terrorismo de Hamas, la valentía de Tzahal, los rehenes, la pérdida de vidas inocentes, el miedo, y misiles contra hogares y comunidades israelíes son horrorosos.

Supuestos intelectuales y activistas de derechos humanos cuestionan el derecho de israelíes y judíos a vivir en Israel, que es la Canaán histórica con un nombre moderno, y han avivado el fuego que permanecía agazapado, el del Antisemitismo, el del odio y el llamado una vez mas, a la destrucción de Israel y del Pueblo Judio .

El hecho es que nosotros, descendientes de Sara, hemos permanecido en esa tierra más tiempo que cualquier otro pueblo. La hemos poseído y hemos vivido en la tierra (Canaán, Palestina, el Imperio Turco, Israel, como quiera la llamemos en las distintas épocas ), desde que Abraham compró y fue dueño de esa parcela hace 5.000 años.

Al final de la lectura de esta semana, Abraham muere y sus dos hijos, Itzjak e Ishmael, se reunen como hermanos para enterrar a su padre. Los dos hombres lloran juntos. Itzjak e Ishmael enterraron a su padre en la cueva de Majpela, donde había sido enterrada Sara, su esposa. Los hermanos se reunieron en paz y actuaron cooperativamente. Reconocieron y recordaron que la tierra pertenecía a Abraham, y nosotros también debemos recordar eso, y recordárselo constantemente a una buena parte del mundo que permanece anestesiado e indiferente frente al dolor de nuestros hermanos en Israel, y al temor sobrecogedor que nos invade cuando vemos que el odio antisemita ruge por doquier.

Fuimos dueños de la tierra desde los tiempos de Abraham. La tierra que hoy es el reaseguro de la existencia del Pueblo Judío todo. Debemos recordarlo, gritarlo a viva voz sin disculparnos ni avergonzarnos, al tiempo que elevamos ruegos y plegarias para que que veamos la paz y la cooperación en Israel muy pronto.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

SARA, HAGAR, ITZJAK, ISHMAEL Y ABRAHAM.

Vayeira: La porción de la Tora que nos habla de 2 madres, 2 hijos y un mismo padre.

Las madres…

Durante las últimas semanas hemos visto madres haciéndose eco y padeciendo el dolor de Sara y Hagar.

Madres de hijos e hijas cautivos o asesinados por los terroristas de Hamás; madres cuyos hijos están ahora mismo en el frente de batalla luchando contra un enemigo bestial. Madres orando por la protección de sus hijos. Madres que claman para que el mundo vea su agonía, para que accedamos a la humanidad dentro de nosotros y encontremos maneras de devolver a sus hijos a un lugar seguro.

Cuatro semanas después del 7 de octubre y con Medinat Israel en guerra por su existencia y la de todo el Pueblo de Israel es casi imposible no hacer paralelos entre este parashá y el conflicto en curso con todo el dolor que trae.

Un paralelo que ya estableció Elie Wiesel en su ensayo “Ishmael y Hagar”, cito: “¡Si tan solo Sara hubiera podido compartir su amor entre Itzjak e Ishmael! ¡Ojalá pudiera haberlos unido en lugar de separarlos! Quizás algunas de las tragedias de hoy se hubieran evitado. El problema palestino tiene sus raíces en la separación de estos dos hermanos”.

No se si hubiera sido así, porque el problema no son los palestinos o los gazatíes. El problema son las bestias asesinas de Hamas que han copado tierras y cerebros.

Y el padre… 

Abraham está dispuesto a sacrificar a sus dos hijos en nombre de su fe.

Ishmael es enviado a morir en el desierto con su madre. Abraham confía en la promesa de que de su hijo mayor surgirá una nación.

Al final de Vayeira Abraham ata a su hijo menor, Itzjak, para que sea sacrificado a Dios como otra prueba de su fe ilimitada.

Las mismas preguntas que surgen por las acciones de Abraham son aplicables en tiempo presente: ¿Quién decide cuándo nuestros hijos corren peligro? ¿Por qué? ¿Dónde está el límite?

Parashat Vayeira nos deja preguntas sin resolver y nos expone a la realidad de crudos conflictos continuos, con sus horrorosas consecuencias, sin necesidad siquiera de forzar el intento de extraer del texto significados para este tiempo.

Tal vez cuando el espanto de la guerra y la ola de antisemitismo pasen, a partir de esos nuevos significados podamos decidir cambiar conductas definitivamente y recorrer nuevos caminos.

Tal vez la generación de nuestros hijos y nietos puedan ser testigos de que dos niños, descendientes de partes en conflicto, puedan “simplemente jugar” como lo hacen los niños, sin cargar con el odio y el dolor de sus antepasados y, por lo tanto, construir algo bueno a partir de esa relación.

La relectura de esta Parashá me interpela, nos interpela para comprender que ya ha llegado el tiempo para que reconozcamos el dolor que todos atravesamos, para detener el daño que nos hemos estado causando unos a otros apelando a discursos de odio, para escuchar los múltiples gritos de las madres que han perdido a sus hijos, para encontrar la humanidad dentro nuestro y, juntos, construir un tiempo de paz.

OSE SHALOM BIMROMAV HU IAASE SHALOM ALEINU VEAL KOL IOSHBEI TEVEL

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

EREV SUKOT 5784 Y PEREGRINAR A TRAVÉS DE LA MEMORIA

Nuestra narrativa como pueblo está superpuesta con el ritmo estacional del mundo. Sukot es la celebración de la cosecha, una de las Shalosh Regalim [las tres peregrinaciones] en las que la población de Eretz Israel llegaba al Templo cargada de bienes de la tierra.

Cuando el Beit Hamikdash fue destrozado, cuando un imperio promulgó un genocidio contra nuestra cultura y forma de vida, nuestros Sabios respondieron revolucionariamente y crearon lo que ahora conocemos como nuestro judaísmo.

En lugar del servicio y sacrificio en el Templo, pronunciamos bendiciones y juntos, invocamos a través de las plegarias.

En lugar de peregrinaciones al Templo, realizamos peregrinaciones a través de nuestra memoria.

Para Pesaj, cuando llega la primavera, y con ella la cosecha de la cebada, recordamos la despedida de Egipto.

Para Shavuot, mientras las granadas maduran y el trigo se extiende en los campos, recordamos la entrega de la Torá.

Para Sukot, cuando todos los productos de las cosechas ya se han recogido en los últimos días del verano, recordamos los largos años en el desierto, años de zozobras, de faltas, de escasez, de temores, años sin hogar.

Acabamos de marcar hace menos de una semana las 25 horas más profundamente introspectivas de nuestro calendario, en las que hemos reflexionado sobre nuestra propia mortalidad y fragilidad como seres humanos.

Quizás sea muy apropiado, que nos movilicemos casi de inmediato para construir una residencia temporal, la Suka, que sólo proporciona refugio parcial de los elementos de la naturaleza, tan esquiva en este tiempo.

Sin calefacción central, ni el aislamiento que proporcionan las paredes huecas. No hay puertas con seguros para aislarnos del mundo, pero sí tenemos al menos tres paredes y un techo capaz de proporcionar sombra, aunque no suficiente refugio de la lluvia.

Sentados afuera en las Sukot ampliamos nuestro sentido de fragilidad, el  que ya experimentamos en Yom Kipur.

No estamos ni completamente afuera, ni completamente adentro.

No estamos totalmente seguros, ni completamente cautivos o cautivados por nuestra fortuna, por nuestros logros..

Estamos seguramente más sensibles y expuestos.

Así es que fuera de nuestros “castillos y fortalezas”, los reales, si los tenemos, y  los ficticios que “nos construimos” muchas veces para preservarnos, para no ver, para no saber,  y separados del impacto de los fenómenos de la naturaleza sólo por una estructura delgada y endeble, tal vez tengamos la posibilidad y nos demos la  libertad de mirar más de cerca y dentro nuestro, dónde se encuentran nuestros cimientos como individuos.

Nuestra tradición enseña que no debemos demorar en construir el refugio temporal (Oraj Hayim 624:5), porque, perdonados y sellados en el Libro de la Vida como estamos, ahora es el momento perfecto para volver al mundo real e invitarlo a entrar.

En nuestro momento de  satisfacción por la tarea cumplida, cuando hemos ya recogimos nuestra  cosecha cuando ya hemos compartido en Comunidad los rituales de expiación y de purificación,  con la familia de Israel a nuestro alrededor, nos disponemos a  vivir y dormir en  Sukot, casi   tiendas de campaña y recordamos…

Recordamos porque sabemos lo que significa no tener nada.

No olvidamos la época de deambular, de quedar sin hogar, de confiar en la bondad de extraños.

Nos apresuramos a construir nuestras tiendas, apenas rotas, para sentir todos los efectos de este dualismo: el de la plenitud y el de la pérdida.

Se nos ordena vivir en Sukot (Levítico 23:43) para recordar que una vez fuimos ani y guer (Pobre y extranjero).

No somos tan arrogantes como para pensar que entendemos cómo se siente la falta de vivienda y cómo se siente la verdadera necesidad, si tenemos el privilegio de nunca haberlo sentido, pero sabemos que podemos recordar.

Que en nuestro recuerdo, sentados  en nuestros hogares temporales, podamos lograr  una solidaridad profunda y real con quienes sufren.

Esta solidaridad que nos llama a la acción a través de la cual deberíamos abogar y  lograr que las condiciones que generan sufrimiento cambien por completo, para todos.

Esta solidaridad es el objeto principal de nuestra tradición.

Esta solidaridad es la que nos impulsa siempre a elegir por el bien y por la vida.

Que podamos hacerlo, para incorporar poco a poco esa alegría del Jag a la que somos convocados.

VESAMAJTA BEJAGUEJA!

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

JAG HASUKOT SAMEAJ!

HAAZINU: POEMA, LEGADO, HERENCIA. EL CANTO DEL CISNE DE MOSHE

Los  cisnes no cantan nunca; producen un sonido parecido a un graznido, como un ronquido sordo. Sin embargo,  la cultura popular sostiene que, justo antes de morir, esta ave emite un canto llamativamente melodioso como premonición de su propia muerte. 

A este canto se lo llama el canto del cisne.

Ha’azinu es el canto del  cisne de Moshé,  un poema, su discurso final al pueblo que lideró durante  40 años. Es un grito poderoso del corazón porque quiere asegurarse que la comunidad comprenda los principios básicos de lo que significa ser un israelita. Ha’azinu, es una advertencia para no limitar nuestro enfoque a nuestras vidas individuales. Ha’azinu es un llamado a reconocer cómo nuestras vidas y acciones individuales son parte de una historia mucho más grande.

Yehoshua Ben-Nun, el discípulo de Moshé, «se prepara  en el banco» y el viejo líder nos muestra su  fortaleza al poder mirar a su gente y la tierra que no ha de heredar, y desde esta perspectiva de aceptación y reconocimiento de la realidad cambiante, elevar su voz y legarnos Ha´azinu, este maravilloso poema que está incorporado en la  Parashá de esta semana y profetiza la historia del pueblo judío. Pasa por el éxodo de Egipto, la aceptación de la divinidad y la Torá, el pecado, el exilio, el perdón y el retorno a la tierra.

Este canto incluye cinco niveles: Moshé, el pueblo de Israel, Dios, el universo y, en última instancia, las generaciones futuras o los  lectores contemporáneos.

Es que en este momento culmine de su vida, Moshé aspira a ser escuchado por  una amplia audiencia,  mayor aún que la comunidad de Israel y en un bello versículo clama:

“Prestad oídos cielos, y voy a hablar; y que escuche la tierra los dichos de mi boca.  Goteará cual lluvia mi enseñanza, fluirá cual rocío mi dicho; cual llovizna sobre el césped y cual lluvia sobre la hierba”.

El comentarista medieval  Rashi,  atribuye  estas expresiones a la intención de Moshé de reforzar a través de una  descripción poética, que la  Torá es fuente de vida. Nuestros campos y nuestros cultivos necesitan  lluvia, lloviznas  y  rocío para nutrirse,  desarrollarse y crecer. Moshe espera que los hijos de Israel encuentren en la  Torá palabras que nos nutren y nos sostienen.

Y cuando el canto del cisne culmina,  cuando Moshé terminó de recitar todas estas palabras a todo Israel, les dice:

“Poned mientes a todas las palabras que yo pongo por testigo contra vosotros, el día de hoy; que habréis de prescribirlas a vuestros hijos, para cuidar, para cumplir, todas las palabras de la Torá, esta.  Pues  no cosa vacua es, de vosotros;  ya que ello es vuestra vida y con esta cosa prolongaréis días sobre la tierra, a la cual vosotros vais a cruzar el Iardén – allí- para poseerla”.

A medida que nuestro viaje a través del rollo de la Torá se acerca al final y al nuevo comienzo concomitantemente, es bueno preguntarnos: ¿qué significa tomar en serio la Torá, tal como Moshé nos instruye aquí?. ¿Qué significa observar fielmente todos los términos de sus enseñanzas para entender la Torá como «nuestra propia vida»?,

En mi humilde opinión significa que la única manera de hacer que la Torá sea  parte de nuestra vida es bailar con ella, a veces salvajemente y a veces suavemente, a veces con furia y a veces con ternura, a veces acunándola en nuestros brazos, a veces pasándola por la habitación de mano en mano. Significa abrirnos a la sabiduría de nuestros antepasados, y a su ocasional torpeza también. Significa abrazar la voluntad de estar equivocado, y la voluntad de estar en lo cierto, y la voluntad de seguir poniendo un pie delante del otro, paso a paso. Significa que en definitiva no somos poseedores ya de una verdad sino eternos buscadores de alguna verdad.

Porque de esto se  trata todo:  girarla y girarla, seguir cantando, enriqueciendo la melodía,  porque todo está dentro, sabiendo todo el tiempo que lo importante no es cómo caminamos por los senderos del judaísmo, sino, que nos importa lo suficiente como para seguir y seguir caminando.

En este Shabat Shuva en que leemos Parashat Ha´azinu tomemos este canto del  cisne de Moshé, su poema, su discurso final al pueblo que lideró durante  40 años, como un grito poderoso del corazón para no limitar nuestro enfoque sólo a nuestras vidas individuales. El canto de Moshé en Ha’azinu es un llamado a reconocer cómo nuestras vidas y acciones individuales son parte de una historia mucho más grande.

Que mediante palabras,  acciones, o simplemente por nuestra presencia en los momentos justos junto a los que queremos,  podamos expresarnos y salir de nuestros aislamientos elegidos. Que podamos seguir caminando hacia nuestros objetivos y encontremos dentro nuestro y apoyados por nuestros afectos, la fuerza y la entereza para atravesar una y otra colina.

Que podamos recalcular, cambiar el rumbo y seguir siendo quienes queremos ser, aun cuando esto signifique modificar proyectos propios o de otros.

En este Shabat previo a Yom Kipur veo  con claridad que este es el momento de renovar energía  para batallar por un mundo mejor.

Es la oportunidad de mantener conversaciones honestas y cuidadosas del otro.  

Tiempo de cantarnos las verdades aunque sean dolorosas y no dejar pasar lo que consideramos injusto. Es también el tiempo  de volver a desearnos un año de Salud, de plenitud y de sueños realizados, un año de tranquilidad y paz en nuestro país y en Medinat Israel.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ!

LESHANA TOVA TIKATEVU VETEJATEMU!

KI TAVO 5783: CUANDO LA MEMORIA NOS CONSTRUYE Y NOS CONSTITUYE

Y será que cuando vengas a la tierra que Adonai tu Dios, te concede a ti, en heredad, y la poseas y te asientes en ella: Habrás de tomar de las primicias de todos los frutos de la tierra -que recogerás de tu tierra- la que Adonai tu Dios, te concede a ti, y lo habrás de poner en un cesto, y te encaminarás hacia el lugar que habrá de elegir Adonai tu Dios, para hacer morar Su Nombre, allí. Y te allegarás al cohen -el que haya de estar en aquellos días- y le habrás de decir: ‘He manifestado hoy ante Adonai tu Dios, que he venido a la tierra que había prometido Adonai -a nuestros patriarcas- conceder a nosotros”.

Estos son lo versículos que abren la Parashá de esta semana. Parecen sólo un instructivo de lo que debemos hacer al llegar a la Tierra Prometida:  cuando lleguemos y entremos, debemos ofrecer las primicias de la tierra a Dios y debemos recitar: «Mi padre era un arameo errante…» – versículo que incorporado a nuestra Hagada de Pesaj, da cuenta de las experiencias dolorosas algunas, esperanzadoras otras, que el periplo – el viaje que emprendimos para llegar, nos deparó.

Estas fueran instrucciones para nuestros ancestros en un lugar y un momento específicos.

¿Qué nos dicen hoy?

 Esto es lo que creo que dicen:

  • Cuando llegues al lugar de la promesa, detente y recuerda de dónde vienes…
  • Cuando alcances aquello que has estado esperando y por lo que has estado trabajando, haz un alto en el torbellino de acciones que tienes ya proyectadas, agradece y honra el carácter sagrado de tu propia historia, de tus memorias…
  • Cuando llegues al tiempo hacia el que has estado caminando, corriendo, anhelando o andando penosamente, cultiva la gratitud y luego repítete a ti mismo cómo llegaste allí.
  • Cuando finalmente «llegues allí», donde sea que «allí» sea para vos…
  • Cuando llegues a un acontecimiento importante, después de tiempos difíciles…
  • Cuando llegues, dentro de tan sólo dos semanas, a este Rosh Hashaná, después de un largo y complicado año…
  • Cuando te des cuenta de que lo que anhelas ya es tuyo…

…Recuerda la parte más difícil de tu historia personal, el lugar estrecho, los Meitzarim, cuando tu corazón se sintió oprimido y tu espíritu sediento de agua que no estabas seguro dónde encontrar.

Tal vez sea porque nuestras historias nos hacen quienes somos y la única manera de alcanzar plenamente el lugar de la promesa es traer todo lo que hemos sido, incluso las partes mas difíciles o las cosas acerca de nosotros mismos con las que luchamos, las que duelen o lloran.

Como Pueblo hemos narrado las memorias y relatado la historia de quiénes somos durante más tiempo y con más devoción que cualquier otro pueblo sobre la faz de la tierra.

Por eso sentimos y percibimos tan rica, a veces atronadora, la identidad judía que portamos y que elegimos recrear en cada una de nuestras acciones.

Hoy es el día de luna llena de Elul, el último mes del año, en el que de una manera u otra miramos hacia atrás, hacia el camino transitado, los aprendizajes adquiridos, las experiencias vividas que quisiéramos repetir y las otras de las que nos queremos alejar.

En una época en la que las memorias de las computadoras, los smartphones y la AI, crecen exponencialmente; mientras nuestros recuerdos se alojan muchas veces en “la nube”, encuentro en los primeros versículos de Ki Tavo, en este Shabat iluminado por la luna en su plenitud, un mensaje importante para cada uno de nosotros y tal vez para la humanidad toda. 

No podemos delegar memoria en las máquinas, tenemos la obligación de revisitarla y remozarla periódicamente y narrarla a nuestros hijos y nietos.

 Winston Churchill dijo: “Cuanto más puedas mirar hacia atrás, más lejos podrás ver hacia adelante” , o para decirlo de otra manera: quienes podamos y sigamos contando  la historia de nuestro  pasado ya habremos  comenzado a construir el futuro de nuestros hijos y quienes les sucedan.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

KI TETZE 2023, Y EL ESFUERZO POR MANTENER LA SANTIDAD DE NUESTRO CAMPAMENTO EN LIBERTAD

Albert Einstein escribió:
“Un ser humano es parte de un todo que llamamos universo, una parte limitada en el tiempo y el espacio. Se experimenta a sí mismo, sus pensamientos y sentimientos como algo separado del resto… algo así como una ilusión óptica de su conciencia. Esta falsa ilusión es para nosotros como una prisión que nos restringe a nuestros deseos personales y al afecto que profesamos a las pocas personas que nos rodean. Nuestra tarea debe ser el liberarnos de esta cárcel ampliando nuestro círculo de compasión para abarcar a todas las criaturas vivas y a la naturaleza en conjunto en toda su belleza.”

Ki Tetzé, la Parashá que leemos esta semana , nos vuelve a poner en contacto, como todo el libro de Devarim , con el momento de transición que está atravesando el Pueblo, en el que el líder, Moshé , los está preparando para la vida soberana y el autogobierno que deberían ejercer y poner en práctica a partir del momento en que ingresen a la Tierra Prometida.
Está porción incluye una letanía de leyes. Una multitud de mitzvot. Según Maimónides, Ki Tetzé contiene al menos 72 de los 613 mandamientos en la Torá, la mayor cantidad de mandatos en una misma porción de la Torá
Obviamente “construir” al Pueblo Judío como sociedad, libre, organizada y ordenada es una preocupación primordial de Deuteronomio. Mientras Shoftim, la parashá precedente, se dirige a los funcionarios públicos, las leyes en esta parashá se centran en lo que podemos enunciar como asuntos familiares privados.
Cabe destacar que en el antiguo Israel, la unidad familiar, el hogar, constituía la base de la sociedad.
Las leyes relativas a las familias en Ki Tetzé reflejan la opinión de que lo que ocurre dentro de
una familia tiene un impacto en la comunidad en general. Por esta razón, una variedad
de asuntos como el tratamiento de las mujeres cautivas que podrían formar parte de
la comunidad a través del matrimonio, el status de herederos, de esposas amadas y no amadas y de un hijo incorregible, así como las reglas relativas al divorcio y el nuevo matrimonio son temas legítimos para la legislación pública.
Con la regulación del comportamiento sexual el texto ya sugiere fuertemente que aún nuestras conductas en asuntos aparentemente privados conciernen a la sociedad en su conjunto.
Las leyes civiles, penales y familiares que abordan las relaciones dentro de los hogares, entre vecinos, el comportamiento adecuado hacia nuestros empleados, la forma justa de comerciar, nuestra actitud hacia los más vulnerables en la sociedad y respecto de los más afortunados, conforman un mosaico rico y variado de preceptos entre el hombre y el hombre, claman por la justicia social, la solidaridad y la responsabilidad, lo cual demuestra indudablemente la preocupación del autor bíblico por construir una sociedad equilibrada en la cual todas las personas se rijan, en libertad, por un código ético común.

“Cuando salgas a la guerra con tus enemigos”, así comienza la Parashá, y este versículo plantea una interpelación a cada uno, ya que está expresado en singular. Ciertamente las guerras las pelean ejércitos, pero las batallas cotidianas son patrimonio de cada uno. Este modo de interpretar el versículo nos lleva a considerar que nuestro peor enemigo, está en nosotros mismos, en nuestros impulsos.

Más adelante leemos “y será tu campamento sagrado”. En medio del fragor de las batallas cotidianas tenemos la obligación de mantener la santidad en nuestro campamento.
Nuestro campamento, nuestro entorno más cercano.
Nuestro campamento, nuestros amados.
Nuestro campamento, nuestro hogar
Nuestro campamento, nuestros lugares de trabajo
Nuestro campamento, nuestra comunidad
Nuestro campamento, nuestra ciudad.
Nuestro campamento, nuestro país.
Cada día es para nosotros un Ki Tetzé Lamiljama, cuando salgas a luchar.
Luchamos por tantas cosas…
Luchamos por nuestra supervivencia, trabajando, laborando y con esfuerzo. Luchamos por conservar nuestro bienestar material, por eso dedicamos muchas horas, a veces demasiadas, a nuestras profesiones.
Luchamos por controlar nuestras emociones, expresar adecuadamente nuestros sentimientos, y por no alejarnos de, ni alejar a aquellos a quienes amamos.

En esencia, mantener la santidad de nuestro campamento en el contexto actual nos recuerda la importancia de mantener nuestros valores y ética en momentos de desafío. Parashá nos invita a considerar en profundidad esta idea y aplicarla en nuestra vida diaria, especialmente cuando enfrentamos situaciones difíciles y complejas.
Todas nuestras luchas tienen que estar encuadradas en una conducta y un hacer que refleje que nuestro majané, intenta promover la conservación de la kedusha .

Nuestra tarea, nos dice Einstein y ese es el desafío, es liberarnos de nuestra propia cárcel, para poder canalizar adecuadamente nuestros impulsos y transformarlos en creatividad para bien de nosotros mismos, y de todo los que nos rodea, para bien en definitiva de la Humanidad.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

ELUL 5783: PARSHAT SHOFTIM – MEDINAT ISRAEL – EL RITMO Y LA DEMANDA DE ESTE TIEMPO

La porción de la Torá de esta semana nos instruye a buscar la justicia, y no parece estar hablando sólo de, ni sólo a jueces, abogados, juristas y fiscales. Nos habla a todos.

Perseguir la justicia y participar activamente en la preservación de una sociedad justa, en la que impere el juicio y el discernimiento ético depende de todos nosotros.

Tzedek Tzedek Tirdof, Lemaan Tijie…Justicia, Justicia Perseguirás, para que vivas y puedas poseer la tierra que Adonai tu Dios te da a ti!”
En estos días vale  incorporar para este versículo, que a veces pronunciamos sin detenernos debidamente en la profundidad de su sentido,  la traducción del Rab Mordejai Edery (z¨L):
¡Equidad! En pos de la equidad irás, para que hayas de vivir.
Tan  simple, tan claro, tan sencillo y sin embargo muy complejo en estos días en que justamente comenzamos el mes de Elul, y la cuenta regresiva hasta llegar al nuevo año 5784.

Porque un juicio justo y equitativo depende  de quienes pueden juzgar con imparcialidad, equidad  y  sin prejuicios ni condicionamientos, cada ciudadano y habitante del espacio nacional compartido, del hogar común sustentado en bases éticas y sólidas, está convocado a solicitar, demandar y exigir que quienes gobiernan lo hagan de acuerdo con los principio de la justicia, para poder preservar así los pactos fundacionales inspirados en la visión de los Profetas de Israel, que subyacen en Meguilat Haatzmaut.

La transgresión o el delito  más importante que se menciona en esta primera sección de la Parashá  es el soborno, pues priva al sistema de justicia de lo más importante que nos señala: que  todos somos iguales ante la ley, nadie es inmune al juicio y al castigo, aunque sea el dueño del circo.

No basta con apoyar la justicia, debemos perseguirla,  buscarla con todo lo que somos y desarrollar un sentido de resistencia para correr tras ella, manifestarnos cada vez que sea necesario por su plena vigencia, porque con justicia, solo con una justicia equitativa, podemos pretender estar a la altura de nuestras más altas aspiraciones como individuos, como sociedad, como Pueblo, como Nación.

Hay pasajes  de la Torá, muy obvios, y que difícilmente necesitan ser interpretados a la luz de nuestros días. Debería bastar con leerlos una y otra vez y ansiar que sean aprehendidos, que ocupen un lugar preeminente en la conducta colectiva, y especialmente en la de aquellos a quienes los ciudadanos elegimos o eligen para que nos y los representen por un período.

Shabat Shoftim siempre cae justo al comienzo del mes de Elul  período del Calendario hebreo en el que  estamos llamados a ser absolutamente  conscientes de que todos los días escribimos el libro de nuestra vida con nuestras elecciones, nuestras acciones y nuestras inacciones.

En la parashá  podemos encontrar un conmovedor crescendo, que nos interpela particularmente en este tiempo y en estas circunstancias. En primer lugar: debe perseguirse la justicia. No vendrá por sí sola, sino después del activismo público, político y educativo; activismo que no es de derecha ni de izquierda y que no implica anarquismo. Hablo de un activismo orientado por las claras palabras contenidas en Meguilat Haatzmaut; de un activismo que se manifiesta con justicia y honestidad ante los embates de quienes sin vergüenza alguna, acometen con gestos, palabras y hechos contra quienes nos son «como ellos».

La búsqueda de la justicia y la equidad son siempre la condición necesaria  tanto para heredar la tierra como para la vida misma. Los representantes del pueblo, si es que realmente lo son, están obligados a actuar con justicia y equidad, resguardando la igualdad de derechos y ante la ley de cada ciudadano, resguardando la división de los poderes del Estado, para prevenir la concentración excesiva y abusiva del mismo, enfrentar la autocracia o la intención solapada, o no tanto, de instalar un régimen fundamentalista que limita derechos y subvierte los principios del Pacto Fundacional.

Esperamos que, la ejemplaridad y la humanidad aparezcan y que las palabras y promesas alguna vez pronunciadas encuentren expresión en la realidad.

Que este mes de Elul, mes de Jeshbon Hanefesh, de revisión del alma, inspire a cada uno y a los representantes del gobierno sentados en la Knesset, en particular, para deponer actitudes discriminatorias, misóginas y antidemocráticas para así recuperar para Medinat Israel, el Estado de bienestar e igualdad al que aspira la mayoría de sus habitantes y al que queremos seguir mirando orgullosamente los judíos alrededor del mundo.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

por parte los enormes riesgos en aras de revivir y heredar la tierra.



En este Shabat de Parashat  Shoftim 2023,  la Torá y el diario van tomados de la mano fuertemente*, porque  Justicia es lo que debemos  pedir a nuestro gobierno, a nuestras comunidades y a nosotros mismos. La justicia es lo que estamos llamados a perseguir, todos los días de nuestras vidas. , *JODESH ELUL TOV*   *¡SHABAT SHALOM UMEVORAJ!*esafío es encontrar el equilibrio correcto de amor y juicio en cada momento. Puede ser tentador inclinarse hacia uno y descuidar el otro, pero esa es una tentación que debemos resistir.

Equilibrar el amor y el juicio no es algo que se ajuste a todos. Si aporto nada más que chesed, abundante bondad amorosa, a mí mismo y al mundo que me rodea, estoy expuesto a malcriar a mi hijo, hacer la vista gorda ante la injusticia y dejar que yo o los demás queden libres cuando debería esperar algo mejor. Si no aporto nada más que gevurá, límites y fuerza, es probable que sea demasiado estricto, que cruce la línea entre el discernimiento y el juicio, y que me castigue a mí mismo ya los demás cuando debería responder con amabilidad.

Que este Shabat Shoftim, este Shabat de Jueces, nos inspire a equilibrar nuestra bondad amorosa con buen juicio, y a infundir amor en nuestro discernimiento.

SHOFTIM: CUANDO LA PARASHA Y EL DIARIO CAMINAN DE LA MANO



*En este Shabat de Parashat  Shoftim 2020, justo al comienzo del mes de Elul*  período del Calendario hebreo en el que  estamos llamados a ser absolutamente  conscientes de que todos los días escribimos el libro de nuestra vida con nuestras elecciones, nuestras acciones y nuestras inacciones,  *la Torá y el diario van tomados de la mano fuertemente*, porque  Justicia es lo que debemos  pedir a nuestro gobierno, a nuestras comunidades y a nosotros mismos. La justicia es lo que estamos llamados a perseguir, todos los días de nuestras vidas. , 
*JODESH ELUL TOV*   *¡SHABAT SHALOM UMEVORAJ!*

PARASHAT SHOFTIM

*Por eso la primera “falta” que se menciona es el soborno, pues priva al sistema de justicia de lo más importante que lo subyace: todos somos iguales ante la ley, nadie es inmune al juicio y al castigo, aunque sea el “dueño del circo”.

*Y donde no hay justicia  y pronuncian amor, «amor» es una palabra hueca.*
En ausencia de justicia, el amor pierde su sentido. Si alguien dice que te ama, pero no predica con el ejemplo en la búsqueda de justicia, su amor es, en el mejor de los casos, falso y, en el peor, muy dañino.
**
*Y justicia es lo que deberíamos exigir a nuestro gobierno, a nuestras comunidades y a nosotros mismos. La justicia es lo que estamos llamados a perseguir, todos los días de nuestras vidas.*
*SHABAT SHALOM UMEBORAJ*
Batia D. de Nemirovsky

Shabat shalom.

PARASHAT EKEV . CAUSAS Y EFECTOS. ¿Y NOSOTROS HOY?

Los textos del libro de D’varim, Deuteronomio, son potentes en señalar causa y efecto. ‘Es por vosotros que Dios también se enojó conmigo’, dice Moshé al pueblo, al comienzo del quinto tomo del Pentateuco.   

En la Parashá de esta semana, EKEV, se nos dice repetidamente que la consecuencia de la obediencia será el favor y la bendición, la fertilidad, la buena salud y la victoria militar; en tanto la consecuencia del olvido, la soberbia, la idolatría y más…serán la destrucción.

La Parashá  integra el “discurso/legado” recitado por Moshé en las vísperas del cambio de liderazgo y la entrada de los hijos de Israel a la Tierra Prometida. En sus palabras, dirigidas  al pueblo, en el punto de transición entre el desierto y el asentamiento permanente,  enfatiza el peligro de la angustia social, la que puede resultar del olvido de los dos principios básicos que unen al colectivo:

1.  la narrativa común basada en la cadena de generaciones y

2. la necesaria, e imprescindible alianza  moral e ideológica que debería manifestarse  en la vida cotidiana.

Así, Moshé teje las memorias del pueblo que comenzó en una casa de esclavos, continuó con la experiencia colectiva del Pacto en Sinaí, y terminó con el deseo y la determinación de  establecerse en la Tierra de Israel.

Cual si fuera un trabajo de orfebrería, en proceso, después  de recordarnos los hechos  que nos constituyeron como comunidad de sentido,  el líder aborda  la necesaria  construcción y  recreación continua de  los cimientos del que será el hogar común; cimientos sustentados en valores morales, en una ética reflexiva de la conducta con los otros.

Cimientos que nos unen tanto a quienes nacimos dentro del «colectivo», como a quienes por propia decisión elegimos pertenecer a él, a todos quienes hoy habitan el hogar común y a quienes simbólicamente dirigiendo nuestras miradas y pensamientos en forma permanente a lo que en ella ocurre, sabemos que es nuestra «casa abierta» nuestro hogar como nación.

Es importante sentir la  pertenencia  a un grupo humano unido para permitir que exista el largo plazo.

Este es nuestro caso: no somos individuos aislados, somos miembros de un pueblo cuyos valores fundamentales compartimos. De generación en generación, seguimos siendo parte de este pueblo.

Muchas veces caemos en la trampa de los éxitos ocasionales que nos hacen magnificar nuestro ego, creer sólo en nosotros mismos y así abandonamos nuestros compromisos.

En estos días, mientras en Medinat Israel y en buena parte del mundo,  estamos expuestos a la soberbia  y a  la arrogancia de quienes detentan el poder, conducta que  se está extendiendo como un flagelo, debemos recordar que la mentira, la impunidad y la corrupción son  simplemente síntomas de un problema social más amplio,  inherente a la pérdida del real sentido  del entramado común,  del abandono de la relevancia que tienen la memoria, la historia y las visiones compartidas  y de la obscena petulancia de muchos líderes y gobernantes, que sin ningún tipo de pudor muestran insolente y provocativamente su falta  de compromiso con  los ideales  de solidaridad, justicia, igualdad ante la ley y valoración de la cultura del esfuerzo,

Más allá de los procesos de retribución, premio y castigo que se mencionan en Ekev, quiero destacar, que esta Parashá nos convoca a levantar vuelo y a  enfrentar la realidad mientras recordamos un pasado y un legado  común y apoyamos  a los liderazgos que están orientados por el compromiso con los valores que surgen de nuestras fuentes.

Que tengamos todos un Shabat de real desconexión de todo lo que nos preocupa y podamos con Salud, recuperar fuerzas para seguir soñando con lograr nuestros objetivos y propósitos más caros, caminando siempre hacia adelante.

Abrazos.

¡SHABAT SHALOM UMEBORAJ!

SHABAT NAJAMU: HACER HABLAR AL PASADO EN NUESTRO PRESENTE, PARA CONSTRUIR FUTURO 

PARASHA VAETJANAN, “y suplicó”

Esta porción de la Torá nos presenta una oportunidad particularmente profunda, para reflexionar, aprender y crecer juntos, independientemente de nuestras creencias personales.

En esta Parashá vemos a Moshé suplicando poder entrar a la Tierra de Israel con el pueblo, pero Dios una vez más rechaza su pedido.  Nos reencontramos con los Diez Mandamientos, esta vez tal y como Moshé los recuerda y los enseña a la generación que no fue testigo del Pacto en Sinaí, preparándolos para ingresar a la Tierra Prometida.

Moshé a pesar de su decepción, de sus esperanzas destrozadas y sus plegarias negadas, continúa liderando, transmitiendo y enseñando qué se espera de este Pueblo que debe fundar en su Tierra una sociedad que consagre valores de libertad, justicia, igualdad ante la ley, respeto en la diversidad.

Hoy es 10 de Av, el día en el que hace 29 años ocurrió el atentado a la AMIA.  Al atardecer comienza Shabat Najamú, asi denominado por las primeras palabras de la Haftará que leemos en Isaías 40: “Consuelo, consuelo, pueblo mío, dice tu Dios”. Después del horror de la destrucción, tenemos por delante profecías de consuelo.

La que termina este Shabat, fue una semana de luces y sombras, de sentimientos encontrados, de perplejidad y de desazón.

Como Moshé, en su ruego no aceptado, muchos de nosotros, nos enfrentamos en estos días con desilusiones, deseos y aspiraciones que no alcanzamos tal como y cuando lo esperábamos. 

En un tiempo de desaliento e incertidumbre, nuestra capacidad de levantarnos después de cada caída y seguir adelante es lo que nos define como personas.  

Encontrar fortaleza en la adversidad, es lo que la hora actual nos demanda a todos los integrantes del Pueblo judío, allí donde estemos alrededor del mundo para preservar “nuestra casa abierta” de las arbitrariedades de quienes abusan de su poder.  

Estos son tiempos en los que necesitamos desesperadamente mirar hacia adelante y actuar recordando siempre que nuestra tradición, está enraizada en un pasado que contiene una trama comunitaria, con diversidades, tonos y matices.

 La clave para seguir avanzando a pesar de las dificultades y los dilemas a los que nos enfrenta este 2023, es mantener el pasado, el presente y el futuro en equilibrio; porque cada uno necesita de los demás.

Sin nuestro pasado, no tenemos raíces. Tenemos que adueñarnos de él y hacerlo hablar acerca de nuestro momento actual, para proyectar futuro, para entrelazar y aportar  sentido y significatividad a las historias y los hechos que se desarrollan ante nuestros ojos, enfatizando la dimensión única de nuestra memoria común, la que rescatamos siempre: Pertenecemos a un Pueblo que fue esclavizado y cuya liberación nos reclama acciones contundentes por la libertad, los derechos de todos, la justicia y la lucha permanente contra la impunidad.

Con afecto sincero y una pizca de esperanza

 SHABAT SHALOM UMEVORAJ

D’VARIM 2023: PALABRAS, COSAS, REPETICIONES, MEMORIAS Y VISIÓN

Este Shabat comenzamos la lectura  del  último Sefer de la Torá, D’VARIM, Deuteronomio. El término hebreo D’varim se traduce como “las palabras” y también como “las cosas”. Es un concepto muy abierto que deja lugar tanto a mensajes de rigor como a mensajes de aliento y amor, agradables de escuchar.

Si bien comenzar un nuevo libro implica,  potencialmente,  encontrarnos con una historia que aún no hemos descubierto, en este libro de la Torá nos retrotrae el líder, en sus últimos días, en su discurso final, hacia episodios del pasado, históricamente exactos o inexactos, pero todos ellos fundantes en nuestro devenir como Pueblo. Estos episodios, a través de la re-lectura y la re-interpretación, adquieren una nueva existencia.

A menudo es necesario repetir, «las cosas, las palabras» de diferentes maneras adaptadas a distintas situaciones y públicos. El sentido de Sefer D’varim es precisamente la repetición indispensable. Deuteronomio, tal como es conocido el 5to libro del Pentateuco significa: “repetición de la ley”. En este caso de una ley y unos hechos que deberían estar firmemente anclados, «escritos en piedra», que deberíamos guardar y grabar en nuestro «Hard Disk», en nuestro cerebro.

¿A qué se debe, en esta Parashá, la repetición por parte de Moshé al Pueblo de Israel, del mandato de entrar en la tierra de Canaán?

El líder en su ultimo y largo discurso y transmisión de memorias, se dirige a una nueva generación de hijos de Israel ya que a la generación anterior se le había prohibido la entrada a la tierra de Canaán porque habían mostrado su debilidad al negarse a ingresar a ella, tras el informe desalentador de los exploradores, los Meraglim, enviados en reconocimiento. Por lo tanto, Moshé debe repetir todo a esta nueva generación. La anterior feneció casi por completo en los 40 años de deambular por el desierto.

La Torá que leemos cada año, nos depara en cada lectura una experiencia singular. Los textos, las palabras,  las letras , incluso los Teamim, son los mismos, pero nosotros y nuestras circunstancias cambian desde una lectura a la otra, de un año a otro. La novedad significativa que encuentro hoy, es que  aparece un aspecto aún no explorado de la personalidad de Moshé. Quien hasta ahora fue fundamentalmente  un hombre de acción, comienza a mostrarse y ser un hombre de «palabras», todo lo contrario al que se nos presenta cuando lo conocemos en el libro Sh’mot.

A lo largo de tres libros (Shmot, Vaikra y Bemidbar) la figura central del pueblo, el que los conduce en la marcha  por el desierto, nos muestra a  un líder que es un hombre de acción, que  media entre Dios y el pueblo, protege a su gente  cuando es necesario,  los educa, los amonesta y  construye  los cimientos de una nación, y también se equivoca. 

En D’varim, el capítulo que abre el libro nos revela un nuevo costado de Moshé. Se para frente al Pueblo después de su largo viaje, justo antes de entrar a la tierra prometida, y resume las principales cosas, principios e ideas que es importante que su gente tenga en la «caja de herramientas».

En el momento de la despedida, opta por enfatizar las cosas significativas y enviarlos para que sigan su camino, sin él.

Mientras leemos, estamos en el desierto con un líder que hace un resumen de la larga y ardua travesía que hemos recorrido juntos y también nos llega, nos impacta y nos emociona la exigencia de Moshé respecto de qué pueblo debemos ser en la Tierra de Israel.

Un líder que une a la gente necesita tener palabras claras acompañadas de acciones precisas. Pero sobre todo el líder tiene que tener y transmitir la visión de un futuro mejor y alentar la construcción y consolidación de un Pueblo, una nación con valores y objetivos compartidos.

Hoy es Shabat Jazón, el que antecede a Tisha Beav, día de duelo en el que fueron destruidos el 1º y 2º Beit Hamikdash, este último de acuerdo a la tradición rabínica, por el odio infundado entre hermanos.  

Son estos también días complejos para nuestros hermanos en Medinat Israel.

Este Shabat comenzaremos a escuchar a Moshé en el último mes de su vida, en lo que seguramente es su mayor acto de liderazgo. 

Ante todo el Pueblo reunido a orillas del Jordán,  pronuncia los discursos póstumos que lo elevan a las mayores alturas de la profecía, sus ojos se vuelven hacia el horizonte más lejano del futuro. 

Le cuenta a su gente cuáles serán los desafíos que enfrentarán en la Tierra Prometida. Les recuerda las leyes. Expone ante ellos su visión, instituye principios. Pero también repasa cuarenta años de pruebas y tribulaciones, los buenos y los malos tiempos, sus propias debilidades, incluye palabras de reprimenda. Reexamina públicamente los avatares de su liderazgo:  el becerro de oro, el incidente con los espías y el momento en que Israel titubeó ante el ídolo Ba’al Pe’or , entre otros. Lo hace “después que él hubo batido a Sijón rey del Emori, que estaba asentado en Jeshbón, y a Hog, rey del Bashán, que estaba asentado en Hashtarót, en Edrehi” (Deut. 1: 4)

Quizás Moshé Rabeinu,  nuestro maestro por excelencia, quiso darnos una gran lección. Durante cuarenta años había amonestado a su nación por la falta de fe y confianza en las promesas de futuro.  Había arriesgado su honor, defendiéndolos de sus errores.  Él oró por ellos mientras luchaban con Amalek y  también lo hizo cuando la ira de Dios estaba sobre ellos. Pero aún tenía que ponerse al frente de unas difíciles batallas, para allanar el camino hacia los límites de la Tierra de Canaan. Tenía que demostrar a su pueblo que él los acompaña , en las trincheras hasta el final de las batallas, como debe hacer un verdadero líder. 

Sólo entonces caben las palabras de revisión de lo hecho, la  reprimenda por las irregularidades acaecidas durante cuarenta años,  y  la despedida. 

Esta es ciertamente una imagen que vemos muy alejada de nuestra realidad .Los líderes, gobernantes y dirigentes que escuchamos copiosamente en estos días, deberían tomar nota de esta enseñanza. 

Tal vez, entonces, podríamos  cultivar la esperanza de estar a las puertas de un futuro mejor. 

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

Con afecto

Batia D. de Nemirovsky

PINJAS 2023: TRANSGRESION, FANATISMO Y FUNDAMENTALISMO. ¿VIOLENCIA Y RECOMPENSA?

Temas intensos son los que nos presenta esta Parashá. Uno de ellos, que es precisamente el que le da el nombre a esta porción de la Torá, me resulta y me resultó siempre violento e inquietante.

En los últimos versículos de Parshat Balak, hemos leído que en una actitud en extremo provocativa un hombre de Israel y su compañera medianita, se presentan juntos, cuando precisamente la promiscuidad con los medianitas fue el motivo de una plaga que azoto al pueblo.  

“Y he aquí que un hombre de los hijos de Israel, vino y acercó a sus hermanos a la medianita, a ojos de Moshé y a ojos de toda la congregación de los hijos de Israel, mientras ellos lloraban a la entrada de la Tienda de Reunión. Lo vio Pinehás, hijo de Elhazár, hijo de Aharón el sacerdote, se levantó del seno de la congregación y tomó una lanza en su mano. Vino en pos del hijo de Israel, hacia el pabellón y lanceó a ambos, al hombre de Israel ya la mujer, en su vientre. Y se detuvo la plaga de los hijos de Israel.”

Parece que Moshé atónito por el carácter de la transgresión no supo que hacer. Pinjas, nieto de Aharon, de la prosapia sacerdotal, reacciona en su lugar.

 Pinjas, al cometer asesinato, detiene los desvíos y transgresiones del pueblo de Israel, salvaguarda su unidad y salvaguarda la alianza con Dios, a través de un acto de extrema violencia. Para mostrarle su gratitud, Dios le dice a Moshé:

“Pinehás, hijo de Elhazár, hijo de Aharón, el sacerdote, ha hecho retroceder Mi furor de sobre los hijos de Israel, al celar él Mi celo, en el seno de ellos; y no exterminé a los hijos de Israel por Mi celo. Por lo tanto, di: He aquí que Yo le confiero a él Mi Pacto de Paz. Y será para él, y para su descendencia en pos de él, pacto de sacerdocio perpetuo, a cambio de lo que ha celado por su D’s. y ha expiado por los hijos de Israel.”

La lectura llana del texto nos dice que Dios aprobó el acto de violencia de Pinjas. Aun cuando las circunstancias eran excepcionales, me sublevo ante este relato.

Esta “anuencia premiada” es muy compleja porque plantea una cuestión delicada: ¿cuándo es aceptable la violencia? ¿Es incluso aceptable? ¿Dónde comienza y dónde termina la «legítima defensa»?

La violencia atraviesa el tiempo, las sociedades, las culturas y de diversas formas se nos impone. Puede ser física, verbal o psicológica. Su carácter es variable. Cuando tratamos de detenerla en alguna parte, surge en otra parte bajo otro aspecto.

La humanidad no ha encontrado aun ningún dispositivo para erradicar la violencia, aunque todos expresemos que ésta no debería ser la primera opción para resolver conflictos o proteger valores.

Nosotros, el pueblo judío hoy, todavía estamos buscando ese marco ideal de no uso de la violencia. Todavía no lo hemos encontrado y, sin embargo, racionalmente, existe. Es quizás este marco ideal lo que llamamos “civilización”.

Parshat Pinjas nos invita a cuestionar los fundamentos de nuestras acciones y a considerar un contexto ético más amplio.  Su reacción extrema puede ser interpretado como una expresión fundamentalista y exagerada de su celo por la moralidad y la tradición religiosa.

Cuando la religión se transforma en ideología, en lugar de ligar, de conectar, deviene en una fractura que erige muros entre los diferentes componentes de la sociedad. El judaísmo es un camino de paz y conexión con los demás, y ningún texto puede servir de pretexto para la intimidación, la excomunión o incluso el crimen en su nombre.

Vale hoy más que nunca recordar que los valores éticos y morales no son monopolio de una corriente religiosa única. La ética inspirada en las enseñanzas bíblicas, abordadas desde las lentes del aquí y ahora debería  basarse en principios universales de justicia, igualdad y respeto por los derechos humanos.

Ojala podamos ser testigos de «Tiempos no violentos» en los que la Paz y la Conexión con los otros, distintos a nosotros, sean nuestra brújula.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

JUKAT Y BALAK 2023: TEMAS Y ABORDAJES PARA RESIGNIFICAR BAJO LA LENTE DE NUESTROS DIAS.

Sin mucho prolegómeno vayamos a los contenidos y las preguntas que me inspiran.

  • El  JOK de la vaquilla colorada para purificar a una persona que ha tenido contacto con un cadáver, con la muerte. (19:1-22).

¿Que preguntas e incomodidades nos genera esta LEY, JOK? ¿Podemos encontrar un correlato para nuestros días?

  • El pueblo llega al desierto de Zin. Miriam muere y es enterrada allí. (20:1).

Hablemos de la muerte de una líder, de la pérdida de un ser excepcional con sus virtudes y sus defectos.

  • El Pueblo se queja ya que no tienen agua. Moshé golpea con fuerza y bronca la roca para obtener agua para ellos. Dios les dice a Moshé y Aarón que no entrarán a la Tierra de Israel. (20:2-13).

Hay acciones arrebatadas e impulsivas que en la Torá siempre tienen consecuencias. ¿Y en nuestro tiempo y nuestros espacios sociales y comunitarios?

  • El rey de Edom se niega a dejar pasar a los Hijos de Israel por su tierra. Después de que las vestiduras sacerdotales de Aarón son entregadas a su hijo Eleazer, Aarón muere. (20:14-29).

La herencia y los legados conllevan responsabilidades, una vez que los aceptamos. ¿Somos realmente conscientes de ello?

  • Después de ser castigados por quejarse de la falta de pan y agua, los israelitas se arrepienten y vencen en la batalla contra los amorreos y el pueblo de Bashán, cuyas tierras capturan. (21:4-22:1).

¿Es el arrepentimiento garantía de posterior triunfo?

  • Balak, el rey de Moab, persuade al profeta Bilaam para que maldiga a los israelitas para poder derrotarlos y expulsarlos de la región. Sin embargo, Bilaam bendice a los Hijos de Israel y profetiza que los enemigos de Israel serán derrotados. (22:2-24:25).

¿Podemos tomar las maldiciones y darlas vuelta?  ¿Nos está recordando este relato  que las maldiciones pueden convertirse en bendiciones si logramos comprender que  lo que nos sucede es menos importante que cómo respondemos?

Aunque el relato bíblico parezca ingenuo y humorístico, aborda varios temas complejos que nos preocupan hasta el día de hoy.

El primero es el de la dificultad de los Hijos de Israel, como luego de los judíos, para ser aceptados por otras naciones, muchos de sus vecinos, y el odio infundado que inspira nuestro pueblo, nuestra nación, con fuertes manifestaciones en nuestro tiempo. Hablemos de ANTISEMITISMO.

Un segundo tema aquí es la cuestión de la profecía. ¿Qué es un verdadero profeta? ¿Cómo distinguirlos de los impostores? Esta pregunta  ¿puede ser expresada hoy con relación a todo tipo de líderes, tanto políticos, como religiosos, organizacionales y otros?

  • Dios castiga a los israelitas con una plaga por asociarse con las mujeres moabitas y su dios. La plaga se detiene después  que Pinjas atraviesa con su espada a un hombre israelita y su mujer midianita. (25:1-9)

¿Es este un caso de justicia por mano propia? ¿Necesitaríamos tener en nuestras sociedades muchos Pinjas, para combatir faltas y delitos? ¿Cuáles serian los pro y los contras?

Dejo acá las preguntas para compartir una reflexión:

Me identifico con el judaísmo que rechaza la noción de moverse pasivamente por la vida y dejar que los eventos simplemente nos inunden.

Soy partidaria de una visión mucho más activista.

Si deseamos hacer un cambio en nosotros mismos o en el mundo, podemos y debemos ser agentes del cambio.

Lo hicimos, podemos aun hacerlo. Hemos tomado el intento de maldecir a los israelitas y lo hemos convertido en el comienzo mismo de la experiencia de la plegaria cada día.

MA TOVU OHALEJA IAAKOV: tomamos las palabras de aquellos que buscaban nuestra destrucción y las hemos convertido en el comienzo de nuestros viajes espirituales y/o religiosos.   Y así nos recordamos a nosotros mismos que no debemos permitir que los caprichos de la vida se interpongan en nuestra forma de vivir.

Que encontremos el descanso y la renovación de Shabat como un momento en el que podamos reequilibrar nuestras vidas y esforzarnos por vivir lo mejor de nosotros mismos.

Con afecto sincero

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

Batia D. de Nemirovsky

SHLAJ LEJA 2023. Avanzar a pesar del miedo y atravesarlo.

Cada año volvemos a leer acerca del éxodo, la revelación en Sinaí, la construcción de un espacio sagrado “portátil” las tribulaciones del pueblo en el desierto, las quejas, las rebeliones, los enojos, los miedos y la evidencia, una y otra vez, de que no estamos listos para avanzar con celeridad y arrojo, o tan rápido como supusimos que podríamos hacerlo. ¿ Es que alguna vez estaremos totalmente listos, preparados, con certezas absolutas?

En los viajes de nuestra vida, nos topamos casi sin excepciones, con temores, desconfianza, limitaciones y sospechas, a punto tal que esos miedos nos impiden muchas veces, convertirnos en las personas que aspiramos y anhelamos ser.

Cuando fallamos en completar un proyecto, tal como lo soñamos, corremos el riesgo de caer en la trampa furtiva de la culpa y de auto castigarnos.   Experimentamos una incomodidad que bloquea nuestra capacidad de reacción. ¿Pero, de qué somos realmente culpables?. ¿De cometer errores? ¿No poder realizar las correcciones necesarias? ¿O simplemente de ceder a nuestras emociones en lugar de acogerlas y canalizarlas?

En la parashá de esta semana, Shlaj Leja, leemos acerca de los “exploradores” enviados para investigar la tierra de Canaán. Son 12. Salen y recorren la tierra, y lo que encuentran allí los asombra y al mismo tiempo los angustia.

Los habitantes son numerosos; las personas son, para ellos, gigantescas y poderosas, las ciudades grandes y fortificadas; incluso los racimos de uvas que cortan son enormes: tan grandes que deben ser transportados montados sobre un tronco por dos hombres adultos. Regresan después de cuarenta días de su misión e informan y traen frutos del país tal como se les pidió.

El informe que brindan al regresar es categórico: «Llegamos a la tierra a la que nos enviaste y mana en ella leche y miel. Pero el pueblo que la habita es más fuerte que nosotros, no podremos subir allí, (no podremos con ellos), nos sentimos ante sus ojos como langostas».
Diez de ellos aseguran que quienes viven en la tierra son fuertes, y que los israelitas no podrán conquistarla.

Sólo Yehoshua Ben Nun y Caleb Ben Yefuneh intentan confortar el espíritu de la gente, inspirando confianza en sus posibilidades de ascender a la tierra y conquistarla

El informe es atemorizante. En el Pueblo se hace carne el miedo, se quejan, se rebelan, plantean que es mejor morir en el desierto o incluso retornar a la esclavitud en Egipto.

Ante la ira divina por la reacción del pueblo, Moshe ruega y logra salvar a Israel de las terribles consecuencias que se avizoran ya que argumenta con convicción, tal como un líder debe hacer, para que la misericordia prime sobre el rigor.
Logra su cometido y el texto nos trae esta hermosa expresión que recitamos cada año durante Yom Kipur “Salajti kidvareja, «Perdone, como pediste».
Sin embargo no hay impunidad, el castigo para este pueblo que no logra aún despojarse de su Egipto interno, que no encuentra en sí mismo la capacidad para hacer frente a las dificultades implícitas en el proceso para lograr sus objetivos es contundente. Permanecerán en el desierto durante cuarenta años, un año por cada día en que los «exploradores» recorrieron la tierra, hasta que la generación que «tira con facilidad la toalla», a punto tal de expresar que desea regresar a Egipto, muera.

Esta es la generación del desierto. La que nos confronta con la realidad. La que nos muestra que el miedo a lo desconocido es humano y ancestral. Por eso considero que esta porción de la Torá nos llama a tener compasión, respeto y comprensión por el miedo: por el nuestro y por el de quienes nos rodean.

Con frecuencia nos exaspera ver que alguien querido duda ante un desafío o se abstiene de dar un salto hacia el crecimiento y la madurez. En otras ocasiones nos parece abrumador lo que otros describen como insignificante.

Pocas veces podemos estar a la altura del ejemplo establecido por Yehoshua Ben Nun y Caleb Ben Yefuneh.

La Torá no nos dice que ellos dos no sintieron miedo; pero sí nos sugiere que su fe y su confianza en las posibilidades de actuar en conjunto en pos de los objetivos que tenian por delante, eclipsó su temor. Querían seguir avanzando, a pesar de él porque creían que había mucho por lograr allí donde se dirigían.

Y ambos llegaron a la Tierra de Canaan. No sucumbieron en el desierto.

El relato de los 12 exploradores en Parashat Shlaj Leja nos conmina a mirar hacia nuestro interior, a juzgarnos y juzgar a los otros con mirada misericordiosa, a visualizar dónde estamos y cómo estamos.

Esta Parashá nos insta a no dar lugar a la auto-indulgencia y abandonar nuestras metas; a plantearnos cambios y mejoras, aun cuando antes tengamos que hacernos cargo de sentir lo que sentimos, de poseer y habitar nuestro miedo y tal vez quedarnos atrapados allí por un momento, para así finalmente dar el salto para entrar en una nueva aventura, no sin miedo sino a través de él.

Shabat Shalom Umeboraj

VIVIENDO EL DIA A DIA CON DOS CALENDARIOS .

Hoy es 26 de Nisan en el Calendario Hebreo.

Sabemos que de acuerdo con el relato de la creación en el libro de Génesis, las fechas de los días se cuentan desde anochecer del anterior. En este anochecer comienza en el mundo judío, – en Medinat Israel y en las Comunidades Judías alrededor de este planeta -, el 27 de Nisan : «Yom Hazikaron Lashoah Velagvura», Dia del Recuerdo de la Shoah y el Heroismo.

Este año se cumplen 80 años desde el inicio de la Rebelión del Ghetto de Varsovia, que de acuerdo con el Calendario Gregoriano fue el 19 de abril de 1943, después de realizarse un apresurado Primer Seder de Pesaj.

Cuando elegis vivir con dos calendarios, tenes oportunidades renovadas para recordar, transmitir y narrar.

En 2023 tenemos, entonces, por lo menos tres dias seguidos (17, 18 y 19 de abril) para desplegar memorias heredadas, transmitidas, transfundidas, recorrer testimonios y repensar si estamos haciendo lo suficiente para que el horror no se repita.

En su libro «La aventura de innovar. El cambio en la escuela». Editorial Morata , Madrid, dice Jaume Carbonell en un parrafo referido a los contenido a abordar en procesos de enseñanza y aprendizaje significativos:

¿Qué enseñar? se pregunta, y acá parte de la respuesta:

«… la evolución porque nos dice de dónde venimos y cómo hemos llegado a ser lo que somos; Mozart porque nos enseña hasta dónde puede llegar el ser humano como creador y como intérprete; y el holocausto que nos recuerda la maldad de la que es capaz nuestra especie.”

Este, ciertamente, no es sólo un mensaje para los maestros.

Si cambiamos la pregunta ¿Qué enseñar?, por el interrogante: Cuales son las conversaciones que podemos tener con nuestros hijos, nietos, sobrinos, la respuesta de Carbonell tal vez nos inspire para poner una luz de esperanza en medio de una realidad mundial cada vez mas oscurecida, cuando el monstruo lejos de desaparecer está mutando. La memoria y la transmisión comprometida y responsable son el único camino para construir el futuro. Cuando el tejido social corre riesgo de desintegrarse, la importancia de recordar y transmitir el testimonio de las víctimas y sobrevivientes de la Shoah, y de cualquier otro genocidio ocurrido, es prioritaria en el legado social que debemos dejar. Tenemos la obligación de conocer el pasado; tenemos el deber de garantizar el futuro.

Sólo lo lograremos a través de la construcción de la memoria colectiva.

Sólo así estaremos creando y defendiendo nuevos escenarios de paz, respeto, solidaridad y justicia.

Como han dicho nuestros sabios en Pirkei Avot:

“No estás obligado a terminar la tarea, pero tampoco puedes desentenderte completamente de ella. ” » Rabbi Tarfón, Pirkei Avot 2:21.

En tiempos difíciles de múltiples interrogantes, incertidumbres y perplejidades es tal vez momento adecuado para profundizar en las máximas de nuestros maestros y en estos tres días, particularmente, en esta afirmacion de Rabbi Tarfón.

NO CONTEMOS LOS DIAS, HAGAMOS QUE NUESTROS DIAS CUENTEN.

«Así enséñanos a contar nuestros días,

y alcanzaremos un corazón (dotado) de sabiduría.»

(Tehilim 90: 12)

El concepto de contar el tiempo está profundamente arraigado en la tradición judía. El calendario judío nos recuerda la obligación de seguir la luna menguante y creciente, el ciclo de las mareas y, aún más importante, el ciclo de la vida a medida que pasa cada año. La tradición enseña que no debemos simplemente dejar pasar el tiempo. Con el recitado matutino de sólo 12 palabras, Modeh Ani expresamos nuestra gratitud por estar vivos, así como la certeza de que cada día nos presenta nuevas oportunidades.

Y en nuestra tradición contar nunca es más importante que durante el tiempo entre Pesaj y Shavuot. A este ritual lo llamamos Cuenta del Omer. Cada día recitamos una bendición que marca que este período está destinado a ser un tiempo de reflexión, revelación y cambio.

Anoche, durante el segundo seder y en el primer atardecer que inicia el periodo de Jol Hamoed Pesaj en Israel, en todas las Comunidades alrededor del mundo, comenzamos la cuenta del Omer.

Históricamente, la cuenta del Omer representa el mandamiento de la Torá de contar 49 días entre Pesaj y Shavuot. En tiempos del Templo esto ocurría durante la cosecha y estaba marcado por las ofrendas ofrecidas. Espiritualmente, sabemos que la cuenta del Omer representa los 49 días del viaje de los nuestros ancestros desde que fueron liberados de Egipto hasta el momento en que recibieron la Torá en el Monte Sinaí.

Un Midrash (parábola talmúdica) relata que los Hijos de Israel abandonaron Egipto con la promesa de conocer a Dios en el Sinaí. Se les dijo que en 50 días recibirían la Torá, de modo que pudieran contar los días con excitada anticipación. Pero en lugar de contar regresivamente, contaron hacia adelante, sintiendo una elevación espiritual con cada nuevo día.

Cuando salieron de Egipto, no tenían ni idea de lo que había más allá del Mar Rojo. No sabían si había enemigos esperándolos del otro lado, si serían capaces de mantener a salvo a sus familias o cuánto tiempo estarían vagando en una tierra extraña y desconocida.

Tomaron cada día, un día a la vez.

Hubo días de desesperanza, de querer tirar por la borda lo logrado, y otros de pequeñas y grandes expresiones de júbilo.

¿Cuál es el valor de registrar cada día durante el período entre Pesaj y Shavuot, y cómo podemos aprovechar al máximo nuestro tiempo? ¿En quién queremos convertirnos cuando todo esto esté dicho y hecho?

El contar cada día, incluso aquellos que son desafiantes e imperfectos, nos permite reconocer dónde hemos estado y dónde esperamos ir.

Durante este tiempo de incertidumbre, en Israel especialmente, durante las próximas 7 semanas, también se nos plantean dudas e interrogantes.

¿Cómo estamos utilizando nuestro tiempo, los días actuales para ayudar a dar forma a nuestro futuro?

¿Esta experiencia será la mejor para cada uno de nosotros y lograremos aquello a lo que aspiramos?

Al igual que el Pueblo de Israel en el Éxodo, algunos de nuestros días tienen momentos de belleza y paz, pero otros momentos están llenos de ira y frustración. Leemos en la Torá que Dios liberó a los Hijos de Israel de Egipto, pero lo que sucedió en el camino no fue necesariamente por intervención divina, sino por la voluntad de las personas una vez que se les dio la posibilidad de una verdadera elección.

A lo largo de nuestras vidas, enfrentamos muchas dificultades. Experimentamos tristezas y pérdida. Esperamos que el dolor pase rápido. A menudo hacemos a un lado nuestra realidad actual (a veces es demasiado dolorosa), dejamos atrás todo lo que tanto duele y pensamos sólo en el pasado o en el futuro. Al hacerlo, inhibimos nuestra capacidad de crecer.

Nuestra sabia tradición entiende que, en el acto de contar el tiempo, podemos infundir significado a los momentos más oscuros, a los más sagrados y aun, en algunos casos, a los más mundanos.

De esto se trata Sefirat Haomer, de encontrar esperanza y sabiduría en la cuenta del tiempo.

Establecemos hitos para nosotros mismos que nos ayudan a hacer frente a las dificultades y nos impulsan hacia adelante. Contamos los días para que llegue un momento familiar importante, contamos los días hasta las elecciones, contamos los días en la esperanza que pronto se resuelvan en Israel las controversias internas.

Contar es una expresión de resiliencia; un camino para creer que nuestras vidas siempre pueden cambiar para mejor.

Que podamos entender este “tiempo de contar” como el comienzo de una nueva realidad, una en la que nos abramos a todo lo que hemos aprendido, exploremos cómo hemos cambiado e imaginemos quiénes nos gustaría ser, mientras soñamos con un futuro más brillante.

SIGAMOS CONTANDO CADA DIA COMO SI FUERA UNICO.

JAG PESAJ SAMEAJ

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

Batia D. de Nemirovsky

PESAJ 2023. TIEMPO DE PREGUNTAS. TIEMPO DE DESAFIOS

Pesaj es tiempo de preguntas. Pero Pesaj es además tiempo de desafíos.

Llega  la noche del Seder, noche de enigmas y asombro, noche  de costumbres y rituales.  Noche de alegría y de liberación.

Una de las líneas clave de la Hagadá es la idea de que en cada generación nos incumbe vernos a nosotros mismos formando parte del grupo de esclavos que salió de Egipto.

La forma en que podemos hacer esto ahora, en este tiempo,  es mantener durante nuestros sedarim,  conversaciones sin tapujos.

¿MA NISHTANA EN ESTE AÑO EN PARTICULAR?

La diferencia evidente que elijo para este año, es mi propia necesidad de incorporar a la mesa del Seder y junto a la Keará,  La Bandera de Israel y la Declaración de la Independencia del Estado de Israel.

¿Porque?

En la letra del Hatikva y en el texto mismo de la Hajraza, Acta Constitutiva del Estado de Israel, están mis respuestas

Nuestros sedarim son el marco propicio para intercambiar y reflexionar respecto de los nuevos y acuciantes interrogantes vinculados con la situación interna en Medinat Israel y cómo, la particular manera en que ésta se desarrolle, podría afectar a todos los integrantes de las comunidades judías alrededor del mundo.

Miremos hacia adentro y hacia afuera.  No esquivemos las preguntas ni los disensos, seamos respetuosos de la posibilidad y el derecho de cada quien a expresar su posición.  Busquemos los lazos que nos unen. Seamos conscientes de las diferencias que nos separan.  Es precisamente al tener claros los puntos dolorosos y conflictivos, que podremos recrear una narrativa que transforme el evento histórico de hace más de 3500 años, en un punto de referencia significativo en el presente, que nos ayude a crecer como colectivo y como comunidad.

Durante los días que siguen a este Seder y hasta la celebración del 75º Aniversario de la Declaración de la Independencia de Medinat Israel, Iom Haatzmaut,  estamos obligados, más que nunca,  a crear conexiones entre nuestra historia personal y la historia comunitaria, social y nacional, que es significativa para nosotros y lo será aún más para nuestros hijos y nietos.

Tengamos entonces, conversaciones fértiles sobre qué significa realmente la libertad, cómo se manifiesta en Medinat Israel como sociedad democrática, cuáles son sus alcances y si es y seguirá siendo realmente inclusiva, igualitaria, tal como está expresado en la Declaración de la Independencia. 

Tendamos puentes sobre las diferencias y las distancias.

Recibamos este Pesaj con la convicción que es en la celebración de  la diversidad, que lograremos acercarnos al ideal de una Nación y una Humanidad que  comprenda que la Libertad está  íntimamente ligada a la vida  en libertad en democracia y en paz,  la paz que debe necesariamente incluir Igualdad de derechos y responsabilidades, Justicia, Educación, Salud, Trabajo y Seguridad para todos y cada uno.

¿Dificil?, Tal vez, pero no imposible.

“A veces ocurren milagros, pero uno tiene que trabajar

muy duro para conseguirlos”

                                                                        Jaim Weizmann

¡JAG PESAJ SAMEAJ!

¡JAG HAJEIRUT SAMEAJ!

PARASHAT MISHPATIM, UNA GUIA PARA EVALUAR LA FIBRA MORAL DE LAS SOCIEDADES EN LAS QUE VIVIMOS

La recepción de los 10 Mandamientos, a la que se refiere Parshat Yitro, la porción de la Torá que hemos leído la semana pasada, constituye el pináculo de la experiencia judía.

Este acontecimiento es considerado como único en la historia espiritual de la humanidad.

Los Hijos de Israel presenciaron la revelación y vivenciaron  un evento espiritual casi indescriptible en palabras.

Concluido  el mismo,  los integrantes del Pueblo deben retomar su dimensión terrena, orientar su vida cotidiana, y bajar la Torá  desde las alturas del Sinaí a la arena de los hechos. 

Es por eso que inmediatamente después de la revelación, el texto  nos pone en contacto –  a partir de la Parashá que leemos esta semana, Parshat Mishpatim – con la legislación que abarca los aspectos de la vida nacional, en lo civil, en lo religioso, en lo físico y en lo espiritual.

Una nación emergiendo de una brutal esclavitud, seguramente necesita un código claro y preciso para disciplinar su libertad.

A continuación de Parshat Yitro, esta porción de la Torá nos transporta del estado sublime en el Monte Sinaí, a la rutina terrenal.
En Sinaí, experimentamos un acontecimiento único.

Pero después llegar a la cima, hay que bajar. Hay que bajar al plano de la vida terrenal y a las llanuras de las acciones que nos definen.
Es el tiempo de aplicar los valores y preceptos en el día a día, en la vida cotidiana, en nuestros vínculos con los demás, con nuestros cercanos y los no tanto, con quienes compartimos ideas y con quienes disentimos, y esto último es precisamente en este día, cada vez más difícil.

El desafío al que nos invita la Parashá es el de tomar estas grandes ideas y preceptos y convertirlas en piedras angulares de nuestra vida, para que esta se sustente en valores asociados siempre a la ética y la moral.

La parashá nos introduce en todos los temas de la vida cotidiana en sociedad o comunidad. Esto incluye las leyes acerca de los siervos; las penas por asesinato, secuestro, asalto y robo; el individuo, su responsabilidad por cualquier daño que él o su propiedad causen; los vínculos violentos entre hijos y padres; penas civiles por daños, las leyes sobre préstamos, las responsabilidades de quienes deben preservar objetos entregados en guarda, las normas que regulan la conducta de la justicia en las cortes, leyes advirtiendo contra el maltrato a extranjeros; la observancia de las festividades en las diferentes estaciones y las leyes de las ofrendas agrícolas que debían ser llevadas al Templo en Jerusalén; la prohibición de cocinar carne con leche.

Éstas leyes y preceptos no sólo cumplen con las necesidades sociales, sino que tienden a perfeccionar al hombre en su crecimiento y desarrollo, procuran tanto la protección de la persona frente a los demás, como frente a sí misma.

Establecen un sistema de justicia, pero a la vez forjan la base moral y ética del individuo y de la sociedad. Tienden a impedir que el hombre sea esclavo de sí mismo, de sus limitaciones y de sus aspiraciones improcedentes.

Sin embargo no deja de  asombrar el orden de los preceptos tal como aparecen en esta porción de la Torá.

La primera norma, el primer precepto dentro de una serie de no menos de 50 detallando casi todos los complejos aspectos que la cotidianeidad puede deparar, es el concerniente a la legislación relativa al Eved  Ivri, al esclavo hebreo.

Leemos en el segundo versículo de esta porción de la Torá:

«Cuando comprares un esclavo hebreo, seis años habrá de servir, empero al séptimo saldrá en libertad, de gracia».

Es casi incomprensible! Los hijos de Israel, pasaron sus últimos 210 años esclavizados. ¿Podrían ellos esclavizar a otros?

¿No deberían las primeras leyes dictar compasión hacia todo ser humano?

¿No deberían los conceptos de amos y siervos ser totalmente ajenos y  despreciables para ellos, como grupo humano emergiendo hacia la libertad?

¿Porqué estas leyes primero?

El texto de la Ley Escrita, Tora Shebijtav, puede ser visto y analizado como los apuntes sintéticos que un estudiante toma de una clase magistral.

Cada palabra, línea, círculo, código, señalización dentro de sus notas tiene un cúmulo de sentidos a partir de los cuales el lector puede  reconstruir y resignificar el tema en su totalidad.

Iosef Albo, en el Sefer Haikarim, el Libro de los Principios,  escribe así:

En realidad, es imposible que la Ley Divina prevea las circunstancias de todos los tiempos, ya que son innumerables los casos nuevos que se presentan a diario en materia de Derecho y en otros campos, hasta el punto que ningún libro podría contenerlos, es por eso que determinadas reglas hermenéuticas, a las que la Tora Escrita hace alusión fueron transmitidas a Moshé en Sinaí para que los sabios de cada generación puedan deducir las reglas a observar en circunstancias nuevas.

En las distintas generaciones nuestros sabios y maestros han sabido interpretar que los autores del texto bíblico  dan cuenta de una profunda comprensión de los sentimientos del pueblo frente a su propia experiencia, pero no desconocen la naturaleza humana.

Estamos ante un pueblo cuyos integrantes, todos y cada uno de ellos fue un esclavo; Un esclavo que al adquirir la libertad puede rápidamente sentirse seducido por la idea y el deseo de ser «amo».

Sabemos, porque las noticias cotidianas dan cuenta de ello, que quien vivió atemorizado y ultrajado, y de pronto se ve liberado de aquello que lo oprimía puede llegar a desarrollar niveles de crueldad y humillación mucho más altos que los que él mismo tuvo que soportar.

La Torá  conoce el alma de la generación que salió de Egipto…

…Una generación que sufrió en sus espaldas el yugo del látigo del tirano…

…Una generación cuyas manos estaban atadas, cuyos pies paralizados, cuyas bocas cerradas…

Esa generación, una vez libre, podía llegar a ser muy cruel con los esclavos, podía llegar a dañarlos seriamente.

Por eso esta porción inicia la serie de leyes que regula el vínculo entre los seres humanos, justamente con una descripción detallada de los derechos del esclavo.

Mas adelante el texto alude a las cuatro figuras paradigmáticas que deben tomarse en cuenta para garantizar una real justicia social. El extranjero, el necesitado, la viuda y el huérfano.

La belleza de la parashá de esta semana está dada por el impulso que nos dá para analizar las cuestiones de la cotidianeidad, los problemas sociales de nuestros días, de todos los días, desde una perspectiva ética, en la que “el otro”, esté permanentemente en nuestras consideraciones.

De acuerdo a nuestro relato fundacional, en sus consideraciones universales, hemos sido creados todos a imagen y semejanza de Dios. Se espera entonces que seamos sus socios en el proceso de creación continua.

En cada uno de nosotros existe seguramente en algun resquicio de nuestro ser, sensibilidad moral, reflejo de la misericordia y la justicia divina. Tenemos que esforzarnos por encontrarla y aferrarnos a ella, precisamente en los momentos mas complejos.

Cada uno de nosotros tiene, entonces, la posibilidad de descubrir dentro suyo la chispa divina que le permitirá el encuentro con una línea de conducta que contemple los sentimientos del otro.

Es cierto que muchas veces nos cuesta decidir; especialmente cuando sensaciones e intereses opuestos se debaten en nuestro interior.

¿Qué elijo? ¿Lo que me conviene hacer o lo que debo hacer?

¿Cómo actúo, de acuerdo a mi propia conveniencia o tomando en cuenta a todos aquellos a quienes puedan alcanzar los efectos de mis acciones?

Nos sucede tal vez demasiado seguido.

Esta porción de la Torá es un claro ejemplo, que mirar a través de la lentes del Judaísmo, implica tener la capacidad de consagrar lo profano, a través de nuestras acciones.

A nuestra generación,  en la que ya no existe la esclavitud de acuerdo al modelo Egipcio, el texto bíblico que leemos esta semana nos dice:

Cuando quieras evaluar la fibra moral de la sociedad en la que vivís analizá la manera en que se ejerce la justicia, la igualdad ante la ley, la defensa de los derechos de todos los que la integran, la forma en la que son tratadas las minorías y los infortunados y el respeto y celebración de la diversidad

Sabrás entonces si esta sociedad está fundada sobre los valores de la dignidad humana y de los derechos ianlienables de todos y cada uno de los que la integran. .

¡SHABAT SHALOM UMEBORAJ!

REFLEXIONES EN TORNO A PARASHAT YITRO 2023

CUANDO LOS CIMIENTOS MISMOS DE NUESTRAS SOCIEDADES TIEMBLAN Y NO SE TRATA DE UN ESPECTACULO DE LUZ Y SONIDO

Si hay algo indiscutible que ha sido legado a unos cuantos miles de millones de seres humanos en esta tierra, son los 10 mandamientos que leemos esta semana en Parashat Yitro.

La parashá anterior finaliza con la aparición de Amalek, enemigo sempiterno de nuestro Pueblo, a quien se nos ordena combatir sin piedad. El Eterno se compromete a borrar su nombre de la faz de la tierra, y le pide a Moshé que registre este episodio en los anales, para no olvidar nada de generación en generación.

La parashá de esta semana comienza hablándonos de Yitro, un amigo, extraño al pueblo hebreo y suegro de Moisés. Esta porción de la Tora nos ayuda a comprender que en el transcurrir de nuestras travesías podremos encontrarnos con amigos y con poderosos enemigos.

La figura del suegro de Moshé, el amigo, el consejero, contrapuesta a la del enemigo al que hay que eliminar, nos da indicios claros respecto de aquellos con los que podemos contar, aliarnos o incluso incorporarlos a nuestra “familia”, y de quiénes tenemos que alejarnos, eventualmente combatir y eliminar.

Yitro, ¿se convirtió al judaísmo? Los comentaristas no están seguros. Sin embargo, su comportamiento va en dirección de la universalidad de los valores del judaísmo. Además, da consejos sobre la organización del trabajo, la elección adecuada de personas en las que Moshé pueda delegar, recomendaciones sensatas, lógicas y plagadas de sentido común, respecto de la organización y la administración de justicia. Ideas y sugerencias que no tienen ni reconocen fronteras espaciales o temporales. ¿No es esta una forma de empezar a asociar lo universal y lo particular?

Continua nuestro parashá describiendo la entrega de los Diez Mandamientos. Tres meses después de su éxodo de Egipto los hebreos ahora son libres y están en camino de formar una nación. Su libertad, ganada con tanto esfuerzo, debe ir acompañada de justicia. Los Diez Mandamientos son la raíz de esta justicia indispensable.

 Nombramos a los Diez Mandamientos en nuestra lengua franca. La traducción exacta del hebreo «aseret hadiberot» (עֲשֶׂרֶת הַדִּבְּרוֹת) es «Las Diez Palabras», no Los Diez Mandamientos. El término “mandato” implica coacción y obligación jerárquica, mientras que el término “palabra” está asociado al diálogo, la negociación, el intercambio.

Sin embargo, la Torá presenta la revelación de los Diez Mandamientos casi como un espectáculo de » luz y sonido”, que no tiene nada que ver con una las características de una negociación bilateral, de un intercambio creativo y aparece más bien como un requerimiento unidireccional.

Shemot 19: 16-18:  Al tercer día, cuando llegó la mañana, hubo truenos, relámpagos, una espesa nube sobre la montaña y un sonido de cuerno muy fuerte. Todo el pueblo se puso a temblar en el campamento… Moisés sacó al pueblo del campamento y los llevó al encuentro de Dios. El pueblo se detuvo al pie del monte… El monte Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido en el fuego. Su humo se elevaba como el humo de un horno y toda la montaña vibró violentamente.

Este párrafo presenta un aspecto específico de la entrega del decálogo y viene a mostrarnos que pudo haber momentos en los que necesitemos demostraciones de fuerza, como con los hijos de Israel saliendo de Egipto después de siglos de opresión.

Pero no nos equivoquemos y no se equivoquen los líderes, los de las sociedades en las que vivimos y los del Estado de Israel.  La tradición judía es ante todo favorable a un enfoque personalizado y amable de los mandamientos, que enmarcan la vida y sobre todo no impiden el ejercicio del libre juicio.

Estamos atravesando momentos, tanto en lo particular como en lo universal en los que es imperativo para cada uno de nosotros hacer un balance del significado y valor de MAAMAD HAR SINAI, en nuestro tiempo, en nuestro lugar, en nuestras circunstancias, para poder estar seguros que cuando decimos YO TAMBIEN ESTUVE ALLI, lo hacemos en el convencimiento pleno de los compromisos que estamos dispuestos a asumir.

OJALA PODAMOS!

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

VAERA 2023: Tiranos y Dictadores. Liderazgo y Libertad

Extraño escenario nos presenta la Parashá de esta semana, Vaerá. En ella los protagonistas del relato «pretenden» hablar entre sí aún sabiendo ambos que el problema no es el diálogo. Este es aparentemente el relato  de una «conversación entre sordos” en la que Moshé  tartamudeando, usa la elocuencia de Aarón para «no ser escuchado por un faraón que dice no conocer al Dios que habla.»

Y sin embargo, estas “sorderas”, son de hecho portadoras, no sólo de una nueva comprensión de lo divino, de lo trascendente, sino del surgimiento de un valor revolucionario: nada menos que la Libertad.

El contexto descripto con detalles en Parashat Shmot, muestraque la crueldad de Faraón y la brutalidad de la esclavitud están empeorando. Nos encontramos en los ultimos versículos con la desazón de Moshé que, con un toque de reproche, le re-pregunta a Adonai sobre el significado de su misión que por el momento no sólo no tiene éxito, sino que  tiene el efecto de derramar nuevas desgracias sobre sus hermanos Hebreos.

Comienza entonces Vaera, y como respuesta a su reclamo Moshé recibe el anuncio de la salida de Egipto y «Adonai» le pide que le exija al Faraón que deje ir a los hebreos.

Ante el pretexto   de Moshé acerca de su incapacidad de lograr elocuencia y continuidad en su decir Dios fortalece la capacidad resolutiva de Moshé con un cambio aparentemente sutil en la trama del relato: le asigna un rol importante a Aarón y  así confirma el carácter inapelable del proceso que se está desarrollando: el Faraón, a pesar de su obstinación se doblegará.

Los hermanos pasan a convertirese en líderes por derecho propio y se les asigna una doble misión: confrontar tanto a los oprimidos como a los opresores. Deben convencer al Faraón de que libere a los israelitas, y también deben convencer a los israelitas de que merecen ser libres.

La esclavitud ha pervertido tanto a los amos egipcios como a los esclavos israelitas, por lo que la tarea de Moshé y Aarón será la de destrozar el corazón endurecido del Faraón y restaurar confianza en los espíritus aplastados de los hijos de Israel.

En muchos sentidos, la segunda mitad de esta misión, lograr que los israelitas sean dignos de la libertad, fue la más difícil. Los años de cautiverio socavaron la confianza en sí mismos de los Hijos de Israel. Reconstruir el espíritu de su pueblo fue el desafío que enfrentaría Moshé por el resto de su vida.

Comienzan a desfilar las siete primeras plagas desde la sangre hasta el granizo.

Si leemos como un cuento esta porción del texto, intuimos ante cada plaga que la liberación será inminente, pero Moshé ya ha sido advertido:

“Mas Yo endureceré el corazón de Parhoh e incrementaré Mis señales y Mis portentos en la tierra de Egipto.  Empero, no escuchará a vosotros Parhoh e impondré Mi poder en Egipto y sacaré a Mis ejércitos; a Mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con juicios punitivos, magnos. . Y tendrán conocimiento los egipcios de que Yo soy Adonai, cuando extienda Yo Mi poder sobre Egipto y libere a los hijos de Israel de en medio de ellos.”

De hecho, el Faraón no solo no tiene la intención de escuchar, sino que es precisamente la noción de un Dios que habla lo que rechaza todo su ser.

Y Moshé?  Moshé se formula preguntas en relación a su propia capacidad de emitir palabra plena. Esta misión, naturalmente, lo lleva a evaluarse a sí mismo por el criterio de los resultados. Desde la zarza ardiente, el problema de Moshé no es sólo el de la comprensión divina; su principal preocupación es la de  tener que llevar a cabo una misión  para la que no se siente apto.

El Dios de los Patriarcas los guiaba en sus peregrinaciones en  “modo promesa”, promesa privada de iniciar un camino:»Lej Lejá».

Estamos ahora en la dimensión del «Lej lahem, Ve para ellos, haz por ellos».  El Dios  que se reveló a Moshé en la zarza,  ya no exige la única interioridad de la fe; define una enorme  misión formateada para iniciar un hecho inédito en la historia de la humanidad. Nada menos que la salida hacia la libertad de un pueblo luchando contra un  gran Imperio.

El texto nos muestra claramente el hecho de que aquí se invierte una de las conductas de nuestra in – humanidad: la opresión de los débiles por parte de los fuertes.

La misión de derrocar al tirano fue relativamente sencilla. La Torá requiere solo unos pocos capítulos cortos para guiarnos a través de las diez plagas y el cruce del Mar Rojo. Sin embargo la tarea de construir una nación libre fue mucho más complicada. Fue el trabajo de toda una vida.

Vaera en 2023 me sugiere que si uno simplemente elimina a un tirano y no reconstruye una nación, todo lo que hace es dar paso a otro régimen autocrático. La construcción de la nación, aunque a veces sea minimizada, sigue siendo un elemento esencial en todas las luchas contra la tiranía.

En la tradición judía, honramos los logros de Moshé llamándolo “Moshe Rabbeinu, Moisés nuestro maestro”, no porque nos condujo a la libertad, sino porque nos enseñó cómo ser libres. Aceptó la doble tarea, y al confrontar el orgullo y el poder de Faraón y el miedo y la desesperación de nuestro pueblo, se convirtió en el modelo de un líder que es capaz no sólo de derrocar la tiranía sino también de crear las condiciones para una libertad duradera.

En un mundo aún amenazado en distintas latitudes por dictadores de todos los signos, Moshé sigue siendo nuestro mayor maestro.

Que en nuestras palabras y nuestros actos podamos ser dignos discipulos de éste Maestro.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

SHEMOT 2023: NOMBRES, MUJERES, HOMBRES, ALIANZAS Y CONTINUIDAD

Estamos comenzando la lectura del segundo libro de la Torá, el libro del Éxodo, Sefer Shemot en hebreo. Shemot (שְׁמוֹת) significa nombres y tiene implicados  sentidos vinculados con linajes y censos; en particular los censos de las personas que contribuyeron, notablemente, a la constitución del Pueblo Judío.

Sefer Shemot hace foco en el éxodo de los hijos de Israel de Egipto יציאת מצרים)) , la Alianza sellada entre Dios y su pueblo (מעמד הר סיני)  y la construcción del Santuario.

La Parashá que nos ocupa esta semana, Shemot, aborda el tema de la esclavitud hebrea, la tiranía del faraón y la aparición de Moshé en circunstancias muy singulares. Nos presenta a un faraón, sucesor del que acogió con benevolencia a Iosef y su familia, que condena a los hebreos a trabajos forzados y luego trata de destruirlos, como pueblo, eliminando a los varones recién nacidos, tan pronto como llegan al mundo. (Shemot 1:11 a 1:16.)

Los textos bíblicos y la historia de Israel citan sobre todo figuras masculinas. Sin embargo, las mujeres en todos los tiempos, aun en los más difíciles y complicados, hemos jugado un papel decisivo en la contienda permanente por la continuidad, sustentabilidad y mantenimiento de las tradiciones de nuestro Pueblo.

 La parashá Shemot demuestra esto, pero…

 ¿Qué papel jugaron los personajes masculinos en este evento?

Nada glorioso al principio, por cierto. El Faraón es quien hace el mal y quiere destruir, luego Amram, el padre de Miriam, es quien según el Talmud –  Masejet Sota (12) – decide separarse de Yojeved, poco después del anuncio de las decisiones del Faraón. Para colmo de males, Amram es una personalidad respetada en la comunidad israelita, por lo que todos los esposos eligen imitarlo y separarse de sus esposas.

Entonces se rompe la alianza entre hombres y mujeres.

Vayamos ahora a las mujeres en nuestra Parashá.

•             A Moshé no lo matan al nacer, a pesar de las exigencias del faraón, porque las dos parteras hebreas, Shifrah y Puah, desobedecen sus órdenes.

•             Otra figura femenina, que nos acompañará a lo largo de la Torá, aparece muy rápidamente. Es Miriam la profetisa, hermana de Aarón, quien  de acuerdo al Midrash logra convencer a sus padres, Amram y Yojeved, de concebir un tercer hijo. Se llamará “Moshé”.

Entonces, Miriam convence a su madre Yojeved de dar a luz a Moshé, Shifrah y Puah la perdonan, pasan el bastón a la tercera mujer  de la parashִּá, la hija del faraón, Batiha.

•             Batiha salva a Moshé de las aguas y decide adoptarlo. Ella le pide a Yojeved, a través de Miriam, que amamante al niño y luego se lo devuelva.

Se ha formado un verdadero bucle de alianzas femeninas, para dar vida a Moshé y hacerse cargo de él. Moshé recibe tanta educación judía de su madre natural, Yojeved, que lo amamanta, como educación egipcia, que será valiosa para él más tarde, por parte de la hija del faraón, Batiha.

Para no ser injustos y  de acuerdo al Midrash en el Talmud Sota 12, deberíamos admirar la grandeza de Amram que escucha los reproches de su hija, luego muestra humildad al reconocer sus errores de juicio y conducta y sale al encuentro de Yojeved para ser perdonado recuperándola como esposa. Los otros esposos hebreos harán lo mismo.

Se restaura el pacto entre hombres y mujeres israelitas. Moshé nacerá de la renovación de estos vínculos en continuidad.

La parashá nos muestra el poder que imprime una alianza entre mujeres de diferentes condiciones, de diferentes pueblos y sobre todo de diferentes rangos sociales: una princesa egipcia, Batiha, accedió a acercarse a los esclavos hebreos para salvar a un niño desconocido. 

La sensibilidad de esta triada de mujeres ha derribado barreras. Esta alianza femenina ha permitido restablecer la fortaleza de la alianza entre hombres y mujeres, necesaria tanto para la vida material como espiritual de los pueblos y las personas.

La puesta en acto  del concepto de alianza – BRIT se expresa en todos los tiempos y en todos los ámbitos: se trata de considerar a todos los seres humanos como nuestros aliados. La discriminación entre hombres y mujeres, ricos y pobres, élites y esclavos, o la discriminación religiosa no tienen legitimidad en este enfoque, porque juntos podemos “salvar a Moshé” y contribuir a construir una sociedad libre, con igualdad de oportunidades, en la que nuestra descendencia pueda encontrar inspiración para desarrollar todas sus potencialidades.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

Con afecto

Batia D. de Nemirovsky

VAYIGASH, RECONOCERNOS Y DARNOS A CONOCER

En el corazón mismo de la Parashá que leemos esta semana que finaliza, Vayigash (y se acercó) nos encontramos ante el doloroso proceso por el que atraviesan Iosef, por un lado, y sus once hermanos por el otro, para emprender el camino hacia una nueva fraternidad, hacia el reencuentro reparador.

Las narrativas diversas y divergentes son difíciles de reconciliar, pero siempre llega el momento de la verdad.

El relato que comenzamos hace una semana en Miketz, nos presenta a los desiguales protagonistas de esta historia:  Iosef, convertido en el poderoso visir del faraón, disfrazado de egipcio e irreconocible, por sus hermanos, quienes son también protagonistas de esta conmovedora escena de reencuentro y reconciliación a la que nos transporta el texto bíblico.

Iosef sigue siendo al comienzo de la lectura semanal un total extraño para sus hermanos, que no logran descubrir su verdadera identidad, ni lo intentan. ¿Cómo podían imaginar que el joven, vendido como esclavo veinte años antes, no solo sobrevivió, sino que se volvió tan poderoso que tenía la vida de toda su familia en sus manos?

 Iosef, los reconoce y no dice nada sobre ellos. Conmocionado por la situación, esconde sus lágrimas en varias ocasiones.  Así aflora su humanidad y compartimos como espectadores la emoción que se apodera de él. Podemos rastrear también sus luchas internas, divididas entre el deseo de vengarse de lo que le hicieron sus hermanos y su afecto incondicional especialmente hacia su padre y su hermano Binyamin.

Así, los hará regresar y volver dos veces.

Al final, al segundo regreso de sus hermanos acompañados de Binyamín, Iosef, ayudado por su sirviente, tramará un falso hurto de una copa de plata y de dinero.

Cuando el falso robo es descubierto y les exige que abandonen a su hermano menor, en Egipto, la respuesta de Yehudá: «Le prometí a nuestro padre que lo mantendríamos a salvo. Ya ha perdido a un hijo amado; si perdiera a este también, eso lo mataría; tómame a mí en su lugar», le demuestra a Iosef que su hermano es diferente de lo que alguna vez fue.

 El discurso, alegato, de Yehudá, el portavoz de los hermanos, un largo monólogo que destaca el sufrimiento de su padre desarmará el juego de simulación de Iosef. 

Cada uno ha dado un paso hacia el otro. Al VAYIGASH ELAV YEHUDÁ: (Yehudá se acercó a él) acción que denota una enorme precaución, responderá Iosef, presa ya de un profundo estremecimiento interno: G’SHU NA ELAI (acérquense a mí), y el relato alcanzará su punto cúlmine cuando Iosef se arroja primero al cuello de su hermano Binyamín y luego a los brazos de todos sus hermanos, VAYNASHEK LEKOL EJAV VAIEVK ALEHEM (y besó a todos sus hermanos y lloró).

Sólo los verbos utilizados nos provocan una emocionante inmersión en esta escena de antología que se desarrolla ante nuestros ojos.

 Creo que es el largo monólogo de Yehudá, en el que retoma episodios vividos por los hermanos, pero poniéndose en la piel de su padre Iaakov, lo que conquista el corazón de Iosef y ayuda a pacificar y a reunir nuevamente a la familia.

Un cambio se había producido.

Las personas y las cosas siempre pueden cambiar; siempre pueden ser mejores de lo que han sido, si hacemos el trabajo duro que se requiere para ello. Sólo tenemos que elegir cambiar y demostrar fehacientemente con acciones coherentes que lo hemos hecho. Esto requiere un profundo trabajo de sinceramiento interno.

Tengo la sensación de que el próximo año nos desafiará, repetidamente, a hacer nuestro trabajo interno y a estar a la altura de los valores que decimos que apreciamos.

¿Cuáles son los valores que queremos encarnar en el 2023 y qué herramientas podemos usar para mantenernos honestos, leales a nuestros principios de modo que no solo estemos hablando de los valores judíos, sino que realmente tomemos medidas para ponerlos en acción todos los días?

Les y nos deseo a todos un venturoso 2023.

Que podamos recuperar la confianza en nuestras propias posibilidades y exigir a quienes corresponda fidelidad y coherencia con los valores de la democracia y la república.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ!

Los abrazos con mucho afecto

Batia Nemirovsky

PARSHAT VAISHLAJ 2022: DINAH, EL GRITO ENSORDECEDOR DE SU SILENCIO

PARSHAT VAISHLAJ 

Contenidos:                

  • Yaakov  se prepara para encontrarse con Esav. Lucha con un «hombre», que cambia el nombre de Yaakov  a Israel. (32:4-33)
  • Yaakov  y Esav  se encuentran y se separan en paz, cada uno por su lado. (33:1-17)
  • Dina es violada por Shejem hijo de Jamor el hiví, que era el príncipe de la comarca.
  • Los hijos de Yaakov:  Shimeón y Leví, se vengan asesinando a todos los varones de Shjem, y los otros hijos de Yaakov se unen a ellos para saquear la ciudad. (34:1-31)
  • Raquel muere dando a luz a Benjamín y es enterrada en Efra, que es la actual Belén. (35:16-21)
  • Isaac muere y es enterrado en Hebrón.
  • Se enumera la descendencia de Yaakov y Esaú. (35:22-36:43).

Dinah es la única hija del patriarca Yaakov, al menos la única nombrada en un episodio en particular. Su madre Leah la dio a luz después de seis hijos y la llamó «Dinah» (30:21), que significa «su juicio», aunque no se da ninguna explicación relativa a su nombre en el relato bíblico (en contraste con el nombre de los hijos).  

Dinah es victimizada primero por Shejem, su violador, y luego por sus hermanos, quienes matan al hombre que ha llegado a amarla, sin preguntarle si ella a su vez, se interesa y se preocupa por él.

Es victimizada una vez más por los editores del relato bíblico, quienes se niegan a dejarla hablar ni una sola palabra.

Y finalmente, cae víctima de algunos de los intérpretes de la Torá, quienes terminan culpando a Dinah de su propia desgracia.

El de la hija de Yaakov es sin lugar a dudas un destino irónico para una mujer cuyo mismo nombre proviene de la palabra hebrea “din” (justicia).

La historia de Dinah nos llama a detener el silenciamiento de las mujeres, y la  brutalidad de la que muchas son objeto.

Nos desafía a luchar intensamente para modificar el perverso sistema en el que ocurren los recurrentes femicidios, las violaciones, los abusos, la violencia, la vergüenza y el aislamiento.

Podemos y debemos actuar para crear una realidad diferente; una sociedad en la que una justicia igualitaria actúe con todo el peso de la ley y en la que todas las voces sean escuchadas, cuando se perciben y son denunciadas las primeras alertas. 

Somos los descendientes de Yaakov, que después de luchar “con un hombre” (tal vez consigo mismo) la noche anterior al temido   reencuentro con Esav, recibió un nuevo nombre y devino en Israel.

Porque somos los que estuvimos en Sinai, estamos obligados a hacerlo y a luchar contra nuestras propias limitaciones, nuestros miedos y prejuicios.

Debemos gritar bien fuerte cuando algo que desafía nuestros principios, nos interpela, nos conmueve y nos convoca.

Tal vez esta sea la mejor manera de restituirle a Dinah su voz.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

Reflexiones e interrogantes en torno a Vayetze, 2022

En la Parashá de esta semana, encontramos a Yaakov, el patriarca que recibe más adelante el nombre que portamos como Pueblo, en una situación poco admirable.  La Torá declara lacónicamente que Yaakov «dejó» Beer Sheva camino a Harán.

Sabemos todos que no se va a tomar un periodo de vacaciones en la casa de sus parientes, en realidad está huyendo.

Huye de la casa de su padre, el mismo padre al que acaba de engañar al hacerse bendecir con la bendición del primogénito, Esav.

El mismo Esav, que tiempo antes, al retornar a su casa del campo al que salía para proveer sustento a su familia y estando hambriento, le pidió a Yaakov que le convidara del guiso que estaba comiendo, y este último le puso como condición que a cambio le “venda” la primogenitura.

¿Me pregunto porque en la escuela primaria y aún en la secundaria, nos presentaban al patriarca como alguien “perfectito”?

Hoy los pibes ya no se la creen!

Imponer condiciones al otro en un momento de suma necesidad, es por lo menos despreciable.

Escuchar y cumplir sin hesitar las indicaciones u ordenes de una madre, para promover el engaño al padre, es inmoral, tanto como lo ha sido en distintos momentos de la historia reciente de nuestro país y también en la de nuestro Pueblo la “obediencia debida”, en sus distintas versiones.

 Asi  nos topamos con un hombre que huye de la furia de su hermano, absolutamente justificada a mi criterio, hacia la casa de su tío, donde supone encontrará refugio.

Es interesante que precisamente y de acuerdo al texto Dios se le revela, en su particular forma de esconderse en la huida, en el ya conocido Sueño de Yaakov, o Sueño de la Escalera, y al despertar nuestro fugitivo hace promesas a Dios, pronuncia un voto, ¡poniendo condiciones!

Poco después, el propio Yaakov es víctima del engaño, cuando su tío rompe la promesa de darle a su hija Rajel como esposa.

Al parecer, resulta que la promesa de Dios de estar con él y protegerlo no lo protegió en su trato con Laban. Yaakov, que engañó y robó por sí mismo, no puede realmente disfrutar de la protección divina, cuando él mismo es engañado y robado.

¿Querrá el texto significar que, un tramposo y un ladrón merecen ser engañados y robados?

Frecuentemente, tanto en el pasado como en el presente, las sociedades en las que vivimos nos transforman en testigos de comportamientos que apestan a deshonestidad, especialmente por parte de los lideres políticos y sus allegados.

Yaakov sabía que tenia que rendir cuentas, ante Dios, por sus actos, por eso no expresa queja alguna.  

Los políticos en una sociedad democrática también tienen que rendir cuentas, ante el pueblo.

Así como el engaño de Yaakov volvió hacia él como un boomerang, las personas en una sociedad democrática deben exigir justicia a sus líderes y dejarles claro que no podrán evitar las consecuencias de sus acciones.

Muchas veces desestimamos casos de este tipo diciendo que la corrupción es parte inseparable de la política. Pero no debemos permitir que los tramposos y los corruptos gocen de inmunidad, ni sus actos corruptos y deshonestos permanezcan impunes.

Se trata de buscar siempre la Justicia, en su expresión mas genuina.

De todos nosotros depende que esto suceda.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

Batia D. de Nemirovsky

SILENCIOS, SACRIFICIOS Y ALERTAS – PRINCIPIOS Y VALORES. VAYEIRA 5783/2022

En la Parashá de esta semana VAYEIRA nos encontramos con algunas de los relatos más complicados y desafiantes de nuestra tradición.

Contiene la narración de la anunciación del nacimiento de Itzjak, Abraham discutiendo con Dios, desafiante, con atrevimiento, para tratar de salvar a la gente de Sodoma, la posterior destrucción de Sodoma y Gomorra, la mentira de Abraham al rey Abimelej acerca de la identidad de Sara, el nacimiento de Itzjak, la expulsión de Agar e Ishmael, una disputa entre Abraham y Abimelej acerca de un pozo, y la Akedah, la Atadura de Itzjak y el silencio obsecuente de Abraham.

Y mientras releo los textos, surgen similitudes con experiencias personales, que se dan, lo queramos o no en cada núcleo familiar en todas las épocas.

Vivencias y acciones dolorosas que tal vez nunca hayamos terminado de elaborar y mucho menos de perdonar.

Leo esta Parashá como una invitación a comprender y reconciliarnos con los integrantes “imperfectos” de nuestras historias familiares.

Abraham falló. Por Sodoma y Gomorra argumentó, pero cuando se trató de su hijo

ninguna protesta cruzó sus labios. Tampoco lo hizo, de acuerdo al texto, para proteger a Ishmael.

¿Cómo podríamos perdonar a Abraham por su rol en la historia de nuestra familia, por su voluntad de discutir con Dios para salvar a los extraños, pero no para salvar a sus propios hijos? ¿Por su admirable hospitalidad hacia los extraños, combinada con su disposición a permitir que Agar e Ishmael fueran arrojados al desierto? ¿Podríamos perdonar a Sara por su actuación en la historia de nuestra familia, por su desesperación por tener un hijo, por sus celos de su sierva y del hijo de esa sierva? ¿Cómo se sentiría perdonar a Itzjak por ser, al menos en la superficie del texto, una víctima silenciosa que no trata de salvarse a sí mismo?

No tengo respuestas. Solo más preguntas y devaneos ligados a mi propia historia familiar.

Sin embargo, tengo muy clara la importancia de sumergirnos en los relatos de Bereshit.

La razón por la que leer y estudiar en profundidad el libro de Génesis es tan convincente para mí, es porque que sus temas, incluidos los celos conyugales, la competencia entre hermanos y el favoritismo de los padres, tienen una vigencia sorprendente, todavía se están desarrollando en nuestro mundo y son en múltiples oportunidades el origen de enfrentamientos que no logran resolverse.

Las elecciones, los sacrificios que realizaron, las cosas que dijeron y las cosas que no dijeron nuestros precursores bíblicos, sus acciones y sus inacciones continúan reverberando en la historia familiar que compartimos.

Suponer que no necesitamos sacrificar nada en absoluto para buscar seguridad y justicia y defender los valores que apreciamos, es poco realista e inmaduro.

Esta Parashá nos habla de la necesidad de estar dispuesto a sacrificarse por los valores que apreciamos, nos dice que algunos sacrificios son necesarios, pero que otros son claramente inadecuados.  

Habla de la necesidad de arriesgar, de vencer nuestros miedos, inseguridades y demonios internos, a los que escuchamos en ocasiones más de lo que deberíamos.

Entonces, ¿cuánto sacrificio es suficiente? ¿Cuánto es necesario? ¿Cuánto es demasiado? ¿Se puede lograr algo que valga la pena sin la voluntad de sacrificar algo?

Mientras suenan los tambores de guerra tribales en cada uno de los continentes de este mundo, mientras sigue creciendo el monstruo que asesinó a los miembros de nuestras familias, de nuestro Pueblo, debemos tener claro que el sacrificio activo de la vida humana, como nos lo recuerdan explícitamente la misma historia de Akedah y la Ley judía, nunca es apropiado; pero al mismo tiempo debemos mantenernos en estado de alerta para prever la suerte que podemos correr, si permanecemos silenciosos e impasibles frente a lo que nos pasa a nosotros o a los otros.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

JAZAK VEEMATZ – FORTALEZA, VALOR, CAPACIDAD DE RESOLUCIÓN, ESPERANZA Y CONFIANZA.

Parashat Vaielej, que leeremos mañana, es la más corta de todo el ciclo de lecturas semanales de la Tora.

Tres veces dentro de esta breve porción encontramos la expresión *Jazak Veematz «Sé fuerte y valeroso/ decidido /resuelto»*.

Moshé se dirige en estos términos al Pueblo después de anunciarles que ya tiene 120 años, *Jizku Veimtzu, les dice en plural.* Los prepara para su ausencia, les anuncia que no cruzará con ellos el Jordán ni los guiará a la Tierra de Israel.

*Establece a través de su palabra las condiciones para que confíen en la Promesa Divina y en el liderazgo de su discípulo y sucesor: Josué.*

Si alguien nos dijera que ya está, que es nuestro turno de dejar este mundo: ¿podríamos vivir con intensidad en el presente cuando ya sabemos que no seremos parte del futuro?

*Esta es la situación en la que se encuentra Moshé en esta Parashá. Él, que orientó y guió a los Hijos de Israel desde la esclavitud hacia la libertad, no podrá entrar a la Tierra, sólo la verá desde la cima de la montaña.*

*El relato bíblico no explicita sentimientos, sólo nos permite “espiar” en los de sus personajes a través de las acciones que desarrollan. Moshé, como tantos que saben que sus días están por terminar, tal vez siente que la tarea que desarrolló durante los 40 años en el desierto se podría malograr, desintegrar. Tal vez siente incertidumbre. Pero hace lo que todo líder legítimo debería replicar: tranquiliza, contiene, transmite confianza y se dirige “a cada una de las tribus”, pidiéndoles que no desfallezcan.*

Ante los ojos de todo el Pueblo inviste de autoridad a Josué y le dice: Jazak Veematz «Sé fuerte y ten valor», tu eres desde ahora el conductor.

*A sus 120 años y hasta su último aliento, él se apega a su misión, y continúa preparando al Pueblo para la dura etapa de la conquista de la Tierra, el establecimiento en ella y el sostenimiento de una sociedad modelada por valores de respeto y justicia. Se asegura que “su rebaño” no se convierta en una manada sin pastor. Con su palabra los inspira y los imbuye de esperanza-*

Y ya llegando al final de la Parashá, y después de cumplir, con el mandato de “escribir, junto a Josué, el cantico”: memoria, legado y advertencia para el Pueblo, es Dios quien se dirige directamente al discípulo y sucesor y le dice: Jazak Veematz “¡Sé, (o tal vez serás) fuerte y valiente! Ya que tú habrás de traer a los hijos de Israel a la Tierra que les he prometido a ellos, y Yo estaré contigo”

Desde el primer día del mes de Elul leemos el Salmo 27 que finaliza con una invocación a mantener la esperanza, y en la las palabras «Jazak Veematz», tienen una potencia insoslayable

קַוֵּה אֶל-ה׳:

חֲזַק וְיַאֲמֵץ לִבֶּךָ

וְקַוֵּה, אֶל-ה׳

*Ten esperanza (en Dios), que se anime y fortalezca tu corazón y confía (en Dios).*

Fortalecemos nuestro corazón cuando trabajamos para mantenerlo abierto. El Salmo 27 nos llama a abrir nuestros corazones el uno al otro, tal vez especialmente en esta época del año cuando nos sumergimos en la tarea de revisarnos en profundidad para intentar regresar a nuestros objetivos, a nuestros valores, a nuestra identidad

Y EL SALMO 27 NOS LLAMA TAMBIÉN A ABRIR NUESTRO CORAZÓN AL FUTURO DESCONOCIDO, A NO RESIGNARNOS Y A CULTIVAR LA ESPERANZA.

PROFUNDO DESAFÍO PARA ESTE MOMENTO.

El Gran Rabino de Gran Bretaña, Lord Jonathan Sacks,(Z”L) escribe:

“Ser judío es ser un agente de esperanza en un mundo seriamente amenazado por la desesperación. Cada ritual, cada mitzvá, cada sílaba de la historia judía, cada elemento de la ley judía, es una protesta contra el escapismo, la resignación o la aceptación ciega del destino. El judaísmo es una lucha sostenida, la más grande jamás conocida, contra el mundo que es, en nombre del mundo que podría ser, debería ser, pero aún no es.”

LLEGAMOS A SHABAT SHUVA. ESTOS 10 DÍAS QUE MEDIAN ENTRE ROSH HASHANÁ E YOM KIPUR, REQUIEREN DE FORTALEZA, VALOR, CAPACIDAD DE RESOLUCIÓN, ESPERANZA Y CONFIANZA. TENEMOS QUE SER FUERTES Y ABRIR NUESTROS CORAZONES DE PAR EN PAR, PARA SOBREPONERNOS A LO QUE PENSAMOS IRREMEDIABLE, E INCORPORAR LA DIMENSIÓN DE LA ESPERANZA, PARA PROMOVER LOS CAMBIOS QUE DESEAMOS, LOGRAR LA DIFERENCIA A LA QUE ASPIRAMOS Y ESFORZARNOS POR VIVIR A LA ALTURA DE NUESTROS IDEALES.

*¡Jazak Veematz!*

*En este Shabat Shuva, Parashat Vaielej nos coloca ante un mapa de ruta que nos orienta para encontrar dentro nuestro la “caja de herramientas” para que podamos superar los obstáculos que nos han impedido ser la mejor versión de nosotros mismos.*

¡SHABAT SHALOM UMEBORAJ!

G’MAR JATIMÁ TOVA

PARASHAT KI TAVO Y LAS CLAVES DEL ÉXITO

Leyendo Parashat Ki Tavo, hoy, me pregunto: ¿Cuáles son las claves del éxito?

Cada uno de nosotros, en algún momento de su vida, o en muchos, se ha planteado este interrogante.

Para algunos, entre los que me incluyo, es ante todo la voluntad, la confianza en uno mismo y la perseverancia, el compromiso con los principios que no son negociables, el respeto a las normas, la cultura del esfuerzo puesta al servicio de la sociedad y la comunidad en la que vivimos, la apertura a los demás, la generosidad, el reconocimiento y aceptación del otro. Obviamente también la espiritualidad y la esperanza cuentan, ya que pueden tranquilizarnos y dinamizarnos.

Para otros, todo lo anterior es descartable, no forma parte de su conciencia moral. Su supuesto éxito esta enraizado en la mentira, en el engaño, en la permanente tendencia perversa de burlar y burlarse de la justicia, de la sociedad.

En Ki Tavo, el parashá que leeremos mañana, como un político refinado, Moshé le habla al pueblo en la víspera de su entrada a la Tierra de Israel respecto de cuatro ejes necesarios, diría imprescindibles, para construir una sociedad fuerte y saludable en la Tierra Prometida.

  • Conciencia clara del legado común y de las memorias compartidas.
  • Solidaridad social
  • Promesas y augurios certeros de un futuro mejor
  • Temor a las secuelas, en caso de no hacer las cosas como corresponde, tanto en el orden personal, como en el social.

De acuerdo al texto la lista de bendiciones y luego maldiciones que pueden caer sobre cada uno y sobre el conjunto dependerá de sus acciones y son de origen divino.

Pero propongo una relectura y cuando profundizamos en la letra siempre viva de la Torá podemos ver que las maldiciones son sólo consecuencia de nuestras aviesas acciones hacia los demás, mientras que las bendiciones están ligadas a las cosas que creamos.

Mis abuelos, llegaron a este país con la esperanza de integrarse a una nación en la que se hiciera evidente la verdad de que todos los seres humanos son creados iguales, dotados de ciertos derechos inalienables, entre ellos la vida, la libertad, y la búsqueda de la felicidad.

Mis abuelos tuvieron que lidiar con sistemas gubernamentales en los que como judíos eran “chivos expiatorios”

Todos los integrantes de la Comunidad Judía somos descendientes de personas que vinieron a esta tierra en busca de algo mejor de lo que habíamos conocido antes.

Llegaron en busca de bendiciones.

Las cosas que nosotros mismos creamos en este mundo producen las bendiciones que recibimos en la vida. Y cuando ya no estemos aquí, las bendiciones son lo que dejamos como legado. «Que su memoria sea una bendición», es lo que decimos en un funeral o cuando recitamos el Kadish del doliente.

La vida puede estar llena de bendiciones y maldiciones que nos llegan de muchas maneras. La porción de la Torá simplemente nos recuerda que las formas en que actuamos, las decisiones que tomamos, los compromisos que asumimos y las formas en que tratamos a los demás sí importan mucho para determinar lo que experimentaremos, y la sociedad en la que viviremos y vivirán nuestros descendientes.

Una vez más la Parashá acompaña la realidad sociopolítica en la que vivimos tanto en nuestras preocupaciones como en nuestras expectativas.

Está en cada uno de nosotros la posibilidad de encapsularnos en nuestros temores más primitivos y nada más.

Está en cada uno de nosotros, dejar la confortable tibieza de mirarnos el propio ombligo y   hacer oír nuestras voces, comprometernos y defender nuestros derechos.

Está en cada uno de nosotros no renunciar a la seguridad, a la justicia, al cumplimiento de las normas a la cultura del esfuerzo tanto en la esfera privada como en la pública.

Está en cada uno de nosotros exigir la igualdad ante la ley de los gobernados, ciudadanos de a pie y de los dirigentes políticos, porque la promesa de esta tierra a la que llegaron nuestros abuelos de Europa, y que hoy habitamos quienes los vimos deslomarse y trabajar a sol y a sombra, fue que todos los seres humanos son creados iguales, dotados de derechos inalienables.

Las claves del éxito, están entonces en cada uno de nosotros.

No podemos experimentar la entrada a la Tierra Prometida como la Torá nos dice que lo hicieron nuestros antepasados, pero en estos últimos 10 días del mes de ELUL, podemos recordar y recordarnos de dónde y cómo llegaron nuestros abuelos, de dónde venimos y asumir los compromisos imprescindibles para que nuestros hijos y nietos se sientan también, orgullosos de nosotros.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

PARASHAT SHOFTIM 5782

UN VIERNES CON MUCHOS INTERROGANTES

Mañana leeremos Parshat Shoftim.

“Shoftim” significa “jueces” y tiene la misma raíz que “mishpat”, que significa tanto “un juicio” como “una sentencia”.

Inspirado por Dios, Moshé se dirige al pueblo de Israel. Le pide que establezca, tan pronto como llegue a la tierra de Canaán, un sistema judicial confiable. Él presenta esto como una necesidad fundamental. La justicia debe ser imparcial e inflexible. El riesgo de corrupción, que siempre está presente, se aborda para encontrar un remedio, a lo largo de esta Parashá.

Devarim 16:18 a 16:20:

Jueces y alguaciles deberás designar para ti, en todas tus ciudades -que Adonai tu Dios. te concede a ti- para tus tribus; y deberán juzgar al pueblo: ¡Juicio de equidad!

No harás desviar el juicio, no habrás de ser condescendiente con conocidos; no habrás de aceptar soborno, ya que el soborno enceguece los ojos de los sabios y deteriora las causas justas.

צדק צדק תרדף למען תחיה   Equidad!  En pos de la equidad irás, para que hayas de vivir y puedas poseer la tierra que Adonai tu Dios. te da a ti.

La parashá habla de jueces y alguaciles o magistrados. Nos traslada de la justicia divina a la justicia dictada.

Y justicia es lo que debemos pedir a nuestro gobierno, a nuestras comunidades y a nosotros mismos. La justicia es lo que estamos llamados a perseguir, todos los días de nuestras vidas.

No es suficiente apoyar la justicia. Acordar con la justicia. Asentir con la cabeza sobre la justicia. Se supone que debemos perseguirla. Para buscarla con todo lo que somos.

En este Shabat elijo compartir con quienes leen mis reflexiones, a veces ingenuas, algunos interrogantes en torno al eje central de la Parashá.

¿Por qué este deseo de organizar una justicia futura, cuando lo más importante, la conquista de la tierra de Canaán, aún no se ha realizado?

¿Por qué sentimos tanta necesidad de justicia?

¿Qué visión objetiva tenemos de la justicia, en particular de la que quisiéramos apreciar en nuestra vida cotidiana, en nuestro país, en nuestro mundo?

¿Cómo definir la justicia absoluta? ¿Qué pasa con la justicia “dictada”?

¿Dónde podemos encontrar la verdadera justicia, justicia en la que tengamos total confianza?

¿Dónde podemos encontrar justicia y jueces confiables?

¿Qué representa para cada uno de nosotros esta necesidad de justicia a nivel moral y filosófico?

Son interrogantes que surgen en todos los países del mundo y en todos los tiempos. Es con justicia, solo con justicia, que podemos anhelar a estar a la altura de nuestras más elevadas aspiraciones como individuos y como sociedad.

Necesitamos buscar la justicia porque sin justicia no podemos vivir plenamente.

Y buscar la justicia significa actuar éticamente. Siempre. Sin fallar. Tanto como podamos.

Es imprescindible fortalecer nuestra disposición no solo a honrar la justicia, sino también a perseguirla, a correr tras ella, a buscarla con todo lo que somos.

Transitando el mes de Elul, nos estamos preparando para Rosh Hashaná, que se denomina acertadamente Yom Hadin, día del juicio, es el momento adecuado para replantearnos la cuestión de la justicia, y que estamos decididos a hacer, que riesgos estamos dispuestos a correr, para vivir en un país y una sociedad global donde impere la justicia.

Porque, creo profundamente que, sin justicia el mundo está roto.

A nivel personal, significa discernir dónde nos hemos quedado cortos, cuándo callamos y miramos para otro lado, disculparnos con aquellos a quienes hemos dañado y buscar en el ejercicio de la democracia, con nuestro voto y con la expresión de nuestras opiniones, el fortalecimiento permanente de la división de poderes y de la competencia e independencia de los jueces.

צדק צדק תרדוף למען תחייה                                       

JUSTICIA, JUSTICIA PERSEGUIRAS, PARA QUE HAYAS DE VIVIR   

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

VAETJANAN: No podemos escapar de la condición humana; nosotros, como Moshé, solo contemplaremos la Tierra Prometida de nuestros sueños.

Los versículos al comienzo de *Parashat Vaetjanan* registran un momento  conmovedor, de esperanzas destrozadas y plegarias negadas, que en sus últimos días  Moshé comparte con el Pueblo.
Años antes y por un error vinculado con su imposibilidad de manejar a través de la palabra, la ira que el quejoso pueblo que guiaba a través del desierto le generaba, Moshé “fue informado”  que no se le permitiría ingresar con los israelitas a la Tierra Prometida. (Números 20: 8-12). Al comienzo de nuestra parashá, nos enteramos que Moshé no aceptó este decreto sin protestar. Oró e imploró esperando que le fuera  concedido cumplir su sueño del llevar al pueblo a la tierra de su destino. Pero esta oración, esta plegaria recibió una respuesta firme y negativa:
“Asciende a la cima de Pisgáh, alza tus ojos hacia el occidente y hacia el norte y hacia el sur y hacia el oriente, y mira con tus ojos; ya que no habrás de pasar el Iardén, este.”
La sabiduría de la Torá se presenta con toda su potencia en esta instantánea agridulce: Después de pasar toda su vida adulta lidiando con un pueblo obstinado a través del desierto, Moshé ahora sólo puede  contemplar  la Tierra Prometida. Es un símbolo desgarrador de la condición humana: un hombre, al final de su vida, sentado al borde de la tierra de sus sueños.
*Hay tanto que queremos, tanto por lo que vivimos, y nunca llegamos al lugar de los deseos de nuestro corazón.*
Aun así, esta no es toda la historia. Al aceptar que su muerte está próxima, Moshé reúne a toda su comunidad y les habla, recordándoles todo lo  acaecido, compartiendo palabras de amor y bendición.
Moshé Rabbeinu, nos enseña cómo vivir con la conciencia de que nunca alcanzaremos plenamente nuestros deseos.  Al compartir su sabiduría, Moshé ve su vida finita como un hilo individual en el gran tapiz de la existencia humana.
No podemos escapar de la condición humana; nosotros, también, solo contemplaremos la Tierra Prometida de nuestros sueños. Pero lo más importante es seguir soñando y visionando futuros promisorios, aun en estos tiempos de tanta incertidumbre y angustia, en los que necesitamos desesperadamente mirar hacia adelante y actuar recordando siempre que nuestra tradición, está enraizada en un pasado que recreamos a través de las generaciones,  familiar y comunitariamente.
Creo que la clave para seguir avanzando a pesar de las dificultades y las inmensas incertidumbres es mantener el pasado, el presente y el futuro en equilibrio; porque cada uno necesita de los demás. Sin nuestro pasado, no tenemos raíces. Tenemos que adueñarnos de él y hacerlo hablar de nuestro momento actual, para proyectar futuro, para entrelazar y aportar a las historias y los hechos que se desarrollan ante nuestros ojos, lo que rescatamos siempre:
*Pertenecemos a un Pueblo que fue esclavizado y cuya liberación nos reclama acciones contundentes por la libertad, los derechos de todos, la justicia y la lucha permanente contra la impunidad.*
*SHABAT SHALOM UMEVORAJ*
Con afecto
Batia D. de Nemirovsky 

D’varim: Liderazgo, visión, acción y palabras

Este Shabat comenzamos la lectura  del  último Sefer de la Torá, D’ varim – Deuteronomio. 

Abrir un nuevo libro implica,  potencialmente,  encontrarnos con una historia que aún no hemos descubierto, nos genera expectativas.

¿Tal vez algo nuevo aparecerá ante nosotros?

La Tora que leemos cada año, nos depara en cada lectura una experiencia singular. Los textos, las palabras,  las letras , incluso los Teamim, son los mismos, pero nosotros y nuestras circunstancias cambian desde una lectura a la otra, de un año a otro.

D’varim resume  todo lo dicho hasta ahora, justo antes de entrar en la Tierra de  Israel.

La novedad significativa que encuentro hoy, es que  aparece un aspecto aún no explorado de la personslidad del lider, de Moshé.

Quien hasta ahora fue fundamentalmente  un hombre de acción, comienza a mostrarse y ser un hombre de palabra. 

 Tal vez cuando el autor del texto bíblico pone en su boca (en el libro de Shmot) que tiene una lengua  pesada, la intención no era indicar que tartamudeara sino que las palabras que salen de su boca lo hacen lentamente y es rápido en sus acciones.

Todos los relatos nos revelan a un hombre de acción que siempre lucha por la justicia. En sus días en el palacio del Faraón, cuando veía algo malo, actuaba antes de hablar. 

A lo largo de tres libros (Éxodo, Levítico y Bemidbar) la figura central del pueblo, el que los conduce en la marcha  por el desierto, nos muestra a  un líder que es un hombre de acción, que  media entre Dios y el pueblo, protege a su gente  cuando es necesario,  los educa y  construye  los cimientos de una nación. 

Quien hace, también se equivoca. Las acciones de Moshé no siempre fueron positivas. El castigo por una de ellas,  cuando  golpeó la roca, fue no entrar a la Tierra de Israel.

En Deuteronomio, el capítulo que abre el libro nos revela un nuevo costado de Moshe. Se para frente al Pueblo después de su largo viaje, justo antes de entrar a la tierra prometida, y resume las principales cosas, principios e ideas que es importante que su gente tenga en la «caja de herramientas».

En el momento de la despedida, opta por enfatizar las cosas significativas y enviarlos para que sigan su camino, sin él.

Mientras leemos, estamos en el desiero con un lider que hace un resumen de la larga y ardua travesia que hemos recorrido juntos y también nos llega, nos impacta y nos emociona la exigencia de Moshe respecto de qué pueblo debemos ser en la Tierra de Israel.

Un líder que une a la gente necesita tener palabras claras acompañadas de acciones precisas. Pero sobre todo el líder tiene que tener y transmitir la visión de un futuro mejor y alentar la construccion y consolidacion de un Pueblo, una nacion con valores y objetivos compartidos. Esta es ciertamente una imagen que vemos muy alejada de nuestra realidad, pero sabemos bien que de cada uno depende.

Shabat Shalom Umeboraj!

PARASHAT MIKETZ . A SEGUIR SOÑANDO , A PESAR DE TODO

El comienzo de la Parashá de esta semana, Miketz, describe dos de los sueños del Faraón. Primero soñó con siete vacas sanas que fueron devoradas por siete vacas flacas. Luego soñó con siete espigas sanas que fueron devoradas por siete espigas delgadas.

Ciertamente imágenes muy desconcertantes.

En ambas ocasiones, se despertó y se dio cuenta que había estado soñando. Y entonces uno de sus sirvientes se acordó de Iosef, que languidecía en la cárcel, y que sabía interpretar sueños. Y así, fue que Iosef fue liberado de la prisión y llevado ante el Faraón para ayudarlo a comprender el significado de sus sueños.

El resto del relato ya lo conocemos. Iosef también tiene una rica experiencia como “soñador”, y continuando con la saga vemos que no necesitó a otros para concretar sus propios sueños.

Se lleva excelentemente con ellos, tanto que sus hermanos lo llamaron «el dueño de los sueños», porque sabe interpretarlos.

Existen diferentes versiones acerca del relato de una persona que va, siguiendo un sueño, a buscar un tesoro en una tierra lejana. Finalmente resulta que el tesoro está en su propia casa.

Hay algo agradable, emotivo y conmovedor en la historia., pero ¿cuántos de nosotros actuaríamos como el hombre que se levantó y fue a buscar el tesoro, y cuántos de nosotros nos levantaríamos por la mañana pensando que es una tontería?¿Cuáles son las cosas que eliminamos de nuestra vida y nuestros pensamientos por prejuicios, por ignorar pistas o ignorarnos a nosotros mismos?¿Qué sueños aspiramos a iluminar y cuál dejaremos en la oscuridad? ¿Cuándo cambiaremos nuestras vidas siguiendo un sueño y cuándo lo ignoraremos?

Cuando alguien nos cuenta un sueño ¿lo alentaremos a seguirlo o trataremos sus sueños con indiferencia?

¿Y que hay de todo esto, aquí y ahora?

La pandemia que nos sigue atravesando podría ser una muy buena oportunidad para prestar atención a nuestros sueños, los que soñamos mientras dormimos y los que imaginamos despiertos, para dilucidar qué nos dicen sobre lo que tememos, lo que amamos y lo que anhelamos para nosotros y para los otros, para nuestra familia, ya sea de sangre o elegida, para la sociedad en la que vivimos, para el mundo.

¿Qué cambios podríamos hacer si nos tomáramos en serio nuestros propios sueños?

¿Estamos dispuestos a encararlos? Seguimos transitando tiempo de ciertos aislamientos y distanciamientos. Pasamos, de acuerdo a las noticias que circulan, del optimismo a la desesperanza, pero lo que no podemos permitirnos es dejar de soñar.

El sueño de Iosef lo llevó lejos, a pesar de todas las dificultades en el camino.

Los sueños de Faraón lo ayudaron a preparar a Egipto para siete años de hambre. No renunciemos a nuestros sueños, y si estamos por rendirnos, preguntémonos: ¿por qué?

Tal vez, mañana , al término de de este primer Shabat del mes de Tevet, después de haber encendido la séptima vela de nuestras Junuquiot, encontremos las reservas internas de combustible y “un lugar en el corazón” para hacer realidad esos sueños.

Un poema inspirador:

*Un lugar en el corazón / Ehud Manor

Para cumplir un viejo sueño

Se necesitan un millón de soñadores

Que no cierran los ojos.

Para cumplir un viejo sueño

Se necesitan un millón de soñadores

Que no taponan sus oídos.

Que estén dispuestos a acercarse al sueño,

Que aún recuerdan cómo aliviar el dolor.

Que puedan enamorarse, comprometerse y descubrir que todavía tienen un lugar en su corazón.

Un lugar en el corazón.

*Shabat Shalom Umeboraj*

Jodesh Tevet Tov, Mutzlaj Umeboraj

CUANDO CADA UNO CUENTA

Parashat Vayera, nos relata un conjunto de cuestiones que metafórica o realmente, fueron constitutivas en la vida de Abraham y que merecen cada una de ellas un análisis en particular.

  • Abraham recibe tres visitantes, quienes anuncian que Sara pronto tendrá un hijo y que las ciudades de Sodoma y Gomorra pronto serán destruidas.
  • Abraham, con un atrevimiento admirable, discute y negocia con Dios.
  • La casa de Lot es atacada por la gente de Sdom. Lot y sus dos hijas escapan mientras las ciudades están siendo destruidas y la esposa de Lot se convierte en columna de sal.
  • Lot  embaraza a sus hijas y ellas dan a luz a quienes se convertirán en los fundadores de las naciones de Moab y Ammón.
  • Abimelej, rey de Gerar, toma a Sara como su esposa después que Abraham afirma que ella es su hermana.
  • Nace Itzjak, es circuncidado y destetado.
  • Agar y su hijo Ishmael son despedidos; un ángel les salva la vida.
  • Dios pone a prueba a Abraham y le instruye que sacrifique a Itzjak en el monte Moriah.

Hoy, cuando tenemos como telón de fondo, un sinnúmero de situaciones que ponen en riesgo la vida democrática en nuestro país, y un clima de hostilidad hacia las Instituciones Representativas de la Comunidad, por parte del Gobierno,  sintiendo tal vez  miedo a la violencia o temor por el futuro de la Argentina y por el nuestro, elijo tomar entre todos estos temas  el admirable atrevimiento de Abraham  que discute con Dios acerca de la suerte de Sodoma y Gomorra: ¿y si hay cincuenta justos allí? ¿O cuarenta?  Negocia con Dios, y Dios acuerda en que si se puede encontrar un solo minyan de tzadikim, las ciudades se salvarán.

Aquí encontramos a Abraham diciéndonos: espera, incluso si estás desesperado, contá a todos.  Cada persona justa cuenta. Cada Tzadik hace una diferencia, aun cuando en el panorama general de la horda parezca insignificante.

Lejos estoy de seguir las traducciones del diálogo entre Abraham y Dios sobre Sodoma y Gomorra que utilizan los  términos «culpable» e «inocente», porque el significado simple de las palabras hebreas Rasha y Tzadik es más fuerte que eso. Un rasha es alguien que actúa con maldad. Un rasha se preocupa sólo por sí mismo y sus propias necesidades, más que por las necesidades de la comunidad o las necesidades de los vulnerables. Y un tzadik no es sólo «inocente», un tzadik es alguien que actúa con rectitud, con integridad,  con tzedek – justicia.

Y no siempre es fácil. Muchas veces sentimos que cultivar la empatía, el apego a la ley, la defensa de los derechos y libertades consagrados,  en  días en que la crueldad, la impunidad, la mentira y la corrupción son tendencia, es lidiar en una batalla cuesta arriba.

Aprendí a través de los años que mantenerse fiel a los principios, tiene un costo personal. A veces nos sentimos agotados y agobiados, pero no estamos solos.

La incertidumbre electoral es agotadora. Los miedos a la violencia son agotadores.  Los embates contra personas e instituciones de la Comunidad Judía nos han puesto en estado de alerta permanente.

Pero en la parashá de esta semana, lo escucho decir a Abraham: no te rindas. Necesitamos seguir haciendo lo correcto: ¡IMPORTA!, porque es lo que marca una diferencia, incluso si no lo notamos. Necesitamos ser tzadikim: seguir amando al extraño, alimentando al hambriento, cuidando al necesitado y al vulnerable,   valorando  a cada uno de los que no claudican, contando cada voto, y perseguiendo siempre la justicia, contra viento y marea.  Es nuestra obligación como judíos, como ciudadanos, como seres humanos. Es un trabajo arduo, pero la mayoría de las cosas que valen la pena hacer, lo son.

Que en este Shabat podamos encontrar un bálsamo para nuestros corazones heridos y ansiosos, disfrutar de los que amamos y cargarnos de energía renovada para retomar el trabajo de hacer lo correcto, y consagrar los días de la semana con nuestras acciones, en la permanente tarea de construir un mundo y una sociedad mejores.

¡SHABAT SHALOM UMEBORAJ!

Con afecto sincero

Batia D. de Nemirovsky

REPENSANDOME PARA 5782 (GLOBALIDAD 24/7) ≠ (HUMANISMO + UNIVERSALISMO)

A solo una semana del 1º de Tishrei 5782, estamos más temblorosos e inquietos que otros años, preparándonos para los Iamim Noraim porque “la vida que queremos” no es la que nos proponen las circunstancias que nos tocan vivir.

Atravesando días en los que los periódicos y las noticias abundan hasta el cansancio y el hastío en  el uso inapropiado  por parte de los políticos de la terminología  con que nuestra liturgia  nos acompaña en este mes de Elul que está terminando,  a lo largo de nuestro recorrido introspectivo,  vuelvo a profundizar en el sentido que cobra el caminar con “EL LIBRO en una mano y el periódico en la otra”.

Y es así que, en medio de tantas  grietas, fisuras y fracturas que atraviesan a nuestra sociedad y mientras ansío que el comienzo de este nuevo año  del calendario hebreo sea el prolegómeno del Cambio y la superación de todos los males que trajo y desnudó la pandemia, recupero para compartir, una vez más, un antiguo relato de entre aquellos que contaba mi Zeide Moishe.

Era mi abuelo materno, que llegó a estas tierras hace casi un siglo, lleno de esperanza y dispuesto a poner en práctica lo que mamó en su casa natal, en la lejana Polonia, y que tan bien me supo transmitir: “es con trabajo y con esfuerzo que logras ir alcanzando pasito a pasito tus propósitos”

Y va  el cuento:

A mol is gueven a rebe, a lerer….

Había una vez un Rabino, un maestro que cierta vez preguntó a sus discípulos: «¿Cómo sabemos cuándo la noche ha terminado y se ha iniciado el día?»

 Los estudiantes pensaron  que comprendían la importancia de esta cuestión. Hay, después de todo, oraciones, ritos y rituales que sólo se pueden hacer en la noche,  y otras que se deben  sólo durante  día. Es importante entonces  saber distinguir  cuando la noche ha terminado y el día ha comenzado.

Y así distintos alumnos comenzaron a aventurar todo tipo de respuestas:

  • “Cuando miro hacia  los campos y puedo distinguir entre mi campo y el de mi vecino, es cuando la noche ha terminado y el día ha comenzado.»
  • “Cuando miro desde el campo y veo una casa, y te puedo decir que es mi casa y no la casa de mi vecino, es cuando la noche ha terminado y el día ha comenzado.»
  • “Cuando veo un animal a la  distancia, y te puedo decir qué tipo de animal es, si una vaca o un caballo o una oveja, entonces, es cuando la noche ha terminado y el día ha  comenzado «.
  • “Cuando veo un campo florido y puedo distinguir los colores de las flores, si son de color rojo, amarillo o azul,  es  cuando la noche ha terminado y el día ha comenzado.»

Mientras los escuchaba, el ceño fruncido en el rostro del rabino, indicaba que estaba absolutamente desilusionado por las respuestas de sus alumnos.

Hasta que por fin, exclamó:

“¡Ninguno de ustedes comprendió realmente mi pregunta!

No se trata de matemática. En sus respuestas escucho que sólo dividen, separan.

Su casa de la de su prójimo, su campo del de su vecino, una especie de animal de otro, las flores de un color de todas los demás.

¿Eso es todo lo que podemos hacer – dividir, separar, partir el mundo en pedazos? ¿No está  el mundo roto lo suficiente? ¿No está  el mundo escindido ya en  fragmentos suficientes?

¿Lo que podemos aportar como respuesta es más división, más fragmentación?

No, mis queridos alumnos, yo entiendo, por lo que nos dicen nuestros textos,  que no es de esa manera.

Los estudiantes sorprendidos miraban  a la cara triste de su rabino.

«Entonces, Rabino, preguntó uno de ellos: ¿Cómo sabemos que la noche ha terminado y el día ya ha comenzado?»

El rabino posó la mirada en los rostros de sus alumnos, y con una voz dulce y suplicante les dijo:

«Cuando uno mira a la cara de la persona que está a su lado o enfrente y puede ver que esa persona es su hermano o su hermana , finalmente la noche ha terminado y el día ha comenzado.»

Este que nos toca vivir es un tiempo de globalización, de globalidad 24/7.  Pero tal y como lo expresa Jean Baudrillard,  en una de sus obras,   la globalización y, el humanismo y un enfoque de  universalidad  al que apelan las enseñanzas del Rabino, no van de la mano; son más bien excluyentes.

La globalización se da en las técnicas,  en los procesos industriales, en el mercado, los negocios  y las transacciones,  en el turismo, en la información.  

El humanismo y la  conciencia de universalidad  la ponemos en juego todos los días en los valores que sustentamos,  en la defensa de nuestros derechos  y  libertades, en  la educación y la cultura, en la permanente batalla por preservar la democracia.

Ciertamente nuestras vidas están interconectadas, con las de muchísimos otros, cercanos o distantes.

Sueño para este 5782 que nuestra  conciencia de estas interconexiones aumente, que podamos obrar en consecuencia  para que todos podamos habitar esta comunidad, este país y este mundo  -tan castigados ya -,  juntos, en paz.

Que podamos,  a pesar de nuestras diferencias mirarnos a los ojos y decir somos hermanos.

 Con sincero afecto deseo para cada uno de Uds. y sus familias

SHANA TOVA UMETUKA, LESHANA TOVA TIKATEVU           

Batia D. de Nemirovsky

EL SHABAT Y LA HALAJÁ, BELGRANO Y LA BANDERA: REFLEXIONES EN TORNO A PARASHAT JUKAT 5781

Shabat Jukat 5781, víspera del Día de la Bandera , conmemoración de la muerte de Manuel Belgrano 2021

Viviendo con dos calendarios, y con el libro en una manos y el diario en la otra, esta Parashá me interpela y me habla como nunca antes. Hace 201 año fallecía un prócer, un líder en nuestra Patria.

En la Torá que leeremos mañana seremos testigos de la desaparición física de dos figuras centrales de la historia bíblica: Miriam y Aarón, el hermano y la hermana de Moshé. También vemos aparecer dos signos potentes: la vaca roja y la serpiente de cobre.

Podríamos interpretar que al mismo tiempo que dos personajes centrales se apagan en el escenario, dos elementos aparecen para reemplazarlos para no dejarnos sin liderazgo y sin guía frente a nosotros mismos, perdidos en el desierto.

Uno representado por la vaca roja (pureza e impureza) y otro por la serpiente abrasadora que le permitiría mantenerse con vida al ser mirada, a quien haya sido efectivamente mordido por una serpiente.

Dos cuestiones que nos parecen hoy irracionales, a las que no podemos atribuir lógica, más allá de una cosa: son preceptos a cumplir, elementos importantes en nuestra ”caja de herramientas” para seguir caminando, para llegar a destino.

No es mucho, pero es fundamental Incluso es esencial.

¿Cuál es la función de un guía, de un líder, sino asegurarse siempre de que el grupo que lidera no se deje distraer, desanimar ante las pruebas y dificultades, sino que esté siempre consciente del fin último a alcanzar, de su objetivo?

Las pruebas inevitables por las que atraviesa el pueblo en el desierto (aquí simbolizado por las batallas libradas contra enemigos reales) no deben distraerlo de la marcha lenta, terriblemente lenta y difícil que debe conducirlo hacia la entrada a la tierra de Israel y el establecimiento de un sociedad gobernada según las reglas éticas dictadas en el monte Sinaí, una sociedad lo más democrática posible, que ponga por encima de intereses personales espurios (como vimos en Parashat Korach) la justicia, la verdad, la libertad y los derechos humanos consagrados.

También nosotros , acá en este país, y con el compromiso que asumimos hace más de 3300 años en un paraje desértico , en la base de una montaña, no deben distraernos aunque la marcha sea lenta y difícil o los adversarios parezcan invencibles.

Estamos obligados a batallar por nuestros principios, para legarles a nuestros hijos y nietos, una sociedad en la que se valore el mérito, la honestidad y el esfuerzo, y en la que puedan realizar sus más caras aspiraciones.

Esa sociedad en la que Belgrano soñó y por la que luchó y para la que nos legó una bandera que debemos seguir manteniendo bien alta.E

l Shabat y la Halajá, Belgrano y la Bandera, juntos en nuestra caja de herramientas no sólo para sobrevivir, sino para seguir luchando por nuestros ideales como Argentinos y como Judíos.

¡SHABAT SHALOM UMEBORAJ

EL DILUVIO, LA TORRE DE BABEL Y NOSOTROS.

Dos relatos, el del Diluvio y el de la Torre de Babel, fundacionales para la humanidad, ambos en nuestra Parashá de esta semana: Noaj. Las dos narraciones se sostienen por sí mismas.

El Diluvio, refiere al cambio que puede devenir en el orden y armonía natural del mundo que habitamos, la Torre de Babel a las actitudes y prácticas de los que lo habitamos.

Aparecen en Parashat Noaj dos “creaciones” completamente nuevas que antes no existían. La primera es el Pacto de Dios con los hombres, con la humanidad, cuyo símbolo es el Arco Iris. La segunda es la dispersión de pueblos y la creación de nuevos lenguajes.

El arco iris es la promesa de que nunca habrá una destrucción total del mundo. No habrá castigo colectivo que perjudique a todos por la acción de una parte del todo. Mensaje importante en estos días de pandemia e incertidumbre.

En cuanto al relato de la Torre de Babel, esa generación está creando un monumento a su propia arrogancia. Sabemos por nuestra propia experiencia que la falta de comunicación y la falta comprensión y empatía son la causa de la discordia y el desequilibrio en el mundo, tanto en el orden personal como en el global.

¿Porque entonces la dispersión de los lenguajes y las naciones aparece en el relato como un castigo?

Con palabras creamos y con palabras también destruimos. El idioma único es el problema.

Es la expresión de una sociedad totalitaria, dictatorial en la que la única palabra que tiene valor es la del gobierno y la mayoría. Una sociedad en la que no hay lugar para lo personal, lo diferente, el disenso y lo multifacético.

Gracias a la acción de dispersión e inclusión de la variedad de lenguas, la humanidad avanza en todo sentido. Cada cultura se desarrolla por derecho propio, y la verdadera prosperidad de la raza humana se crea y surge del encuentro entre las riquezas de las culturas.

El éxito de toda sociedad, comunidad o nación está, entonces, en resistir a todo intento de uniformidad y desarrollar la capacidad de distinguir, crear cosas diferentes y reconocer la pluralidad de ideas.

El desafío de este tiempo es ver, celebrar y valorar cada día la diversidad, evitar caer en los idiomas únicos, y esforzarnos por ver el arco iris aún en medio de la tormenta.Ojalá Podamos.

¡SHABAT SHALOM UMEBORAJ!

¿Porqué alegrarse en medio de la Incertidumbre y la Pandemia?

Este atardecer, junto con la llegada de Shabat , comienza SUCOT , Fiesta de las cabañas.
A medida que nos acercamos al final de un 2020 inmensamente difícil y comenzamos el año hebreo 5781, Sucot puede ser justo lo que necesitamos más que nunca. La estructura de una Sucá, frágil, expuesta a las inclemencias del clima y de los tiempos que corren, es una metáfora de la vida
Yom Kipur y Sucot se comparan con las dos caras de una misma moneda. En Yom Kipur acentuamos el valor de la solemnidad, la importancia de alejarnos de lo que nos daña a nosotros y a los otros. En Sucot enfatizamos la alegría, la importancia de valorar qué y quiénes nos enriquecen y nos sostienen a nosotros y a los otros. Sucot se describe como Z’man Simjatenu, el tiempo de nuestro regocijo. En Sucot estamos llamados a regocijarnos, en una vivienda endeble, que construimos y adornamos con nuestras propias manos.
En la era del Covid-19, con la amenaza de infección aparentemente en cada esquina, nuestra propia existencia y las cosas que nos han mantenido a salvo se han vuelto vulnerables. ¿Cómo integrar la alegría que nos prescribe Sucot a nuestra cotidianeidad, hoy, para recrear el Jag en medio de los riesgos de la pandemia?
Ciertamente, lo que queremos siempre es permanencia y seguridad. Sucot nos dice que no hay seguridad, pero nos insta a celebrar: “VESAMAJTA BEJAGUEJA”. Ninguna estructura que podamos construir nos protegerá de las contingencias que se nos presentan. Pero en medio de esta inestabilidad e incertidumbre, tenemos el increíble regalo de la vida, y es precisamente en el reconocimiento de lo frágil y temporal que es la vida, donde podremos encontrar su grandeza y abrazar con alegría lo cotidiano.
¡SHABAT SHALOM UMEBORAJ, JAG SUKOT SAMEAJ, CELEBREN Y ALÉGRENSE EN LOS DÍAS DEL JAG!

Con afecto, Batia

PARASHAT KORAJ – Líderes y liderados:¿Obediencia, Rebeldía, Controversia, Poder?

(actualizacion 2023)

¿Quién debe ser obedecido? Después de todo, ¿por qué siempre debemos obedecer a algo o a alguien? ¿Cuántas veces nos hubiera gustado decir: NO?

Pero… Los seres humanos somos  gregarios y la mayoria de nosotros aspiramos a pertenecer naturalmente a un grupo, a una comunidad a una sociedad estructurada y provista de leyes.

En otro nivel, el creyente también obedece a Dios.

Releyendo esta semana Parashat Koraj, vale preguntarnos: ¿Es la obediencia realmente un valor en la tradición judía? ¿Son los hijos de Israel portadores de particularidades sobre este tema?

Hay muy pocas preguntas que surgen de la lectura  del texto bíblico para las que los rabinos y estudiosos a través de la épocas, obtuvieron una sola y única respuesta.

En la variedad de enfoques  que conforman nuestro legado y nuestra tradición interpretativa,  en lugar de buscar apretadamente una respuesta «correcta» poniendo en  conflicto unas miradas  con otras, se privilegia  que esas diversas  respuestas coexistan.

Ciertamente, a veces están en tensión, otras  en completa contradicción entre sí; pero sin embargo  “conviven” en una dinámica de intercambio permanente  unas con las  otras.

Cada aporte y cada idea expresada  nos permite destacar y reafirmar que  uno  de los aspectos más maravillosos de nuestra tradición es la pluralidad  de voces que abarca la interpretación del texto bíblico a través de las épocas.  Voces de lado a lado; múltiples maneras  de leer el texto para encontrar información y significado.

parshat-korach-david-wolk Parashat Koraj, nos coloca ante  la tensión existente entre el liderazgo responsable, de quien fuera designado por Dios, Moshé,   y un intento de  «subversión del orden»  por parte de “una banda” liderada por Koraj  quien  se presentó ante Moshé «junto con hombres de los hijos de Israel, doscientos cincuenta, jefes de la congregación, los convocados a la asamblea, hombres de renombre “(Bemidbar 16: 2)” argumentando que Moshé y Aarón no deberían estar por encima del resto de la nación:

“Se congregaron contra Moshé y contra Aarón y les dijeron: Bastante para vosotros! Pues toda la asamblea, todos, son consagrados  y en su seno está Adonai. Y ¿por qué os enaltecéis por sobre la congregación de Adonai?» (Núm. 16: 3).

Koraj toma como argumento el hecho de que los miembros del pueblo están a priori todos al mismo nivel. Son todos creados a imagen de Dios, todos pertenecen al pueblo consagrado. Moshé y Aarón, por lo tanto, no tienen que ocupar un lugar especial por encima de ellos.

Como lo había hecho antes Abraham respecto de  Sodoma y Gomorra, Moshé se vuelve hacia Dios y le pide que decida la cuestión. Queda claro que Moshé y Aarón no quieren que toda la congregación sea víctima de la culpa de un hombre o de un pequeño grupo de hombres. Leemos entonces:

Bemidbar 16:22. “…Se prosternaron sobre sus rostros y dijeron: «Dios. Dios de los espíritus de toda criatura, ¿acaso un solo hombre va a pecar y contra toda la asamblea habrás de enfurecerte?»

Moshé al asumir la defensa del pueblo, en el mismo momento en que él mismo es atacado por uno de sus miembros, demuestra una de sus cualidades de líder. La tradición judía aboga por el liderazgo a través del conocimiento, la humildad, la escucha, la consulta y la reflexión. Respalda la obediencia por íntima convicción a la luz de las realidades que nos tocan atravesar, anlizadas desde las lentes del manantial que fluye de la sabiduría dinamica de la civilizacion del judaismo.

Un verdadero líder sabe cómo asumir la responsabilidad de defender a los demás. Un verdadero líder es una persona dotada de habilidades reconocidas y apreciadas por aquellos a quienes dirige, y no una persona que busca ser obedecida simplemente porque tiene un nombre y/o un título. 

Como era de esperar,  el relato de esta Parsahá termina de manera dramática, con la tierra abriendo su boca y tragándose a  Koraj  y los 250 rebeldes, sus seguidores, por completo.

 La Torá nos coloca ante una dura escena y ante un interrogante inquietante: ¿Acaso aquellos que cuestionan a los líderes designados por Dios no sólo deben ser ignorados, sino que deben ser castigados con gran violencia y furia?

En Pirkei Avot la controversia planteada por Koraj y su congregación se sostiene como el paradigma de «Majloket Shelo Leshem Shamayim«, una controversia que no es por el bien, a diferencia de las controversias entre Hillel y Shamai que son consideradas «Leshem Shamaim«. (Masejet Avot 5:17)

Sabemos  que no hay un sentimiento más difícil para un grupo que el de estar efectivamente representado en el poder,  y que aún así su voz  no sea escuchada. En las coyunturas  democráticas hay competencia por las ideas, pero la democracia es, ante todo, un método de representación mediante el cual diferentes grupos pueden formar parte del juego, hacer oír su voz y cuidar de los intereses de la totalidad.

Veamos:  ¿Por qué la Mishná retrata esta controversia como el modelo de la que no está ligada al cielo o por decirlo en términos claros,  a propósitos elevados?

Hay comentaristas que sostienen que todo lo que motivó a Koraj y a sus seguidores fue el ego, un deseo desmedido de poder y la voluntad de gobernar independientemente del interés, la real necesidad o la percepción ideológica de la gente.  Ciertamente este enfoque me suena familiar al pensar en los políticos de esta época.

De hecho Koraj y sus seguidores eran “integrantes de la Asamblea”  y  “jefes de la congregación”, (de las tribus) que sabemos eran convocados y escuchados a la hora  de dirimir todas  las cuestiones vinculadas con la vida cotidiana de  los errantes por el desierto.

Seguramente cabe preguntarse si  la  posición de la Torá es que la autoridad nunca puede ser desafiada.  ¿Puede ser? O ¿No somos todos iguales a los ojos de Dios?

Para los rabinos, en particular para los que abrazaron la pluralidad de enfoques, para los que  disfrutaron en la búsqueda y la escucha inteligente de múltiples voces en tensión creativa, el pecado de Koraj no pudo haber sido que alzó la voz.

Y así, en la búsqueda de sentidos y significados, los rabinos dieron rienda suelta, positivamente a su creatividad, y con sus  pensamientos  y palabras llegaron a múltiples respuestas.

Este, por cierto,  constituye un episodio en el cual  la búsqueda y la imaginación rabínica los llevó fuera de sí mismos, fuera del ámbito del Beit Midrash, fuera de sus vidas rituales.  Los llevó al mundo del liderazgo cívico, de la política.

Observaron sus propias estructuras y la del mundo que los rodeaba, y preguntaron qué decía la Torá sobre eso. Y la respuesta que se les ocurrió podría haber sido escrita para nosotros hoy

¿Cuál fue el pecado de Koraj?

No fue que desafió al liderazgo, no fue que alzó la voz. Fue que fundamentalmente no entendió lo que el liderazgo es. Lo vio en términos de estado personal.

Cuando le dice a Moshé «¿Por qué te elevas por encima de la congregación de Dios?», revela su visión del liderazgo como el beneficio personal de convertirse en gobernante.

La voz mayoritaria  en la literatura exegética sobre el pecado de Koraj, nos indica que se trató de un golpe de estado. Un juego de poder para beneficio personal, iniciado no por el pueblo,  sino por la aristocracia. Koraj era el bisnieto de Levi, y llegó a enfrentarse  a Moshé con «doscientos cincuenta jefes de la comunidad, elegidos en la Asamblea, hombres de renombre». Gente que ya tenía poder y status. Y quería más.

Por eso fueron castigados con un castigo que hasta entonces nadie había recibido. Una escena  espectacular:

”se partió la tierra que estaba bajo ellos. Abrió la tierra su boca y los tragó a ellos y a sus casas y a todas las personas que eran de Koraj y todos los bienes.  Descendieron ellos y todo lo que les pertenecía, vivos al sepulcro, y los recubrió la tierra y se perdieron del seno de la congregación.  Y todo Israel-que estaban en derredor de ellos- huyeron a sus gritos, pues ellos dijeron: «No sea que nos trague la tierra». (Números 16: 31-34)

Ejemplificador castigo para exponer ante todos los Hijos de Israel que lo  vieron en vivo y en directo… y mucho material de reflexión para nosotros hoy.

El maravilloso texto bíblico que, como siempre afirmo, les habló a mis ancestros y también me habla a mi hoy,  me reafirma en la convicción  (¿o utopía?) de que quienes sólo buscan en el liderazgo enaltecer su auto estima, alimentar su yo y su notoriedad y lo hacen sin escrúpulos, deberían terminar tragados por la tierra, aunque la realidad nos indique lo contrario.

Si nuestros gobernantes pudieran trascender el ego y el poder, abandonar las controversias inútiles y pensar en la totalidad, continuaríamos viviendo con seguridad, justicia, salud y bienestar y podríamos celebrar las buenas y oportunas controversias que no son – ni más ni menos- que el eje de la real democracia, mediante la cual diferentes grupos pueden formar parte del juego, hacer oír su voz y velar por los intereses de toda la nación y sus ciudadanos.

Espero poder tomar siempre el enfrentamiento  entre Moshé y Koraj como lo que debió ser: una controversia  entre el liderazgo responsable y la oposición valiosa. Quizás es la tensión fértil entre estos dos paradigmas la que tiene la capacidad de cambiar las cosas; para unir tesis y antítesis en una síntesis que nos permita  pasar de la estéril muerte, del cinismo, la hipocresía y el relato manipulador, a algo que realmente pueda dar fruto.

Espero que asi sea!

¡SHABAT SHALOM UMBORAJ!

 

 

VÍNCULOS FRATERNOS RECUPERACIÓN Y SANACIÓN

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La porción de la Torá que leemos esta semana, Beha’aloteja aborda muchos aspectos del deambular de nuestros ancestros por el desierto. En medio de esta compleja y detallada narrativa quiero abrir sólo una ventanita al incidente de la ruptura que estalló en la familia de Moshé.

Hasta ahora, los tres hermanos se nos han presentado como un equipo cohesionado. Miriam, la hermana mayor, estuvo allí desde el principio. Ella controló la suerte del canasto que fue colocado con el bebé en las aguas del Nilo, fue ella quien se apresuró a ponerse de pie ante la hija de Faraón y ofrecer a su madre como «una nodriza de los hebreos», para que amamante al niño. Cuando Moshé comenzó a cantar sus alabanzas después de cruzar el Mar Rojo, fue ella quien convocó a las mujeres para celebrar con cánticos y danzas la salvación.

Aarón, mayor también que Moshé no tuvo durante la infancia del líder ningún papel; pero, inmediatamente después de la revelación en la zarza ardiente se unió a él. La división de roles entre ellos era clara: Moshé era el líder y Aarón el hablante. Aarón lo acompañó, fue su mano derecha y habló por él a lo largo de la ardua lucha con el Faraón. Fue nombrado Sumo Sacerdote en el Tabernáculo, y aun cuando sucumbió a la presión del pueblo en el episodio del becerro de oro, no se debilitó el vínculo fraterno, ni la aparente cohesión de esta tríada y su capacidad para dedicarse a liderar al pueblo.

Y ahora, de repente, Miriam y Aaron «hablan» acerca de Moshé, murmuran sobre él, ¿lo calumnian?, ¿están decepcionados de él? o ¿sencillamente están celosos?

“Habló Miriám y Aharón contra Moshé por causa  de la mujer kushita que había tomado, -ya que una mujer kushita él había desposado. Dijeron: «¿Acaso solamente con Moshé ha hablado Adonai? ¡Ciertamente también con nosotros ha hablado!» y lo escuchó Adonai. (Bemidbar, 12:1-2)

Desde mi perspectiva, están francamente celosos de la conexión que su hermano tiene con Dios. Como todos los personajes bíblicos, Moshé no es perfecto ni está exento de cometer errores, y el texto no nos oculta sus momentos de debilidad. Sus hermanos también los conocían. No es en torno a sus debilidades que murmuran, sino en relación con un asunto puramente personal y que no tiene en absoluto ningún impacto en la naturaleza del rol público-religioso o de liderazgo que él detenta, ya que hablaban entre ellos acerca de su unión con «una mujer kushita».

De acuerdo con algunos comentaristas el de los hermanos de Moshé es un malestar arraigado en el hecho de que esta mujer tenía un color de piel diferente al de las hijas de Israel. (¡Todo un tema por si mismo en este tiempo global que vivimos!)

Este fue el gran «pecado» de Moshé; esta fue la «gran debilidad» por la cual Miriam y Aarón reclaman que ellos desean un vínculo con Dios como el que tiene Moshé, dado que son y han sido parte del liderazgo del Pueblo.

El texto nos relata que Dios llama a los hermanos a rendir cuentas. Es en este punto que Miriam carga con la mayor parte del castigo. Es atacada por la enfermedad de la lepra. (Bemidbar 12: 9-10)

Pero en el momento decisivo, es Aarón quien clama ante el hermano:

Dijo Aharón a Moshé: «Ruégote, señor mío, no hagas recaer sobre nosotros pecado, ya que hemos sido necios, y hemos errado. Y ahora, que no sea ella cual muerto, que al salir él del seno de su madre se habrá consumido la mitad de su carne». (Bemidbar 12: 11-12)

El reconocimiento por parte de Aarón es el punto de partida necesario para la curación. Comienza el proceso de recuperación del vínculo fraterno.

De hecho, estaban celosos. De hecho, su envidia expuso debilidades sociales y espirituales en lo profundo de sus almas.

Es en ese momento que Moshé , el mismo hombre de quien se dice que sufría de un impedimento del habla, clama con palabras claras, concisas y articuladas: אל נא רפא נא לה

«El na refa na la», (Oh Dios, por favor sánala).

No ha dejado de conmoverme esta simple oración pronunciada por Moshé en la hora de necesidad de Miriam. Su brevedad y sencillez no provienen de una menor kavaná (intención), por el contrario, es una invocación desesperada, llena de amor.

Es la plegaria desgarradora de un hermano cuya hermana acaba de ser castigada.

En ese momento todos los desacuerdos desaparecen, y la súplica de su corazón se convierte en palabras en sus labios y nos deja maravillados. Es el ruego que surge desde un lugar profundo de incertidumbre, dolor, búsqueda y devoción. Es una interpelación primaria que se transforma en un grito, una esperanza, una exhortación.

Hoy y acá son muchos los temas que nos preocupan, pero al iniciar este Shabat retomemos la breve plegaria de Moshé para recrearla en nuestros corazones y pedir por salud del cuerpo y del espíritu para todos y cada uno.

El Na Refa Na La (Oh Dios, por favor sánala)… y a él, y a ellos, y a nosotros.

Shabat shel Hajlamat Hanefesh veHaguf.

Que tengamos un Shabat de recuperación física y emocional.

Shabat Shalom Umboraj!

Que tengamos un Shabat de Paz y Bendiciones!

Shavuot 2020 – Un regalo que conlleva obligaciones

Shavuot_-_art_tabletsEl judaísmo sostiene que lo que una persona hace es más importante que aquello que manifiesta creer. No es, por ello, que se desconozca el valor de la fe, las creencias y convicciones, pero ellas pertenecen al mundo interior de cada individuo, y por lo tanto, siendo subjetivas son impenetrables e inviolables.

“Es indudable que el obrar enteramente según las propias apetencias podría destruir no sólo a los propios vecinos sino también a uno mismo. La libertad es sólo un valor entre otros, no puede ejercerse sin reglas y límites.”                                                                                                        Isaiah Berlin

Nuestra tradición se ve a sí misma como una disciplina que, organizando el modo de vivir a través de leyes y normas, genera las condiciones necesarias para que germine la fe, mientras garantiza una adecuada interacción entre los miembros de la sociedad.  Por eso, los conceptos de Mitzvá  y Halajá  son centrales, y la Torá  es el corazón y el punto de partida de todas las normas del judaísmo.

Shavuot es la festividad que celebra la entrega de la Torá, ZMAN MATAN TORATEINU.  Pesaj es la celebración de la libertad y Shavuot es la celebración de la Torá .   La libertad no es suficiente por sí misma. Enlazando Pesaj y Shavuot aprendemos que el valor de la libertad depende de lo que hagamos con ella; que debe nutrirse del bien, de la justicia, de la ley.

La relación existente entre Pesaj y Shavuot nos indica que ser libres implica, fundamental-mente, poder elegir y por ello  la libertad tiene sentido cuando la ejercitamos para construir el mundo, la sociedad y el hombre.

Poseedores de libre albedrío, disponemos de la Torá  como guía, enseñanza, orientación, brújula  e inspiración en cada uno de los momentos de nuestras vidas. Por eso celebramos la entrega y Matan, (mataná =regalo) no la recepción de la Torá.

Leemos:

La dignidad del hombre está en proporción con sus obligaciones, al igual que con sus derechos. La dignidad de ser judío radica en el sentido de compromiso, y el sentido de la historia judía gira alrededor de la fidelidad de Israel al Pacto. No obstante, la mera adhesión a sucesos no expresa en plenitud la esencia del vivir judío. […]

El mandamiento es presencia, el acto es consumación. El a cto completa el suceso. La revelación no es más que un comienzo, nuestras vidas deben completarlo, nuestras acciones deben continuarlo.

[…] Las Tablas de la Ley se quiebran cada vez que se fabrica un becerro de oro

Abraham J. Heschel,  Dios en busca del hombre,  Bs As, Ed. Sem. Rabínico, 1984.

En el Monte Sinaí se inició la entrega.  La recepción no concluye nunca, continúa en cada generación, y cada uno de nosotros la recibe de acuerdo a su capacidad de comprensión, a los tiempos espacios y circunstancias en las que le toca vivir.

Que tengamos siempre presente que no podemos obrar de acuerdo a nuestras propias apetencias, por  cuanto esto nos puede dañar y destruir a nosotros y a otros.

Que seamos cada día dignos receptores de este particular regalo que hemos recibido en Sinai.

Jag Shavuot Sameaj!

El Judaísmo ¿me lo exige? Una reflexión acerca de las bodas ortodoxas que se realizaron en 40ena

¡Está escrito en la Tora!  ¡Es una norma religiosa! 5c354d52d6c69464887d7301496bfdb3

Es el primer argumento que revolean ante quien se acerca a advertir respecto de la severa transgresión que han cometido. Parece ser la respuesta que cierra toda posibilidad de continuar un diálogo. Y vuelven a encerrarse en sus largos y negros atuendos arrogándose el derecho a decir que son discriminados por ser judíos, no asumiendo la responsabilidad que cabe a su “delictivo” proceder.

Es así como inducen al error  y es así que, cegados por el  fanatismo y  el fundamentalismo  que los rodea , y que  alimenta y avala algún “falso prometedor de la redención” que se hace llamar Rabino, cometen todo tipo de estupideces e insisten en considerarse dueños de verdades reveladas.

Cuando estas decisiones solo afectan a quien las toma, que se haga cargo. Pero  cuando despliegan acciones que transgreden normas vigentes, sin tomar en cuenta  la responsabilidad que las escrituras nos dictan y que tenemos hacia los otros, y  los ponen en riesgo de vida, cuando no se ajustan en sus actitudes y actos a las manifiestas enseñanzas Bíblicas,  estamos hablando de algo muy distinto.

“Convoco al Cielo y a la Tierra a testimoniar contra ti en este día. Ante ti he desplegado la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Por lo tanto, elige la vida que tú y tus hijos puedan vivir”. (Deuteronomio 30:19)

Ubajarta bajaím… Escoged, pues, la vida.

Elegir siempre la vida es el mandato  escrito en la Torá.

La observancia  de las medidas decretadas por el gobierno  y las autoridades de salud para preservarnos del contagio  deben considerarse en esta situación en el marco del mandamiento religioso más elevado: Pikúaj Nefesh,  la salvación de vidas humanas.

Recordemos que ante un peligro  inminente preservar la vida  antecede  a la observancia del Shabat: pikúaj nefesh dojé Shabat, principio halajico  con una primera fuente en el Talmud de Babilonia, Tratado de Shabat . pagina 151, folio B,  que tiene su sustento en el Pentateuco :

“Observareis Mis leyes y Mis mandamientos, los cuales habrá de cumplir la persona para que viva con ellos. Yo soy Adonai” (Levítico,  18:5).

Este versículo es interpretado por nuestros sabios de la siguiente manera: “Para que viva con ellos y no que muera con ellos”. Esto implica  ni más ni menos que los preceptos de la Torá fueron dados para que las personas vivan y no para que mueran en virtud de su observancia.

El judaísmo nunca fue monolítico, no hay una sola manera de ser judío.  Siempre pensé que más allá de la corriente  a la que cada uno adhiere,  yo tengo con todos mis hermanos judíos alrededor del mundo un vínculo, un pegamento, que está directamente vinculado al hecho de compartir un legado común, aunque lo miremos a través de lentes de distintas tonalidades.

Las noticias que volaron por redes ayer por la tarde me han dolido, porque ponen en evidencia que hace falta recorrer un largo camino aun, para poder seguir considerando que tenemos también, un destino común.

Y como muchos me preguntaron si está escrito en la Torá o es principio Halajico que está prohibido posponer bodas por motivos de causa mayor: Acá va con humildad  mi respuesta:

NO ESTÁ  ESCRITO EN LA TORÁ, a diferencia de las otras fuentes que traje, es una costumbre que de acuerdo a algunos comentarios  tiene su origen en el Jasidismo, pero claramente no es una costumbre que se  haya transformado con el tiempo en norma, por lo cual de ninguna manera es vinculante.

Ciertamente son nuestros actos y no la divina providencia los que consagran o profanan momentos, agregándole santidad al mundo y a los vínculos que mantenemos con la sociedad en la que vivimos.

Cada uno despliega su propio mapa de ruta para transitar por la vida, y en el mío encuentro que nunca podré justificar ni defender lo que humana y éticamente es indefendible.

Me cuesta tener que aceptar que el o los  rabinos que oficiaron bodas en período de cuarentena y estas familias que  transgredieron el más elevado precepto de Pikuaj Nefesh y la norma de la Nación  sean  parte de la «tribu» a la que me siento orgullosa de pertenecer.

Lo que sí está escrito en la Torá y es vinculante es que tenemos la responsabilidad de amar, cuidar y proteger a los otros:

“Y amarás a tu prójimo como a ti mismo, yo soy Adonai” Levítico 19:18.

Nos preparamos para el viaje, en pocos días saldremos de Mitzraim

fbd6e15533bab96910f5b74b8cfe085aHace mucho tiempo coincidiendo con esta época del año, emprendimos un viaje, una travesía.

En una noche como la del Seder que se acerca, los Hijos de Israel pasamos de la degradación a la alegría, comenzó nuestra historia como Pueblo.

En este tiempo damos gracias por la liberación de los días pasados, y expresamos nuestra firme convicción de continuar luchando y bregando por la liberación de los que aún están sojuzgados.

En estos días previos a Pesaj ponemos una atención renovada, en las estrecheces que aún nos agobian. En este año, particularmente, intentamos ser creativos para ampliar el círculo de nuestras manos tendidas, de nuestros esfuerzos y plegarias.

Invocamos protección y amparo para todos los que todavía están reprimidos e inmovilizados. Anhelamos que pronto todos podamos ser liberados de las amenazas que acechan.

Deseamos fervientemente poder abrazar pronto a nuestros seres queridos de los que estamos alejados para cuidarnos. y cuidarlos. Preguntamos, nos preguntamos y encontramos sólo algunas respuestas.

Vemos en la Matzá la representación del pan de la Libertad:

La libertad de la esclavitud y de la opresión, la liberación del hambre y de la miseria, la libertad del odio y del miedo, la libertad de pensar y de expresar nuestras ideas, la libertad de enseñar y de aprender, la libertad para amar y para compartir, la libertad para la esperanza y el regocijo, la libertad para preguntar y dar algunas respuestas.

Hay una costumbre Sefardí  en el Seder: girar hacia la persona que está tu lado en la mesa y formular tres preguntas, que reciben tres breves respuestas.

P: ¿Quién eres?  R: Soy el Pueblo de Israel

P: ¿De dónde vienes?  R: Vengo de Egipto.

P. ¿Hacia dónde vas? R: Voy camino a Ierushalaim

Podemos recrear la costumbre simplemente, repetirla año tras año, convertirla en un ritual mas del Seder y  sólo realizar estas tres preguntas como un acto simbólico.

En este Pesaj 5780, les propongo valorar adecuadamente cada una de estas preguntas, enviarlas a nuestros amigos y familiares que no pueden estar con nosotros, porque cada uno está celebrando en la intimidad de su hogar, y generar conversaciones e intercambios en torno a esta antiquísima costumbre.

Soy el Pueblo de Israel

Somos los descendientes de quien luchó con la santidad, los que permanecemos despiertos toda la noche expectantes, celebrando, listos para salir.  Somos los hijos de Iaakov, de la Casa de Israel y de nuestra comunidad y estamos ansiosos y dispuestos a caminar por el desierto junto a todo aquel que escuche el llamado de la libertad. Somos los que junto con la humanidad toda rogamos por una rápida curación para todos los enfermos y por la lucidez, esfuerzo y trabajo a destajo de quienes están buscando una vacuna que nos libere de la pandemia.

Vengo de Egipto

Desde el lugar estrecho, de la esclavitud, de la constricción, de trabajos forzados, del sufrimiento y el aislamiento. Venimos de la estrechez de nuestras adicciones: al individualismo, al éxito, al trabajo. Venimos de los conformismos con lo que en el mundo duele y del miedo a arriesgar para crear algo nuevo. Este año venimos con nuevas, angustiantes y conmovedoras vivencias.

Voy camino a Ierushalaim

Vamos a Ir Shalem, la ciudad de la totalidad, a Ir Shalom, la ciudad de la paz. Nos dirigimos hacia nuestros mejores sueños respecto de la comunidad y la sociedad a las que pertenecemos.  Tal vez nos proponemos llegar a un lugar determinado, tal vez a un estado de nuestra mente y nuestras convicciones y conexiones, tal vez avanzamos hacia aquello que siempre puede ser mejorado y por ende no lo alcanzamos en su totalidad.

Somos Israel, venimos de Egipto, la luna está creciendo. Empezamos nuestros preparativos con la esperanza de que al iniciar nuestro Seder y tomar la Matzá, logremos comenzar una vez mas, el viaje que nos define.

VAIAKHEL Y NOSOTROS HOY

Parshat Vaiakhel tiene lugar cuando el pueblo de Israel se encuentra en el desierto, inmediatamente después del pecado del becerro.

Comienza con las mitzvot de Shabat y su núcleo principal es la construcción del Mishkán. Al comienzo de la Parashá se le pide a Moshé que reúna al pueblo. Que los reúna a todos para contarles las cosas importantes que serán la base de la comunidad.

No es en vano que se movilice a todo el pueblo, no sólo a los líderes de cada tribu, para transmitir instrucciones .

La fuerza de la Kehila, de toda la comunidad es trascendental.

La capacidad del grupo de pertenencia   para mantenerse unidos en valores, objetivos, metas y diseños de cursos de acción es substancial, para garantizar la posibilidad de avizorar futuro.

Más adelante, en los versículos que siguen se dan instrucciones detalladas para la construcción de la casa que será utilizada para el culto a Dios y para la elaboración de los símbolos que unen al pueblo como un colectivo que comparte la fe, costumbres y ahora también el espacio físico.

La implementación del proyecto implica a todos, cada uno tendrá que aportar su parte, de acuerdo a sus posibilidades.

La Torá es consciente de las diferencias de clase y por eso establece una variedad de canales de donación. Desde oro a los ricos, plata a la clase media y cobre a aquellos con menores posibilidades. El principio rector es el principio de asociación que trasciende la situación económica pero también las diferencias de género.

Así, en un mundo patriarcal donde los muros entre hombres y mujeres eran claros,  en el compromiso de construir el tabernáculo, se produce un alineamiento sorprendente.

La lectura del pasaje evoca la emoción de un nuevo comienzo, de un paso adelante en la relación entre el pueblo errante y rebelde y su Dios y entre las personas que acaban de vivir una grave crisis de identidad, entre ellos mismos.

A diferencia de otras mitzvot, en esta Parashá, no hay amenaza alguna para quien no pueda cumplir con el pedido.

Aquí hay una petición de compromiso personal motivada por la generosidad del corazón.

La Tora nos cuenta que las donaciones fueron dadas con Kavana y compromiso casi absoluto. Los materiales con los que se construyó el tabernáculo no son sólo los materiales de construcción, y no sólo las buenas manos que lo construyen con estos materiales, sino que la intención misma de la generosidad del corazón es una cualidad que lo sostiene.

Un Mishkan se construye desde la buena voluntad, desde la generosidad, desde una comunidad humana que crea una empresa común.

No nos encontramos hoy como el Pueblo después del pecado del Becerro de Oro.

No somos nosotros quienes provocamos el espanto en el que seguimos inmersos.

Cuando finalizamos e iniciamos nuevamente el ciclo anual de lectura de la Tora, fuimos atravesados por el horror. El 7 de octubre, sigue siendo hoy.

No estaremos en condiciones de reconstruir, toda la destrucción generada, hasta tanto cada uno de los integrantes de nuestro Pueblo no vuelva a su hogar.

El retorno de todos y cada uno, la erradicación del antisemitismo en todas sus formas que se ha despertado a partir del 7-10 y el logro de una paz definitiva y duradera debe ser nuestro objetivo común.

Que sepamos y podamos aplicar el espíritu de entrega, el trabajo comunitario y la intención del corazón que describe Parashá Vaiakhel, en las muchas tareas de reconstrucción, sanación y creación que ahora tenemos y que tendremos por delante.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

Batia D. de Nemirovsky

KI TISA: ROTOS, FRAGMENTADOS Y ENTEROS

La parashá de la Torá de este Shabat, Ki-Tisa, es un ejemplo perfecto de los cambios dramáticos que pueden ocurrir, por nuestras acciones o por motivos ajenos a nosotros mismos.

Ki-Tisa (“Cuando te elevas”) comienza cuando Dios le dice a Moshé que recolecte una donación de medio Shekel de todos los israelitas y que unja el Mishkán (Tabernáculo), sus utensilios y a los sacerdotes. Los israelitas adoran al becerro de oro y Moshé rompe las tablas. Moshé suplica a Dios que lo perdone y regresa con un segundo juego de tablas.

Es en Ki Tisa, donde Moshé recibe el mandamiento sobre el Shabat, un regalo increíble que fue legado a nuestro pueblo a perpetuidad, un mandato visionario y de gran alcance que ha seguido siendo fundamental en la vida judía. Cantamos los versículos cada Shabat en nuestras sinagogas: “Veshamru Bnei Israel et Hashabat….

Pero en la misma parashá, todo lo positivo que ha sucedido es anulado porque la gente quiere un ídolo, una divinidad tangible entre ellos, en lugar de la que escucharon alrededor del Monte Sinaí envuelto en una nube.

Al bajar del Monte con las primeras tablas, Moshé se enfrenta a una realidad que cambió, el Pueblo al que dedicó sus afanes, está ahora adorando un becerro de oro.

La ira lo invade y estrella las tablas contra la rocosa base del Monte.

Qué rápido cambian las cosas, qué rápido lo que creíamos ya superado,  enterrado en un pasado lejano sale a la superficie e impacta con sus efectos tóxicos sobre nuestras vidas. La vida de nuestra nación está en constante cambio, siempre lo ha estado y, sin embargo, secretamente esperamos que algunas cosas una vez cambiadas, no vuelvan a ser lo que alguna vez fueron.

Esta Parashá contiene un poderoso recordatorio de que en la vida humana siempre debemos esperar lo inesperado.

Ninguno de nosotros, desde el 7 de octubre del año pasado, necesita que se nos recuerde esta verdad, porque sabemos que fue un acontecimiento que cambió todo, posiblemente para siempre.

Fue un momento sísmico, un terremoto, que desató una marejada de miedo, inseguridad y desesperación, y un tsunami de antisemitismo.

Los acontecimientos en Israel y Gaza no sólo han desatado un increíble aumento del antisemitismo en la sociedad de muchas naciones, sino que de una manera perversa han descorrido el velo de una realidad que considerábamos en vías de superación.

Es cierto que hay muchos sectores de la sociedad que resisten este ataque barato e ignorante que tanto daño nos causa. Lamentablemente, esos sectores que nos apoyan, se solidarizan y lloran con nosotros,  son minoría y no tan ruidosos como la mayoría.

Son muchos los momentos de cada día, desde hace casi 5 meses, en los que nos invade, como a Moshé , la ira.

La ira no siempre es mala consejera, existe una ira sana, necesaria y constructiva, porque se canaliza. Es la que expresan todos los que alzan sus voces,  apelan a la palabra contundente, a la expresión artística, a todos los medios a su alcance para esclarecer, para condenar la masacre del 7 de octubre.

Nosotros, como el Pueblo de Israel en el desierto, seguiremos caminando y haciendo frente a cada adversidad con el Arca que contiene “Shibrei Lujot”  (los trozos de las lujot que Moshé estrelló en medio de su ira) y las que luego trabajosamente esculpió en la piedra al regresar al Monte Sinaí, cumpliendo el mandato divino.

Somos judíos, caminamos por los senderos de la historia y la memoria con el relato de las consecuencias del Becerro de Oro, con nuestros quebrantos y nuestros momentos de celebración.

Tenemos todas las razones para romper las cadenas que ciegan a los que tienen el cerebro lavado y a los engañados.

Tenemos todas las razones para seguir clamando por la liberación de todos los rehenes.

Tenemos todas las razones para exigir a viva voz que la humanidad toda condene y castigue definitivamente el terrorismo de Hamas y sus secuaces.

 Tratemos siempre de ejemplificar lo mejor de nuestra tradición y de fortalecer a nuestras comunidades, a nuestra gente y a la sociedad en la que vivimos, porque en su fuerza y cohesión reside siempre la esperanza de un futuro con paz.

Con afecto  y esperanza

Shabat Shalom Umeboraj

Batia D. de Nemirovsky

PARSHAT T’RUMA Y EL FOCO PUESTO EN EL AHORA

En Parshat T’rumá, aprendemos que la generosidad y el espíritu de dar son fundamentales en nuestra tradición. En esta porción de la Torá, se nos insta a contribuir con generosidad y voluntad de corazón para la construcción del Mishkán, el santuario móvil que simbolizaba la presencia divina dentro de nuestro pueblo.
El Mishkan, en el desierto, constituye un espacio de unidad que no está destinado sólo a algunos elegidos. Es el espacio por excelencia para promover la movilización generosa y conjunta de los integrantes del colectivo, orientados por un objetivo común.

La generosidad no es sólo dar materialmente, sino también ofrecer nuestro tiempo, nuestras habilidades y nuestros saberes y aprendizajes a los demás.

En un mundo donde el antisemitismo con sus diversas ropajes está incrementándose de manera alarmante, es más importante que nunca que nos apeguemos a nuestros valores fundamentales, y hagamos permanentemente «docencia», comunicando, esclareciendo, contraponiendo hechos contundentes a los mitos creados a través de generaciones.
Frente al odio y la intolerancia, nuestras mejores batallas deberían enfocarse en derribar los existentes respecto del surgimiento de Medinat Israel, fortalecer nuestras comunidades y mantenernos firmes en nuestra identidad judía. Esto significa también ser proactivos en promover la comprensión y la tolerancia entre todas las personas, independientemente de su origen o creencias.

El tremendo impacto de la masacre bárbara del 7 de octubre, reenfoca mi reflexion sobre T’rumá y se fortalece mi convicción que en este tiempo que nos toca transitar la generosidad a la que estamos llamados a responder es la de exigir la libertad de todos los rehenes, alzando nuestras voces de todas las maneras posibles. Es educar a otros sobre nuestra historia y nuestra cultura, y trabajar incansablemente para combatir los estereotipos y las falsas narrativas que alimentan el antisemitismo, se llame como lo quieran denominar.
Ser solidarios entre nosotros y apoyarnos mutuamente en tiempos de adversidad, hace a nuestra esencia como Pueblo.
Pero en este momento, es crucial que más allá de nuestra entorno cercano, tanto dentro como fuera de Israel, podamos llegar a quienes estén dispuestos a unirse a nosotros en la lucha contra el antisemitismo, todas las formas de odio, el retorno a sus hogares y familias,de todos los rehenes.

Juntos, tal vez, podamos aportar nuestro granito de arena para crear un mundo justo y compasivo para todas las personas, sin importar su religión o cultura. Un mundo donde se llame a las cosas por su nombre, donde se consagre y valore la VIDA, sociedades donde el terrorismo no tenga ni cobertura ni lugar alguno.

Que la noción de un Dios que mora entre nosotros, seamos o no creyentes, nos guíe y nos proteja en nuestras andares por los caminos hacia la paz y la justicia mientras seguimos clamando #liberenlosya y #stopantisemitism.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ
Con Afecto Sincero
Batia Nemirovsky


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