VAERA 2023: Tiranos y Dictadores. Liderazgo y Libertad

Extraño escenario nos presenta la Parashá de esta semana, Vaerá. En ella los protagonistas del relato «pretenden» hablar entre sí aún sabiendo ambos que el problema no es el diálogo. Este es aparentemente el relato  de una «conversación entre sordos” en la que Moshé  tartamudeando, usa la elocuencia de Aarón para «no ser escuchado por un faraón que dice no conocer al Dios que habla.»

Y sin embargo, estas “sorderas”, son de hecho portadoras, no sólo de una nueva comprensión de lo divino, de lo trascendente, sino del surgimiento de un valor revolucionario: nada menos que la Libertad.

El contexto descripto con detalles en Parashat Shmot, muestraque la crueldad de Faraón y la brutalidad de la esclavitud están empeorando. Nos encontramos en los ultimos versículos con la desazón de Moshé que, con un toque de reproche, le re-pregunta a Adonai sobre el significado de su misión que por el momento no sólo no tiene éxito, sino que  tiene el efecto de derramar nuevas desgracias sobre sus hermanos Hebreos.

Comienza entonces Vaera, y como respuesta a su reclamo Moshé recibe el anuncio de la salida de Egipto y «Adonai» le pide que le exija al Faraón que deje ir a los hebreos.

Ante el pretexto   de Moshé acerca de su incapacidad de lograr elocuencia y continuidad en su decir Dios fortalece la capacidad resolutiva de Moshé con un cambio aparentemente sutil en la trama del relato: le asigna un rol importante a Aarón y  así confirma el carácter inapelable del proceso que se está desarrollando: el Faraón, a pesar de su obstinación se doblegará.

Los hermanos pasan a convertirese en líderes por derecho propio y se les asigna una doble misión: confrontar tanto a los oprimidos como a los opresores. Deben convencer al Faraón de que libere a los israelitas, y también deben convencer a los israelitas de que merecen ser libres.

La esclavitud ha pervertido tanto a los amos egipcios como a los esclavos israelitas, por lo que la tarea de Moshé y Aarón será la de destrozar el corazón endurecido del Faraón y restaurar confianza en los espíritus aplastados de los hijos de Israel.

En muchos sentidos, la segunda mitad de esta misión, lograr que los israelitas sean dignos de la libertad, fue la más difícil. Los años de cautiverio socavaron la confianza en sí mismos de los Hijos de Israel. Reconstruir el espíritu de su pueblo fue el desafío que enfrentaría Moshé por el resto de su vida.

Comienzan a desfilar las siete primeras plagas desde la sangre hasta el granizo.

Si leemos como un cuento esta porción del texto, intuimos ante cada plaga que la liberación será inminente, pero Moshé ya ha sido advertido:

“Mas Yo endureceré el corazón de Parhoh e incrementaré Mis señales y Mis portentos en la tierra de Egipto.  Empero, no escuchará a vosotros Parhoh e impondré Mi poder en Egipto y sacaré a Mis ejércitos; a Mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con juicios punitivos, magnos. . Y tendrán conocimiento los egipcios de que Yo soy Adonai, cuando extienda Yo Mi poder sobre Egipto y libere a los hijos de Israel de en medio de ellos.”

De hecho, el Faraón no solo no tiene la intención de escuchar, sino que es precisamente la noción de un Dios que habla lo que rechaza todo su ser.

Y Moshé?  Moshé se formula preguntas en relación a su propia capacidad de emitir palabra plena. Esta misión, naturalmente, lo lleva a evaluarse a sí mismo por el criterio de los resultados. Desde la zarza ardiente, el problema de Moshé no es sólo el de la comprensión divina; su principal preocupación es la de  tener que llevar a cabo una misión  para la que no se siente apto.

El Dios de los Patriarcas los guiaba en sus peregrinaciones en  “modo promesa”, promesa privada de iniciar un camino:»Lej Lejá».

Estamos ahora en la dimensión del «Lej lahem, Ve para ellos, haz por ellos».  El Dios  que se reveló a Moshé en la zarza,  ya no exige la única interioridad de la fe; define una enorme  misión formateada para iniciar un hecho inédito en la historia de la humanidad. Nada menos que la salida hacia la libertad de un pueblo luchando contra un  gran Imperio.

El texto nos muestra claramente el hecho de que aquí se invierte una de las conductas de nuestra in – humanidad: la opresión de los débiles por parte de los fuertes.

La misión de derrocar al tirano fue relativamente sencilla. La Torá requiere solo unos pocos capítulos cortos para guiarnos a través de las diez plagas y el cruce del Mar Rojo. Sin embargo la tarea de construir una nación libre fue mucho más complicada. Fue el trabajo de toda una vida.

Vaera en 2023 me sugiere que si uno simplemente elimina a un tirano y no reconstruye una nación, todo lo que hace es dar paso a otro régimen autocrático. La construcción de la nación, aunque a veces sea minimizada, sigue siendo un elemento esencial en todas las luchas contra la tiranía.

En la tradición judía, honramos los logros de Moshé llamándolo “Moshe Rabbeinu, Moisés nuestro maestro”, no porque nos condujo a la libertad, sino porque nos enseñó cómo ser libres. Aceptó la doble tarea, y al confrontar el orgullo y el poder de Faraón y el miedo y la desesperación de nuestro pueblo, se convirtió en el modelo de un líder que es capaz no sólo de derrocar la tiranía sino también de crear las condiciones para una libertad duradera.

En un mundo aún amenazado en distintas latitudes por dictadores de todos los signos, Moshé sigue siendo nuestro mayor maestro.

Que en nuestras palabras y nuestros actos podamos ser dignos discipulos de éste Maestro.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

EL SHABAT Y LA HALAJÁ, BELGRANO Y LA BANDERA: REFLEXIONES EN TORNO A PARASHAT JUKAT 5781

Shabat Jukat 5781, víspera del Día de la Bandera , conmemoración de la muerte de Manuel Belgrano 2021

Viviendo con dos calendarios, y con el libro en una manos y el diario en la otra, esta Parashá me interpela y me habla como nunca antes. Hace 201 año fallecía un prócer, un líder en nuestra Patria.

En la Torá que leeremos mañana seremos testigos de la desaparición física de dos figuras centrales de la historia bíblica: Miriam y Aarón, el hermano y la hermana de Moshé. También vemos aparecer dos signos potentes: la vaca roja y la serpiente de cobre.

Podríamos interpretar que al mismo tiempo que dos personajes centrales se apagan en el escenario, dos elementos aparecen para reemplazarlos para no dejarnos sin liderazgo y sin guía frente a nosotros mismos, perdidos en el desierto.

Uno representado por la vaca roja (pureza e impureza) y otro por la serpiente abrasadora que le permitiría mantenerse con vida al ser mirada, a quien haya sido efectivamente mordido por una serpiente.

Dos cuestiones que nos parecen hoy irracionales, a las que no podemos atribuir lógica, más allá de una cosa: son preceptos a cumplir, elementos importantes en nuestra ”caja de herramientas” para seguir caminando, para llegar a destino.

No es mucho, pero es fundamental Incluso es esencial.

¿Cuál es la función de un guía, de un líder, sino asegurarse siempre de que el grupo que lidera no se deje distraer, desanimar ante las pruebas y dificultades, sino que esté siempre consciente del fin último a alcanzar, de su objetivo?

Las pruebas inevitables por las que atraviesa el pueblo en el desierto (aquí simbolizado por las batallas libradas contra enemigos reales) no deben distraerlo de la marcha lenta, terriblemente lenta y difícil que debe conducirlo hacia la entrada a la tierra de Israel y el establecimiento de un sociedad gobernada según las reglas éticas dictadas en el monte Sinaí, una sociedad lo más democrática posible, que ponga por encima de intereses personales espurios (como vimos en Parashat Korach) la justicia, la verdad, la libertad y los derechos humanos consagrados.

También nosotros , acá en este país, y con el compromiso que asumimos hace más de 3300 años en un paraje desértico , en la base de una montaña, no deben distraernos aunque la marcha sea lenta y difícil o los adversarios parezcan invencibles.

Estamos obligados a batallar por nuestros principios, para legarles a nuestros hijos y nietos, una sociedad en la que se valore el mérito, la honestidad y el esfuerzo, y en la que puedan realizar sus más caras aspiraciones.

Esa sociedad en la que Belgrano soñó y por la que luchó y para la que nos legó una bandera que debemos seguir manteniendo bien alta.E

l Shabat y la Halajá, Belgrano y la Bandera, juntos en nuestra caja de herramientas no sólo para sobrevivir, sino para seguir luchando por nuestros ideales como Argentinos y como Judíos.

¡SHABAT SHALOM UMEBORAJ

PARASHAT KORAJ – Líderes y liderados:¿Obediencia, Rebeldía, Controversia, Poder?

(actualizacion 2023)

¿Quién debe ser obedecido? Después de todo, ¿por qué siempre debemos obedecer a algo o a alguien? ¿Cuántas veces nos hubiera gustado decir: NO?

Pero… Los seres humanos somos  gregarios y la mayoria de nosotros aspiramos a pertenecer naturalmente a un grupo, a una comunidad a una sociedad estructurada y provista de leyes.

En otro nivel, el creyente también obedece a Dios.

Releyendo esta semana Parashat Koraj, vale preguntarnos: ¿Es la obediencia realmente un valor en la tradición judía? ¿Son los hijos de Israel portadores de particularidades sobre este tema?

Hay muy pocas preguntas que surgen de la lectura  del texto bíblico para las que los rabinos y estudiosos a través de la épocas, obtuvieron una sola y única respuesta.

En la variedad de enfoques  que conforman nuestro legado y nuestra tradición interpretativa,  en lugar de buscar apretadamente una respuesta «correcta» poniendo en  conflicto unas miradas  con otras, se privilegia  que esas diversas  respuestas coexistan.

Ciertamente, a veces están en tensión, otras  en completa contradicción entre sí; pero sin embargo  “conviven” en una dinámica de intercambio permanente  unas con las  otras.

Cada aporte y cada idea expresada  nos permite destacar y reafirmar que  uno  de los aspectos más maravillosos de nuestra tradición es la pluralidad  de voces que abarca la interpretación del texto bíblico a través de las épocas.  Voces de lado a lado; múltiples maneras  de leer el texto para encontrar información y significado.

parshat-korach-david-wolk Parashat Koraj, nos coloca ante  la tensión existente entre el liderazgo responsable, de quien fuera designado por Dios, Moshé,   y un intento de  «subversión del orden»  por parte de “una banda” liderada por Koraj  quien  se presentó ante Moshé «junto con hombres de los hijos de Israel, doscientos cincuenta, jefes de la congregación, los convocados a la asamblea, hombres de renombre “(Bemidbar 16: 2)” argumentando que Moshé y Aarón no deberían estar por encima del resto de la nación:

“Se congregaron contra Moshé y contra Aarón y les dijeron: Bastante para vosotros! Pues toda la asamblea, todos, son consagrados  y en su seno está Adonai. Y ¿por qué os enaltecéis por sobre la congregación de Adonai?» (Núm. 16: 3).

Koraj toma como argumento el hecho de que los miembros del pueblo están a priori todos al mismo nivel. Son todos creados a imagen de Dios, todos pertenecen al pueblo consagrado. Moshé y Aarón, por lo tanto, no tienen que ocupar un lugar especial por encima de ellos.

Como lo había hecho antes Abraham respecto de  Sodoma y Gomorra, Moshé se vuelve hacia Dios y le pide que decida la cuestión. Queda claro que Moshé y Aarón no quieren que toda la congregación sea víctima de la culpa de un hombre o de un pequeño grupo de hombres. Leemos entonces:

Bemidbar 16:22. “…Se prosternaron sobre sus rostros y dijeron: «Dios. Dios de los espíritus de toda criatura, ¿acaso un solo hombre va a pecar y contra toda la asamblea habrás de enfurecerte?»

Moshé al asumir la defensa del pueblo, en el mismo momento en que él mismo es atacado por uno de sus miembros, demuestra una de sus cualidades de líder. La tradición judía aboga por el liderazgo a través del conocimiento, la humildad, la escucha, la consulta y la reflexión. Respalda la obediencia por íntima convicción a la luz de las realidades que nos tocan atravesar, anlizadas desde las lentes del manantial que fluye de la sabiduría dinamica de la civilizacion del judaismo.

Un verdadero líder sabe cómo asumir la responsabilidad de defender a los demás. Un verdadero líder es una persona dotada de habilidades reconocidas y apreciadas por aquellos a quienes dirige, y no una persona que busca ser obedecida simplemente porque tiene un nombre y/o un título. 

Como era de esperar,  el relato de esta Parsahá termina de manera dramática, con la tierra abriendo su boca y tragándose a  Koraj  y los 250 rebeldes, sus seguidores, por completo.

 La Torá nos coloca ante una dura escena y ante un interrogante inquietante: ¿Acaso aquellos que cuestionan a los líderes designados por Dios no sólo deben ser ignorados, sino que deben ser castigados con gran violencia y furia?

En Pirkei Avot la controversia planteada por Koraj y su congregación se sostiene como el paradigma de «Majloket Shelo Leshem Shamayim«, una controversia que no es por el bien, a diferencia de las controversias entre Hillel y Shamai que son consideradas «Leshem Shamaim«. (Masejet Avot 5:17)

Sabemos  que no hay un sentimiento más difícil para un grupo que el de estar efectivamente representado en el poder,  y que aún así su voz  no sea escuchada. En las coyunturas  democráticas hay competencia por las ideas, pero la democracia es, ante todo, un método de representación mediante el cual diferentes grupos pueden formar parte del juego, hacer oír su voz y cuidar de los intereses de la totalidad.

Veamos:  ¿Por qué la Mishná retrata esta controversia como el modelo de la que no está ligada al cielo o por decirlo en términos claros,  a propósitos elevados?

Hay comentaristas que sostienen que todo lo que motivó a Koraj y a sus seguidores fue el ego, un deseo desmedido de poder y la voluntad de gobernar independientemente del interés, la real necesidad o la percepción ideológica de la gente.  Ciertamente este enfoque me suena familiar al pensar en los políticos de esta época.

De hecho Koraj y sus seguidores eran “integrantes de la Asamblea”  y  “jefes de la congregación”, (de las tribus) que sabemos eran convocados y escuchados a la hora  de dirimir todas  las cuestiones vinculadas con la vida cotidiana de  los errantes por el desierto.

Seguramente cabe preguntarse si  la  posición de la Torá es que la autoridad nunca puede ser desafiada.  ¿Puede ser? O ¿No somos todos iguales a los ojos de Dios?

Para los rabinos, en particular para los que abrazaron la pluralidad de enfoques, para los que  disfrutaron en la búsqueda y la escucha inteligente de múltiples voces en tensión creativa, el pecado de Koraj no pudo haber sido que alzó la voz.

Y así, en la búsqueda de sentidos y significados, los rabinos dieron rienda suelta, positivamente a su creatividad, y con sus  pensamientos  y palabras llegaron a múltiples respuestas.

Este, por cierto,  constituye un episodio en el cual  la búsqueda y la imaginación rabínica los llevó fuera de sí mismos, fuera del ámbito del Beit Midrash, fuera de sus vidas rituales.  Los llevó al mundo del liderazgo cívico, de la política.

Observaron sus propias estructuras y la del mundo que los rodeaba, y preguntaron qué decía la Torá sobre eso. Y la respuesta que se les ocurrió podría haber sido escrita para nosotros hoy

¿Cuál fue el pecado de Koraj?

No fue que desafió al liderazgo, no fue que alzó la voz. Fue que fundamentalmente no entendió lo que el liderazgo es. Lo vio en términos de estado personal.

Cuando le dice a Moshé «¿Por qué te elevas por encima de la congregación de Dios?», revela su visión del liderazgo como el beneficio personal de convertirse en gobernante.

La voz mayoritaria  en la literatura exegética sobre el pecado de Koraj, nos indica que se trató de un golpe de estado. Un juego de poder para beneficio personal, iniciado no por el pueblo,  sino por la aristocracia. Koraj era el bisnieto de Levi, y llegó a enfrentarse  a Moshé con «doscientos cincuenta jefes de la comunidad, elegidos en la Asamblea, hombres de renombre». Gente que ya tenía poder y status. Y quería más.

Por eso fueron castigados con un castigo que hasta entonces nadie había recibido. Una escena  espectacular:

”se partió la tierra que estaba bajo ellos. Abrió la tierra su boca y los tragó a ellos y a sus casas y a todas las personas que eran de Koraj y todos los bienes.  Descendieron ellos y todo lo que les pertenecía, vivos al sepulcro, y los recubrió la tierra y se perdieron del seno de la congregación.  Y todo Israel-que estaban en derredor de ellos- huyeron a sus gritos, pues ellos dijeron: «No sea que nos trague la tierra». (Números 16: 31-34)

Ejemplificador castigo para exponer ante todos los Hijos de Israel que lo  vieron en vivo y en directo… y mucho material de reflexión para nosotros hoy.

El maravilloso texto bíblico que, como siempre afirmo, les habló a mis ancestros y también me habla a mi hoy,  me reafirma en la convicción  (¿o utopía?) de que quienes sólo buscan en el liderazgo enaltecer su auto estima, alimentar su yo y su notoriedad y lo hacen sin escrúpulos, deberían terminar tragados por la tierra, aunque la realidad nos indique lo contrario.

Si nuestros gobernantes pudieran trascender el ego y el poder, abandonar las controversias inútiles y pensar en la totalidad, continuaríamos viviendo con seguridad, justicia, salud y bienestar y podríamos celebrar las buenas y oportunas controversias que no son – ni más ni menos- que el eje de la real democracia, mediante la cual diferentes grupos pueden formar parte del juego, hacer oír su voz y velar por los intereses de toda la nación y sus ciudadanos.

Espero poder tomar siempre el enfrentamiento  entre Moshé y Koraj como lo que debió ser: una controversia  entre el liderazgo responsable y la oposición valiosa. Quizás es la tensión fértil entre estos dos paradigmas la que tiene la capacidad de cambiar las cosas; para unir tesis y antítesis en una síntesis que nos permita  pasar de la estéril muerte, del cinismo, la hipocresía y el relato manipulador, a algo que realmente pueda dar fruto.

Espero que asi sea!

¡SHABAT SHALOM UMBORAJ!

 

 

REFLEXIONES: PARASHAT TERUMA Y CONSTRUIR COMUNIDAD

Para que en una comunidad se desarrolle un real sentido de pertenencia y compromiso, cada uno de sus integrantes debería desempeñar un papel activo en la configuración de la imagen comunitaria. El reconocimiento de la fuerza conjunta y la capacidad de movilización que un número grande de personas diversas en sus ideas y en su manera de expresar el judaísmo, tiene, es sin lugar a dudas una de las condiciones necesarias para convertir visiones en realidad.
Parashat Teruma aborda este desafío como parte de la narrativa que nos pone en contacto con el esfuerzo por convertir a un grupo de esclavos en un pueblo de pie, por derecho propio. Durante su deambular a través del desierto, que se extiende a lo largo de todo el Libro de SHEMOT, los Hijos de Israel experimentan un «viaje» durante el cual aceptan leyes, practican la obediencia al liderazgo, tejen una historia común, y ahora en esta parashá se les indica construir el Mishkán y sus elementos.
Junto con la descripción técnica y detallada de cada uno de los elementos, el comienzo de la parasha contiene un principio rector en la creación de la pertenencia y el compromiso com
unales.

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Parashat Terumá abre con el mandato de Dios a los hijos de Israel, de tomar una Teruma,ofrenda, cuyo objetivo es

Veasu li mikdash, veshajanti betojam.
«Harán ellos 
, en mi nombre un santuario y yo residiré ente ellos.»

La primera institución comunitaria en la historia judía fue el Mikdash, el Santuario.
La Torá, habitualmente, sintética en sus descripciones dedica cuatro porciones a la construcción de este santuario. Nuestros sabios encuentran en esta sección del Éxodo sorprendentes paralelismos con el relato de la Creación en el Génesis.
En su interpretación, la creación ocurrió de nuevo, esta vez a través de las manos del hombre.
Los hombres creamos el universo social. Nosotros creamos y sostenemos las instituciones Comunitarias y es nuestro deber velar por la sana continuidad de cada una de ellas .
El mundo, nuestra sociedad puede verse caótica y cínica: según leemos en el talmud “olam ke minhago noheg», la naturaleza del mundo sigue su propio curso.
Pero dentro de las paredes de nuestras comunidades, debemos tener incidencia plena y total responsabilidad. Este es el mundo que creamos.

La construcción real del Mishkan fue asignada a individuos, especialmente capacitados para ello, pero la recolección de materias primas fue un acto comunitario de primer orden. 

«Habla a los hijos de Israel y que tomen en mi nombre ofrenda, de todo hombre, a quien voluntariamente mueva su corazón habéis de tomar ofrenda para mi:
Y esta es la ofrenda que habéis de tomar de ellos; oro y plata y cobre: Y púrpura violácea y púrpura escarlata y carmesí, y lino fino y pelo de cabra: Y pieles de carnero teñidas de rojo y pieles de tehashim y maderas acacias:
Aceite para el alumbrado, especias para el óleo de unción y para el incienso aromático: Piedras de onix y piedras de engaste para el efod y para el pectoral»

La solicitud de una donación está dirigida al público en general sin especificar cantidades, montos o condiciones. Las donaciones requeridas incluyen una larga lista de productos que son adecuados para cada bolsillo. Se le pide a cada persona que dé de acuerdo a su conciencia, para que todas las personas se sientan parte del proceso de construcción.

Hemos vivido una semana difícil, critica, por la responsabilidad de un liderazgo que se mueve por intereses, deseos mezquinos y una inexplicable avidez de poder.

Parashat Teruma nos presenta la oportunidad de revisar nuestras propias actitudes a la hora de comprometernos comunitariamente. Sólo una base comunitaria sólida crea una sociedad sostenible. Sólo si nos involucramos todos, cada uno de acuerdo a sus posibilidades podremos re-crear una Comunidad de sentido, donde todas las expresiones del judaísmo se den cita.
Teruma es Ofrendar, es Dar, es comprometerse es elevarse por sobre el egoísmo para poder luego recibir.

Shabat Shalom Umeboraj!

PARSHAT MISHPATIM 2019 “En la cancha se ven los pingos”

Parshat Mishpatim, con cuatro capítulos, constituye una porción fundamental en el desarrollo de la ley hebrea a través de las generaciones.
A continuación de Parshat Yitro, que leímos el último Shabat, esta porción de la Torá nos transporta del estado sublime en el Monte Sinaí, con voces y rayos, grandeza y majestuosidad a la rutina terrenal.
En Sinaí, donde todos de alguna manera estuvimos, experimentamos un acontecimiento único. Pero después de la subida a la cima, hay que bajar. Hay que bajar al plano de la vida terrenal y a las llanuras de las acciones que nos definen.
Es el tiempo de aplicar los valores y preceptos en el día a día, en la vida cotidiana, en nuestros vínculos con los demás, con nuestros cercanos y los no tanto, con quienes compartimos ideas y con quienes disentimos.

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El desafío al que nos invita la Parashá es el de tomar estas grandes ideas y preceptos y convertirlas en piedras angulares de nuestra vida, una vida que se sustente en cada momento en valores asociados siempre a la ética y la moral.
Es interesante en este punto destacar que los jueces en el pueblo judío no son elegidos sólo por sus conocimientos de la ley y su sabiduría. El talento, la capacidad de memorizar artículos e incisos no indican absolutamente nada.
Una persona puede conocer hasta el más mínimo detalle, cada uno de los códigos jurídicos y sin embargo comportarse con una terrible falta de ética y moralidad, orientado por sus propios intereses espurios.
Por eso para nombrar a los jueces que dirimirán los conflictos que se presentan en la “bajada de la norma” a la vida cotidiana, ya leímos en Yitro que Moshé busca hombres virtuosos, temerosos de Elohim, hombres de verdad, que aman la verdad y que tienen la capacidad de aceptar la verdad, que aborrecen el lucro mal habido.
Esta es una descripción clara, sencilla y honesta no sólo de quienes pueden ser jueces, sino de las características que deben reunir quienes pueden liderar nuestras organizaciones y comunidades, tomando siempre en cuenta a los otros y respetando áreas de incumbencia.
La parashá nos  introduce en todos los temas de la vida cotidiana en sociedad o comunidad. Esto incluye las leyes acerca de los siervos; las penas por asesinato, secuestro, asalto y robo; el individuo, su responsabilidad por cualquier daño que él o su propiedad causen; los vínculos violentos entre hijos y padres; penas civiles por daños, las leyes sobre préstamos, las responsabilidades de quienes deben preservar objetos entregados en guarda, las normas que regulan la conducta de la justicia en las cortes, leyes advirtiendo contra el maltrato a extranjeros; la observancia de las festividades en las diferentes estaciones y las leyes de las ofrendas agrícolas que debían ser llevadas al Templo en Jerusalén; la prohibición  de cocinar carne con leche.

Estas las leyes y preceptos no sólo cumplen con las necesidades sociales sino que tienden a perfeccionar al hombre en su crecimiento y desarrollo, procuran tanto la protección de la persona frente a los demás, como frente a sí misma. Establecen un sistema de justicia pero a la vez forjan la base moral y ética del individuo y de la sociedad. Tienden a impedir que el hombre sea esclavo de sí mismo, de sus limitaciones y de sus aspiraciones improcedentes.
Cada uno de nosotros tiene el derecho, el compromiso y la responsabilidad de ser un eslabón en la cadena de las generaciones de un pueblo que en su etapa constitutiva aprendió que los valores escritos en papel, siempre y cuando no se materialicen en la vida y «desciendan» a la vida práctica, sólo puedan servir como un eslogan atractivo, o como una metáfora tendiente a deslumbrar.
Sólo la rectitud establece puentes sólidos entre las grandes ideas, su ejecución y puesta en marcha. Nuestro gran desafío es expresar en cada una de nuestras acciones los valores que decimos sostener orientados por la visión inspiradora de nuestras fuentes.
SHABAT SHALOM UMEBORAJ!

PARASHAT YITRO: LIDERAZGO Y CONSULTORÍA

17-yitro-mini-masterwebSi bien el aspecto más relevante y conocido de la Parashá que leemos esta semana es Maamad Har Sinai, la entrega de los 10 mandamientos en Sinaí, al Pueblo de Israel, la Parashá se llama Yitro, siguiendo la línea que define el tema introductorio de la misma.
Durante las semanas de preparación para la entrega de la Torá, Moshé necesita más que cualquier otra cosa una persona que esté dispuesta a sentarse a su lado, a escuchar su historia, a regocijarse en su alegría, a compartir sus dudas, a hacerle todas las preguntas que le podrían hacer los hijos de Israel y a aconsejarlo. Moshé necesita a alguien que le brinde el apoyo, la escucha, que tanto le falta.

Yitro, el suegro de Moshé, el sacerdote midianita, escuchó todo lo que aconteció a los hijos de Israel desde la salida de Egipto. Comprendió que Moshé necesita a su familia y llega al desierto trayéndole a su esposa y a sus hijos. Ya allí, observa la forma en que Moshé administra justicia.
Yitro previene a Moshé acerca de los riesgos a los que se está exponiendo al atender él solo todos los asuntos que el pueblo le trae.
Desgaste, debilitamiento de su autoridad, anarquía y tal vez la aparición de un liderazgo alternativo no deseado, y entonces le aconseja a Moshé: 
Delegar y priorizar. 

“Tu deberás ver de entre todo el Pueblo, hombres de virtud, temerosos de Elohim, hombres de verdad( que aman la verdad y que tienen la capacidad de aceptar la verdad) que aborrecen el lucro malhabido y los asignarás sobre ellos como jefes de millares, jefes de cientos jefes de cincuentenas y jefes de decenas. Que juzguen ellos al pueblo en todo tiempo y que sea que todo asunto grande te lo traigan a tí y todo asunto menor, que juzguen ellos. Alivianarán de sobre tí y soportarán ellos contigo”. (Shemot 18: 21-22)

Moshé escucha y acepta con entusiasmo la idea. El sistema judicial comienza a funcionar ordenadamente. La generación de instancias, para los distintos niveles de problemas agiliza los trámites que antes parecían engorrosos y permite establecer prioridades. 
Moshé, el líder, puede determinar a partir de ese momento, cuáles son los temas a los que él debe prestar atención en forma personal.
La descentralización y el establecimiento de prioridades, sumadas al perfil adecuado de los administradores de justicia constituyen un tema importante en esta sección de la Torá.
Yitro le augura a Moshé:

“Si esta cosa tu vas a hacer, y Dios te lo ordena, podrás mantenerte en pie y también todo este Pueblo a su lugar habrá de llegar en paz” (Shemot 18: 23)

Cabe una reflexión frente a este augurio: Cuando se discute en exceso sobre las mismas cuestiones, y no se toman decisiones, o no se definen prioridades, cada una de las partes sigue mirando con recelo a la otra. Cada uno sospecha y es sospechado. Pero cuando se es expeditivo en la toma de decisiones, cada una de las partes puede regresar a su propio lugar, en paz. 
No estamos en el Sinaí. No estamos en víspera de recibir los 10 Mandamientos. Pero sin embargo, cuando miramos alrededor, el Midbar, el desierto, con su infinita aridez, aparece como telón de fondo. 
Esta parashá nos señala, que a veces tiene que venir alguien de afuera para percibir una necesidad interior, aún la más sencilla.

Durante más de cuarenta años, he trabajado y activado en organizaciones, asociaciones y comunidades. Aprendí que se necesita un tipo especial de consultor organizacional, con una adecuada combinación de características, que pueda generar un cambio real en la organización. Pero lo cierto es que un consultor externo debe aprender mucho acerca de la misma, de su cultura y su lenguaje. Se necesita mucho tiempo para entender quién y qué fuerzas operan dentro de una organización.

Veamos ahora qué tipo de consultor es Yitró, y por qué finalmente logró causar cambios estructurales y conceptuales que incidieron positivamente en la organización del Pueblo y para las generaciones venideras.
Según el Midrash, Yitró es una figura muy colorida. Una figura que ha sufrido muchas transformaciones. Un clérigo religioso idólatra que tras un proceso de conversión descubrió desde lo más profundo al Dios de Israel. Sufrió un cambio profundo y fundamental. Yitró es aparentemente un extraño. Pero solo aparentemente. Yitró es lo suficientemente inteligente como para aprender de todos los mundos y, lo que es más importante, para guiar a otros en el laberinto de la vida.
Yitró es el asesor ideal: tanto interno como externo. No es realmente un extraño clásico. Tiene una perspectiva amplia. Está adentro, pero tiene la capacidad de dar un paso atrás y ver cómo se hacen las cosas desde un lugar objetivo. No viene a auditar ni a criticar, sino a generar puentes y conexiones. Mientras construye enlaces al futuro, Yitró logra construir un puente para el futuro de Moshé como líder. Le demuestra que no puede estar solo. Que para sostener y gestionar los vínculos con el Pueblo, necesita que otros lo compartan y lo acompañen. Yitró le brinda a Moshé el concepto de equilibrio en la vida (Trae con él a la mujer de Moshé y a sus hijos) y una gestión adecuada. 
También cada uno de nosotros, si logramos alejarnos unos pasos de nuestros propios deseos e intereses, podemos ver las necesidades de los demás e intentar que se integren en y con las nuestras . Este es un tipo de equilibrio saludable que aprendemos en esta Parasha , a partir de la estrategia que Yitró le sugiere a Moshé.

En momentos difíciles, frente a situaciones críticas, debemos mantener la distancia óptima, para poder delegar, compartir la carga, escuchar y ser escuchados, ser justos en la toma de decisiones y en la fijación de prioridades, para que haya un espacio con justicia y paz para todos y cada uno.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ!

Reflexiones en torno a Parashat Ha´azinu

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Los  cisnes no cantan nunca, sino que producen un sonido parecido a un graznido, como un ronquido sordo. Sin embargo,  la cultura popular sostiene que, justo antes de morir, esta ave emite un canto llamativamente melodioso como premonición de su propia muerte.  A este canto se lo llama el canto del cisne.

Antes de su separación del pueblo de Israel,  al que dirigió desde la esclavitud en Egipto hasta los límites mismos de  la Tierra Prometida, Moshé pronuncia sus discursos finales que se extienden  a lo largo de todo el  libro de Deuteronomio. Éste constituye  una revisión en profundidad de los años de su liderazgo, incluye la reseña  de los eventos formativos, una explicación de los mandamientos y preceptos  y la presentación del futuro curso que seguirán  los Hijos de Israel después de heredar la tierra.

Yehoshua Ben-Nun, el discípulo de Moshé, «se prepara  en el banco» y el viejo líder nos muestra su  fortaleza al poder mirar a su gente y la tierra que no ha de heredar, y desde esta perspectiva de aceptación y reconocimiento de la realidad cambiante, elevar su voz y legarnos Ha´azinu, que está incorporado en nuestra Parashá de esta semana y profetiza la historia del pueblo judío. Pasa por el éxodo de Egipto, la aceptación de la divinidad y la Torá, el pecado, el exilio, el perdón y el retorno a la tierra.

Ha’azinu es el canto del  cisne de Moshé,  un poema, su discurso final al pueblo que lideró durante  40 años. Es un grito poderoso del corazón porque quiere asegurarse que la comunidad comprenda los principios básicos de lo que significa ser un israelita. Ha’azinu, es una advertencia para no limitar nuestro enfoque a nuestras vidas individuales. Ha’azinu es un llamado a reconocer cómo nuestras vidas y acciones individuales son parte de una historia mucho más grande.

En este momento culminante, esta sección expresa su propia teología, que tiene amplias implicaciones. Si bien gran parte de Deuteronomio es una representación interpretativa de aspectos de la civilización israelita que ya conocemos, este canto incluye cinco niveles: Moshé, el pueblo de Israel, Dios, el universo y, en última instancia, las generaciones futuras o los  lectores contemporáneos.

Moshé aspira a ser escuchado por  una amplia audiencia,  mayor aún que la comunidad de Israel y en un bello versículo clama:

 

“Prestad oídos cielos, y voy a hablar; y que escuche la tierra los dichos de mi boca.  Goteará cual lluvia mi enseñanza, fluirá cual rocío mi dicho; cual llovizna sobre el césped y cual lluvia sobre la hierba”.

El comentarista medieval  Rashi,  atribuye  estas expresiones a la intención de Moshé de reforzar a través de una  descripción poética, que la  Torá es fuente de vida. Nuestros campos y nuestros cultivos necesitan  lluvia, lloviznas  y  rocío para nutrirse,  desarrollarse y crecer. Moshe espera que los hijos de Israel encuentren en la  Torá palabras que nos nutren y nos sostienen.

La celebración  de Sucot que comienza en dos días enfatiza  un tema similar: la Sucá es la metáfora. Dependemos de fuerzas que escapan a nuestro control. Las casas cálidas y la tecnología increíble que muchos de nosotros tenemos la suerte de tener pueden darnos una sensación de seguridad y poder y  hacernos sentir que tenemos acceso infinito al conocimiento, pero de hecho, todos somos en última instancia vulnerables. Vivimos en una exposición total y necesitamos un tipo de protección y orientación más trascendente.

Y cuando el canto del cisne culmina,  cuando Moshé terminó de recitar todas estas palabras a todo Israel, les dice:

“Poned mientes a todas las palabras que yo pongo por testigo contra vosotros, el día de hoy; que habréis de prescribirlas a vuestros hijos, para cuidar, para cumplir, todas las palabras de la Torá, esta.  Pues  no cosa vacua es, de vosotros;  ya que ello es vuestra vida y con esta cosa prolongaréis días sobre la tierra, a la cual vosotros vais a cruzar el Iardén – allí- para poseerla”.

A medida que nuestro viaje a través del rollo de la Torá se acerca al final y al nuevo comienzo concomitantemente, es bueno preguntarnos: ¿qué significa tomar en serio la Torá, tal como Moshé nos instruye aquí?. ¿Qué significa observar fielmente todos los términos de sus enseñanzas para entender la Torá como «nuestra propia vida»?,

En mi humilde opinión significa que la única manera de hacer que la Torá sea  parte de nuestra vida es bailar con ella, a veces salvajemente y a veces suavemente, a veces con furia y a veces con ternura, a veces acunándola en nuestros brazos, a veces pasándola por la habitación de mano en mano. Significa abrirnos a la sabiduría de nuestros antepasados, y a su ocasional torpeza también. Significa abrazar la voluntad de estar equivocado, y la voluntad de estar en lo cierto, y la voluntad de seguir poniendo un pie delante del otro, paso a paso. Significa que en definitiva no somos poseedores ya de una verdad sino eternos buscadores de alguna verdad.

 

Porque de esto se  trata todo:  girarla y girarla, seguir cantando, enriqueciendo la melodía,  porque todo está dentro, sabiendo todo el tiempo que lo importante no es cómo caminamos por los senderos del judaísmo, sino, que nos importa lo suficiente como para seguir y seguir caminando.

Shabat Shalom Umeboraj!

PARSHAT KORAJ, REFLEXIONES ACERCA DEL LIDERAZGO, LOS CELOS, EL EGO Y LA PETULANCIA

tierraEn el texto bíblico de Parashat Koraj y en gran parte de la tradición interpretativa judía, Koraj es un demagogo celoso, que provoca una rebelión contra Moisés y Aarón en el desierto. Después de desafiar a Moisés y al liderazgo de Aarón, él acepta el desafío de participar en una suerte de concurso de horneada, en el cual Koraj y sus seguidores deben ofrecer incienso en fuentes de fuego, junto con Moisés y Aarón, y la horneada que sea aceptada indicará quién es el líder elegido. No es sorprendente que Moisés y Aarón «venzan» y Koraj y sus seguidores, junto con Datan y Abiram y sus seguidores, o son consumidos por el fuego o se los traga la tierra.

Como muchos de los líderes de nuestro tiempo, Koraj pretende hablar en nombre de la gente cuando realmente está peleando, litigando por lograr mayor poder.

Koraj afirma haber alcanzado la perfección: «toda la comunidad es santa» (Números 16: 3). El filósofo israelí Yeshayahu Leibowitz señala acertadamente que Koraj confunde el logro con la aspiración; él no comprende que la santidad es un proceso, y que la perfección es como el horizonte, que se aleja cuando pensamos que ya lo alcanzamos.
Koraj está motivado por, y se nutre de, los celos que siente respecto de los roles centrales de liderazgo de Moisés y Aarón. Concibe el liderazgo más como un derecho que como una responsabilidad.

Es fácil demonizar a Koraj y valorizar a Moisés y Aarón. No debemos olvidar que en cada uno de nosotros se presenta a menuda el conflicto entre un Koraj, interno y un Moisés interno, entre la humildad y la arrogancia, la sencillez y la petulancia.

Koraj, nos recuerda que el amargo partidismo y las luchas internas que tipifican la escena política contemporánea son tan antiguos como la Biblia misma.

En este contexto¿cómo podemos decidir a quién debemos seguir o apoyar? La parashá nos demuestra que quienes decidieron seguir a Koraj, Datan y Abiram no solo terminaron en el lado equivocado de la historia, sino que también terminaron «tragados por la tierra misma».

La historia de Koraj es fascinante. El tiene un argumento aparentemente legítimo respecto de la igualdad de cada uno de los miembros de la comunidad, pero él sabotea su propia premisa porque no está dispuesto, o no puede trabajar dentro del marco comunitario existente para generar un cambio.

¿Cuántas historias y episodios de nuestras propias vidas podrían haber sido diferentes si hubiéramos estado dispuestos a buscar la verdad parcial, incluso en el punto de vista de aquellos con los que no estábamos de acuerdo?

Parashat Koraj nos presenta a un testarudo Levita que paga un precio muy caro por poner su propia opinión y sus propios intereses por encima del bien de la comunidad. Koraj es culpable del pecado de un ego excesivo.7b993a1ebeb218fc79b759147436f6a6-dramas-ego

Podemos ser carismáticos, bien intencionados, incluso sabios e inteligentes, pero si caemos en la trampa de creer que nuestra excelencia personal nos califica para actuar unilateralmente, corremos el riesgo de perder la conexión con la comunidad a la que pertenecemos, a las raíces que tenemos y en ese caso no debería asombrarnos ni sorprendernos, si desde las entrañas mismas de la comunidad y de sus integrantes ya nada ni nadie nos da el sostén que necesitamos para mantenernos, con los pies en la tierra.
SHABAT SHALOM UMEBORAJ!

ACERCA DE HERMANOS, LIDERAZGO, PROTECCIÓN Y CELOS. Una «ventanita» a Behaalotejá.

Entre los muchos temas que trata esta porción de la Torá, que leemos hoy en las sinagogas de todo el mundo, quiero abrir sólo una ventanita al incidente de la ruptura que estalló en la familia de Moisés. Hasta ahora, los tres hermanos se nos han presentado como  un equipo cohesionado.  Miriam, la hermana mayor, estuvo allí desde el principio. Ella controló la suerte del canasto que fue colocado con el bebe en las aguas del Nilo, fue ella quien se apresuró a ponerse de pie ante la hija de Faraón y ofrecer a su madre como «una nodriza de los hebreos», para que amamante al niño,  cuando Moisés comenzó a cantar después de cruzar el Mar Rojo, fue ella quien convocó a las mujeres para celebrar con cánticos y danzas la salvación.

Aarón, mayor también  que Moisés  no tuvo durante la infancia del líder ningún papel; pero, inmediatamente después de la revelación en la zarza ardiente se unió a él. La división de roles entre ellos era clara: Moisés  era el líder y Aarón el hablante. Aarón lo acompañó , fue su mano derecha y habló por él a lo largo de la ardua lucha con el Faraón. Fue nombrado sumo sacerdote en el tabernáculo, y aun cuando sucumbió a la presión del pueblo en el episodio del becerro de oro, no se debilitó el vínculo fraterno, ni la aparente cohesión de esta tríada  y su capacidad para dedicarse a liderar al pueblo.

Y ahora, de repente, Miriam y Aaron «hablan»acerca de Moises, chismean sobre él, ¿lo calumnian?, ¿están decepcionados de él? o ¿sencillamente están celosos?

Habló Miriám y Aharón contra Moshé  por causa de la mujer kushita que había tomado, -ya que una mujer kushita él había desposado. Dijeron: «¿Acaso solamente con Moshéh ha hablado Adonai? ¡Ciertamente también con nosotros ha hablado!» y lo escuchó Adonai. Bemidbar, 12:1-2

Desde mi perspectiva, están francamente celosos de la conexión con Dios que tiene su hermano.  Moisés tuvo muchos momentos de debilidad. Como cualquier personaje bíblico, no es perfecto ni está libre de fallas. No hay duda de que su hermana y su hermano estaban al tanto de todas ellas, no obstante lo cual su «murmuración » está ligada a su unión con «una mujer negra». Su malestar, se vincula precisamente con un  asunto puramente personal y que  no tiene  en absoluto ningún impacto en la naturaleza del rol  público-religioso o de liderazgo de su hermano.

Es un malestar arraigado en el hecho de que esta mujer era negra, diferente, cuyo color de piel era más moreno que el color de piel normal entre las hijas de Israel. Este fue el gran «pecado» de Moisés; esta fue la «gran debilidad»  a través de la cual Miriam y Aarón reclaman  que  ellos desean un vínculo con   Dios como el que tiene Moisés, dado que son y han sido parte del  liderazgo del Pueblo.

Moisés es demasiado humilde como para afirmar su autoridad, pero Dios llama a los hermanos a rendir cuentas. Puede que ellos sean también profetas, pero Dios no tiene profeta en la tierra como Moisés. (Bemidbar 12: 3-8)

Es en este punto que Miriam carga con la mayor parte del castigo. Es atacada por la enfermedad de la lepra. (Bemidbar 12: 9-10)

Pero en el momento decisivo, es Aarón  quien clama ante el hermano:

Dijo Aharón a Moshéh: «Ruégote, señor mío, no hagas recaer sobre nosotros pecado, ya que hemos sido necios, y hemos errado. Y ahora, que no sea ella cual muerto, que al salir él del seno de su madre se habrá consumido la mitad de su carne». (Bemidbar 12: 11-12)

Comienza el proceso de recuperación del vínculo fraterno.  El reconocimiento por parte de  Aarón es el punto de partida necesario para la curación. De hecho, estaban celosos; de hecho, su envidia expuso debilidades sociales y espirituales en lo profundo de sus almas. Pero se ha puesto ahora de manifiesto en sus palabras  un deseo, el de luchar contra ellas, para erradicarlas.

Y es precisamente en este punto, cuando Moisés , en el particular vínculo que tiene con Dios, clama, reclama, pide:

Clamó Moshéh a Adonai diciendo: «D’s., te ruego, cúrala ahora» (Bemidbar 12:13)

אל נא רפא נא לה

No ha dejado de conmoverme esta  simple oración pronunciada por Moisés en la hora de necesidad de Miriam. Su brevedad y simplicidad no provienen de una menor kavanna (intención) o del rencor o  desinterés  por  parte de Moisés. Por el contrario, es una invocación desesperada, llena de amor.

Las plegarias cortas se encuentran entre las súplicas más hermosas y elocuentes del judaísmo. Estas 5 palabras en la parasha que leemos hoy,  constituyen  una súplica conmovedora  en un momento de gran crisis personal y comunitaria. Hasta el día de hoy estas palabras poéticas son  usadas como mantras, musicalizadas y entonadas  en muchos entornos, en ocasiones que así  lo ameritan .

Shabat Shalom Umeboraj, Shabat de Paz de Amor y de sanación!

 

T´RUMA – DAR LO MEJOR DE CADA UNO…

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Parashat T´rumá se ocupa de la construcción del Mishkan, el lugar en el que desarrollarán los hijos de Israel el culto durante la travesía en el desierto.

El mandamiento de comenzar la construcción llega al término de una serie de eventos que van transformando al grupo de personas que fueron esclavizadas durante cientos de años, en un colectivo con objetivos y fines comunes.

Estos eventos relatan las experiencias compartidas que dieron forma al grupo: el Éxodo de Egipto, el cruce del Mar Rojo, la aceptación de la Torá y el pecado del becerro de oro. Son además relatos acerca del establecimiento y aceptación de un conjunto de leyes y normas éticas, que constituyen la base y cimientos de un sistema moral.
La mayor parte de la actividad que se describen en el texto hasta ese momento se concentran en manos de líderes –conductores – que señalan e indican el camino y motivan a las masas a participar en él.
No sólo estamos ante la presencia de un conjunto de personas pasivas, es evidente además, la restringida libertad de elección que los integrantes del colectivo que salió de Egipto tienen hasta ese momento.
Si bien en Sinaí no había derecho al voto o a la réplica y las cuestiones operativas estaban limitadas al quehacer del liderazgo dominante; en la construcción del Mishkan,- el Tabernáculo – encontramos un patrón diferente, ya que el pueblo es llamado a participar y a elegir de qué manera hacerlo.

Hablo Adonai a Moshé diciendo:
«Habla a los hijos de Israel y que tomen en mi nombre ofrenda, de todo hombre, a quien voluntariamente mueva su corazón habréis de tomar ofrenda para mi»: (Éxodo 25: 1-3).

A continuación la Torá enumera trece tipos diferentes de elementos con los que se puede contribuir para la construcción del Tabernáculo.
“Y esta es la ofrenda que habréis de tomar de ellos; oro y plata y cobre: Y púrpura violácea y púrpura escarlata y carmesí, y lino fino y pelo de cabra: Y pieles de carnero teñidas de rojo y pieles de tehashim y maderas acacias:
Aceite para el alumbrado, especias para el óleo de unción y para el incienso aromático: Piedras de onix y piedras de engaste para el efod y para el pectoral” (Éxodo 25: 4-7)

La gran variedad de materiales permite que todas las personas dentro de los Hijos de Israel, independientemente de su situación económica, participen en la construcción del lugar común de culto.
De esta manera el Mishkan constituye un espacio de unidad que no está destinado sólo a una clase social privilegiada por su alcurnia o su riqueza.
Es el espacio por excelencia para promover la movilización conjunta de los integrantes del colectivo para el logro del objetivo planteado en el siguiente versículo:
“Harán ellos , en mi nombre un santuario y yo residiré entre ellos.” (Éxodo 25:8).

No dice para que yo more, dice para residir entre ellos.
La construcción de Mishkan, no tiene que ver con un lugar para que Dios more, sino para que haya “presencia divina” dentro del Pueblo.
Los milagros que acompañaron a los Hijos de Israel hasta ese momento fueron efímeros y vinculados con situaciones o dificultades puntuales. La construcción del Mishkan no podía de ninguna manera estar vinculada con episodios milagrosos o mágicos.
El modelo que nos fue revelado para la construcción del Mishkan indica un principio fundamental en la consolidación de un colectivo. Es un modelo que privilegia la voluntad del individuo y del conjunto para llevar a cabo, a pesar de las diferencias o posiblemente nutrido en ellas, un noble ideal y colocarlo en el plano de lo real.

Dos elementos son fundantes de este modelo: la existencia de la libre elección, que no está influenciada por prácticas coercitivas y la movilización de todos y cada uno de una manera consistente con las habilidades, posibilidades y creencias de cada individuo.

Hoy, en este tiempo que nos toca transitar, no estamos convocados a tomar ofrenda para construir el tabernáculo.
Hoy somos todos convocados para cuidar, mantener y mejorar los que nos legaron, los que otros soñaron y levantaron para nosotros.
En el año 2018 para poder tener Shejina (presencia de lo divino) entre nosotros, deberíamos incluir algo de la dimensión espiritual que el Mishkan representa, en nuestros haceres y decires cotidianos.
Si queremos apuntar a un modelo comunitario sostenible y ponernos en contacto con la dimensión espiritual del Tabernáculo, no podemos seguir apostando a los “milagros que llegan de la mano de proyectos que se diseñan en otras latitudes”, ni tirar por la borda todo lo realizado a través de los años. Tendremos que asumir y aceptar que la responsabilidad y el compromiso interno de todos y cada uno de los miembros de la Comunidad, en su plural diversidad, son las claves para lograr la movilización en torno al logro de un ideal común.

Shabat Shalom Umeboraj! Jodesh Tov!