PARSHAT SHMINI 2024: ¿MEAIN IABO EZRI?, ¿Dónde encontraremos ayuda?

Erev Shabat: 5 de octubre.  

182 días de dolor,  de quebranto, de silencios y de palabras. 182 días de una batalla que Israel no eligió, que le impuso el terrorismo asesino y bárbaro.  182 días desde que los reservistas fueron convocados en cantidades inusuales, 182 días desde que el monstruo del discurso de odio antisemita, que pensábamos aplacado, resurgió con una virulencia y una ignorancia criminal inusitada, a nivel global.

Muchos de nosotros nos sentimos rotos, con pocos momentos de optimismo, con una sensación de orfandad alarmante, y sin palabras suficientes para batallar con una realidad que se plantea adversa y en proporciones desconocidas desde la Shoah.

 ¿Cómo encontramos fuerza, consuelo y esperanza ? ¿Cómo saldremos de esta crisis? ¿MEAIN IABO EZRI?, ¿desde qué lugar llegará mi ayuda?

La parashá de esta semana,  «Shmini», contiene algunos momentos que pueden ser una brújula para todo lo que nos ha estado pasando en los últimos meses.

Como en Simjat Torá 2024 , nuestro parashá comienza con un día festivo, un día muy feliz. Después de un arduo trabajo, finalmente se erige el tabernáculo, el centro espiritual del pueblo en el desierto.

El día de la dedicación del tabernáculo es un día de bendición, oración y emoción. Pero entonces, en medio de la celebración, como en medio de las danzas de Simjat Torá en Nova, ocurre una terrible tragedia.

“Tomaron los hijos de Aarón Nadáb y Abihú- cada cual su incensario y pusieron en ellos fuego sobre el cual colocaron el incienso y ofrecieron ante Adonai fuego profano , lo que Él no les había prescripto. Empero salió un fuego de ante Adonai y los consumió y ellos murieron ante Adonai.”

Desde el colmo de la alegría hasta el colmo del dolor. Los dos hijos de Aarón HaCohen mueren en el pico de actividad en el Mishkán. En el día más festivo y feliz de su vida, Aarón HaCohen se convierte en un padre desconsolado,  AV SHAKUL.

Moshé intenta palabras de consuelo, y qué nos dice el texto respecto de Aarón: VAIDOM AARÓN, Aarón permaneció en silencio.

Estas dos palabras significan básicamente, que a veces no hay palabras. Ante la gran pérdida, Aarón guarda silencio.  Aarón que  era el portador de la palabra  de Moshé y que fue designado especialmente para hablar con el Faraón y los israelitas, en este momento de inmenso dolor queda paralizado, callado.

La capacidad de guardar silencio en determinados momentos de la vida y de la historia es una cualidad muy importante. Expresa la conciencia de que hay algo inconmensurable, inentendible que no puede ser definido por nuestras percepciones humanas.

 «El silencio es la más bella de las voces», afirma un antiguo dicho jasídico. El silencio no es pasividad, no es simplemente falta de palabra. El silencio es una declaración activa, llena de poder. Es la elección de observar la realidad, reflexionar, pensar, no sacar conclusiones precipitadas y decidir dónde comienza el proceso de curación y restauración, para cada uno de nosotros.

Moshé se dirige entonces a los dolientes, a Aarón y a sus dos hijos supervivientes, Eleazar e Itamar, se acerca amorosamente a un padre y unos hermanos desconsolados,  y les transmite un mensaje importante y esperanzador:  no están solos.

Este episodio terrible,  no es privado, es nacional. Tenes hermanos, toda la casa de Israel, sos parte de una gran familia, y ellos llorarán esta desgracia junto contigo.

¿Y cuál es el mensaje de Dios para Aarón? Recibe instrucciones sobre el trabajo correcto y preciso del Mishkán de ahora en adelante. Es decir, Aarón se recupera, vuelve a la vida, a su papel, a su misión en el mundo. Este es el comienzo de su consuelo.

¿Y nosotros ahora qué?

Nosotros cambiamos y cambió el mundo.  La cantidad de personas alrededor del mundo que han cambiado desde Simjat Torá, para bien y para mal, es enorme.

A Israel llegan delegaciones a ayudar,  a documentar, a acompañar a las familias dolientes, a las de los secuestrados, a apoyar a los jaialim que defienden nuestro hogar nacional.

En cada comunidad judía alrededor del mundo, se alzan voces para detener el discurso de odio que pretende consumirnos. Voces de nuestra familia ampliada, en un coro global – todos los judíos de bien alrededor del mundo – y voces, que con sus palabras se asemejan a los actos de los Justos de la Humanidad.

Todos estamos más cerca unos de otros. Hemos cambiado para siempre.

Seguiremos exigiendo por la liberación de los secuestrados, por el bienestar de nuestros jaialim y jaialot y por la paz para todo el pueblo de Israel.

Desde nuestro ancestral entramado, como familia orientada por valores,  llega y se consolida la ayuda que cada uno de nosotros necesita para seguir adelante y renovar nuestra esperanza.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ

Batia D. de Nemirovsky