1º de septiembre, XII Encuentro de Coordiep- Salta, Mesa Interreligiosa

Con la agenda y el diario en  una mano y el libro en la otra, así nos invitaba  a caminar por cada instancia de la vida uno de mis maestros.

En una mano la agenda y el diario:

En estos días cuando el absurdo, la confusión y el “todo vale” parecen conducirnos a callejones sin salida, venimos  a este encuentro para revisitar  la tarea que nos convoca e interpela cotidianamente,  para reforzar su sentido, su significado  y enriquecernos con los aportes de otros para avanzar un paso mas hacia el logro de  ese continuo de la mejora escolar que es nuestro horizonte.

La Escuela y sus actores, son centro de nuestra preocupación.

En la escuela ciertamente se aprenden muchas  más cosas que aquello que dicen los currículos, programas y libros.   Aprendemos modos de relacionarnos, de percibir la realidad e interpretarla,  de conocernos  y reconocer a los otros, de actuar frente a las normas, de plantear acuerdos y disensos.

Es así que el espacio escolar  no está exento de  los dilemas y de las tensiones a los que nos expone la sociedad en la que vivimos, las que son parte de nuestro cotidiano, de la agenda pública y privada, de las noticias en los diarios.

En la otra mano, El Libro,  los libros, La Biblia, Nuestra herencia y memoria cultural:

En estos días los judíos transitamos el comienzo del  mes de Elul, el último del año hebreo.

Elul es mes de reflexión sobre lo actuado, sobre lo vivido. Mes de intenso quehacer interno, para poder con  humildad reconocer fracasos y derrotas, miserias y mezquindades, porque sólo a partir de un sincero balance íntimo podremos recuperar la chispa divina adormecida en nuestras almas.

Somos convocados  a  meditar con honestidad sobre nuestros méritos y reveses, no negamos nuestros errores, construimos sobre su memoria para crecer espiritualmente y en acciones, tal como lo hacemos en los procesos de evaluación de nuestras instituciones escolares.

El error – reconocerlo, aprender de él y elevarnos por sobre él – es realmente el secreto del éxito y el punto de partida de toda mejora.

Con los textos y con la Agenda

Como si fuera una obra musical,   este año está terminando. Estamos a solo 3 semanas de comenzar un nuevo año y aunque aún no finaliza el ciclo lectivo, el Calendario Hebreo nos insta a evaluar.

La proximidad de Rosh Hashana, nos convoca a interrogarnos en lo “personal”.  La proximidad del Día del Maestro nos invita a  re-pensarnos en lo profesional.

Es tiempo de recuperar en el concierto de todas las voces, nuestra propia canción.

Es tiempo de permitirnos escuchar los ecos de nuestros pensamientos, de nuestras palabras, de nuestras acciones, para retomar lo mejor de ellos para el año que comenzará.

Es tiempo de mirar retrospectivamente, en nosotros mismos, para recuperar la melodía, los tonos y los matices que queremos imprimirle a nuestras vidas y a nuestra tarea profesional. Es tiempo de preguntarnos…

¿Nos interrogamos sinceramente acerca del sentido de nuestra tarea?

¿Consideramos  tanto nuestros  logros como nuestros  errores o fracasos?

¿Reflexionamos  acerca de  quiénes somos,  lo que hemos hecho en cada uno de los momentos vitales del año que pasó?

Hacemos todo lo necesario para avanzar en el sendero de la mejora escolar?

Mejora en hebreo se dice Shipur, misma raíz de Shofar, cuerno de carnero que cual despertador somos llamados a escuchar desde el segundo día del mes de Elul. Lishmoa Kol Shofar… Escuchar el sonido del Shofar… Escuchar es el mandato… No hacer sonar… sino escuchar…

Escuchamos lo suficiente a todos y cada uno de los integrantes de nuestras Comunidades educativas?

El Shofar es nuestro “despertador espiritual” nos convoca al Shipur. (Mejoramiento, cambio). Pero no habrá shipur sin una real escucha.

El Shofar nos recuerda, en  su propio modo único y singular,  que somos responsables de nuestras acciones y que el Shipur y el  cambio, es siempre posible.

Escuchemos su doble llamado – el llamado a revitalizar nuestros sueños y el  llamado a ser despertados de nuestro sueño, lo que nos asegurará poder avanzar con los ojos bien abiertos hacia esa mejora que vemos allá en el horizonte.

Escuchemos!

Que en este encuentro podamos  compartir espacios que nos permitan encontrar algunas  respuestas para plasmar  los acciones  necesarias  para conducir a nuestras instituciones educativas hacia el cambio y la mejora escolar acompañando a todos y cada uno de los actores del escenario escolar hacia el logro de su plenitud como personas sanas espiritualmente.

Que estos tres días  de escucha, reflexión y diálogo sean inspiradores y nos aporten  el coraje de enfrentar los nuevos desafíos que el logro de toda mejora requiere.

Que de este encuentro cada uno de nosotros pueda emerger  con mayor creatividad y  con la energía positiva  necesaria para ser menos destructivos de nosotros mismos, de los otros y del mundo,  para el logro de una mayor armonía y paz interior.

 Que este año, pueda nuestra capacidad de oír dar lugar   a una real escucha y nuestra escucha al entendimiento, sabiendo que  en cada uno de nosotros existe la posibilidad de  reparar y mejorar, de reunir lo que está fragmentados en nuestras instituciones educativas,  para hacer así un aporte sustantivo y significativo para la construcción de una sociedad  que aun en permanente cambio, conserve el sentido de humanidad y sea testimonio de la existencia de Dios.