Cuando juntos de la mano somos mucho mas que dos.

Rabí Jaim de Zunz  nos lega este relato:

Un hombre  vagaba, perdido, a través de un espeso bosque. Había estado caminando  durante muchos días y tenía hambre, sed, cansancio y además ya estaba muy asustado. Cuando las  últimas gotas de esperanza se evaporan de su corazón, vio a la distancia  una mujer.

«Estoy salvado!», Pensó. «Sin duda, ella sabe cual es  la salida de aquí. »

El hombre  y la mujer comenzaron a correr  el uno hacia la otra y en cuanto más se acercaban  cada uno podía ver la mirada de expectante ilusión en la cara del otro. Jadeantes, dijeron al mismo tiempo: «Gracias a Dios que hay alguien más en este bosque. Pensé que nunca iba a encontrar mi camino.”

Rápidamente, el optimismo se fue de sus caras, sus hombros cayeron emitieron  un sonido de miedo y dolor al darse cuenta de que ambos estaban perdidos.

Pasó un momento antes de que pudieran levantar la cabeza una vez más, pero lo lograron. A pesar que aún estaban  perdidos, ellos tuvieron la suerte de encontrarse.

Ella ciertamente  sabía qué caminos ya había recorrido en el bosque, Y él conocía los que había andado. Juntos podrían forjar un nuevo camino que  tal vez los podría conducir a un lugar seguro. Y de no ser así, por lo menos no estarían solos.

Los dos continuaron su búsqueda en conjunto, sin saber si el camino que elegían los sacaría del bosque, pero llenos de nuevas esperanzas.

Realmente, estamos mejor cuando estamos con otros, aun cuando sabemos que vivimos en un mundo fragmentado y que al leer cada mañana el diario o escuchar las noticias por TV, en general nos llenamos  de aflicción, porque el mundo y la sociedad en que vivimos no son un dechado de virtudes.

Me pregunto, este Rosh Hashana: Si reconocer nuestros pecados, los borra, ¿No sería maravilloso si recitar los pecados del mundo podría dejar el mundo en situación de borrón y cuenta nueva?

Nuestra liturgia no proporciona una oración lo suficientemente amplia como para cubrir el estado de nuestro mundo. No tenemos ninguna plegaria para purgar los males de nuestro entorno, pero tal vez una mirada más cercana  a nuestros mundos revelará bellezas ocultas.

Vieron que a veces  miramos a la distancia un cuadro,  una obra de arte, y no nos gusta o nos parece espantosa?

Sin embargo cuando nos acercamos imágenes pequeñas  que el artista ha incorporado comienzan a aparecer, brindándonos una nueva y renovada sensación frente al cuadro, y una dimensión de análisis distinta.

Así es nuestra mirada del mundo, que se ve bastante feo cuando  lo tomamos en conjunto.

Como con las obras de arte, una mirada más cercana, a menor distancia,   a nuestro mundo podría también revelar algo mucho más atractivo que lo que vemos en la superficie.

Tratemos  de mirar más de cerca por un momento.

Te desafío, me desafío, cerremos los  ojos y abramos la mente.

Cuando hago ese ejercicio veo:

Grupos de  personas que trabajan por la paz entre las naciones en todo el planeta.

Grupos humanitarios que envían recursos y alimentos a países y zonas geográficas donde la vida es muy difícil y los recursos escasos.

Médicos y científicos que trabajan e investigan para  encontrar tratamientos y curas para enfermedades que hasta no hace muchos años provocaban la muerte.

Veo cada vez un mayor número de organizaciones que nuclean a todos los hombres sin distinción de ningún tipo.

Ahora abramos  los ojos y veamos este mismo espacio, lleno de gente que comparte un momento único de celebración, un nuevo aniversario de la Creación del mundo.

Un grupo de personas distintas unas de otras que se sienten interpeladas por las mismas memorias por la misma concepción de mundo.

Al igual que las pequeñas imágenes de una pintura,  estas son los aspectos hermosos de nuestro mundo.

Nuestra vida no debería vivirse sólo por los horrores que vemos en las noticias, sino por las alegría que encontramos en nuestros hogares, lugares de trabajo y comunidades.

A veces todos necesitamos mirar desde  una nueva perspectiva. Cada uno de nosotros tiene ese poder, y es una maravilla proponernos ayudar a otros a ver la belleza donde parece no existir.

Tal vez somos como el hombre y la mujer acerca de la que hablamos antes, ambos estaban  perdidos y asustados, pero al igual que el  bosque, nuestro mundo será menos temerario  si nos acercamos a él juntos.

Y, aunque estemos perdidos, incluso si nuestro mundo es oscuro y sombrío, podemos al menos, compartir la  esperanza de que, al igual que el hombre y la mujer errantes,  encontraremos nuestro camino a un lugar mejor.

La esperanza es una condición difícil de encontrar en estos tiempos, pero es nuestra responsabilidad, como personas cuyo himno es Hatikva, esforzarnos por incorporarla a nuestras vidas.

Amigos, es un camino difícil el  que tenemos por delante. Al término de nuestras celebraciones, de estos Iamim Noraim, vamos a salir de este «lugar seguro»  y regresaremos a un mundo que parece estar lleno de fealdad, y estaremos bombardeados por noticias deprimentes e imágenes horribles.

Pero podemos ver algo más que los males del mundo. Podemos abrir los ojos a las bellezas que dominan  la escena  incluso en las situaciones más tristes.

Y cuando podemos por nosotros mismos percibir estas bellezas, aunque pocas,  podremos ayudar a que otros las vean.

Hayom harat olam, este es el cumpleaños del mundo. Que también sea el cumpleaños de una nueva perspectiva y comprensión de las bellezas de nuestro planeta, y que sea el inicio de un año bueno y dulce lleno de visiones compartidas y de Tikva, esperanza.

LeShanah Tovah tikateivu.

DERECHOS DE LOS NIÑOS…POR UN MUNDO «REPARADO»

Hay un relato circulando, que parece adecuado para revisarnos en los días en que conmemoramos el vigésimo aniversario de la Convención de los Derechos de los Niños.

Un científico vivía preocupado por los problemas que agobian al mundo, y se propuso un día encontrar la solución para disminuirlos. Pasaba días encerrado en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo de siete años, invadió su laboratorio decidido a ayudarlo en su trabajo. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que se fuera a jugar a otro lado, pero ya que el niño no se iba, buscó algo para poder entretenerlo.
De repente tomó un mapa-mundi de una revista, y con una tijera recortó el mapa en varios pedazos,  y junto con un rollo de cinta adhesiva, lo entregó al hijo, diciendo: como a ti te gustan los rompecabezas, entonces voy a darte el mundo para que lo puedas arreglar. Aquí tienes el mundo todo roto y destrozado. Mira como puedes arreglarlo. ¡Hazlo todo solo!
El científico calculó que al niño le llevaría días para arreglar el mapa hecho pedazos. Algunas horas después, escuchó la voz del hijo que le llamaba felizmente: ¡padre, padre, logré arreglar el mundo! Al principio el padre no dio crédito a las palabras del hijo. Pensó que a la edad de su hijo sería imposible arreglar un mapa que jamás había visto.
Entonces, el científico levantó sus ojos para ver el trabajo realizado por su hijo, seguro que vería un trabajo digno de un niño. Sin embargo, para su sorpresa, el mapa estaba completamente armado. Todos los pedazos habían  sido colocados en sus sitios. ¿cómo es posible?, ¿cómo el niño había sido capaz? Se preguntaba el padre. ¿cómo lo conseguiste?, si tú no sabías como era el mundo ¿cómo lo lograste hijo?
El niño respondió:… Padre, yo no sabía como era el mundo, pero cuando tú quitaste el papel de la revista para recortarlo y hacerlo pedazos, miré que del otro lado estaba la figura de un hombre. Cuando tú me diste el mundo para arreglarlo, yo intenté pero no pude. Entonces me acordé del hombre y di vuelta los pedazos y empecé a arreglar al hombre que yo sabía como era. Cuando terminé de arreglar al hombre di vuelta  la hoja y encontré que también había arreglado el mundo.
 

 Escribió Janusz Korczac,  «No es correcto decir que los niños llegarán a ser personas: son ya personas… Son personas cuyas almas contienen la semilla de todas las emociones que poseemos. Hay que orientar con delicadeza el crecimiento de esas semillas»

 

 En 1942, Janusz Korczak y sus niños fueron transportados al campo de Treblinka. Permaneciendo con ellos hasta el trágico final. Korczak fue fiel a sus ideales, a los niños y a sí mismo. No quiso salvarse al precio de abandonar a quienes estaban a su cargo, pues en realidad vivía para ellos.

Nos legó dentro de su vasta obra un maravilloso mensaje que debería orientarnos en cada gesto, en cada acción,  en el cuidado de cada palabra que pronunciamos: “ES INADMISIBLE DEJAR EL MUNDO TAL COMO LO HEMOS ENCONTRADO”. 

En el cuento, para rearmar el mundo, el niño elige rearmar al hombre. Ciertamente sólo si logramos repararnos, podremos recrear para nuestro niños un mundo mejor del que nosotros hemos encontrado.

 

Preparándonos para recibir el 5769, en la Década de la Educación para un Futuro Sostenible

«En el mes séptimo, en el primer día del mes habrá un solemne reposo para vosotros, una conmemoración proclamada con el resonar de las trompetas, una sagrada convocatoria, no haréis ningún tipo de trabajo.»  Levítico 23:24-25

ROSH HASHANA  se celebra dos días, el 1º y el 2º día del mes de Tishrei (el séptimo mes del Calendario hebreo).

Toda la liturgia de esta festividad se basa en el concepto rabínico de «haiom arat olam» («hoy es el día de la creación del mundo»), porque en este día recordamos, de acuerdo a nuestra tradición,  la creación del hombre, la creación de Adam, el primer ser humano sobre la faz de la tierra.

El judaísmo está relacionado de un modo singular con el  concepto de creación y durante estos días sagrados dramatiza esta relación única y nos convoca a realizar los esfuerzos necesarios para mejorar nuestro mundo, nuestra sociedad, nuestras familias y en consecuencia, a nosotros mismos.
Es decir que Rosh Hashana,  que recuerda simbólicamente que Dios creó el universo nos hace un serio llamado a la reflexión acerca de lo que hicimos con el universo que Él nos dio, si lo cuidamos, si lo destruimos, si utilizamos con responsabilidad sus dones.

 La festividad tiene diversos nombres que reflejan estos conceptos:

 1)      IOM HAZIKARON, el Día del Recuerdo.

Recordamos en la lectura de la Torá  y la haftará del primer día a las mujeres estériles en la Biblia. De acuerdo con el Talmud, Sara, Rajel y Jana dieron a luz en Rosh Hashana (R. H. 10b). Por tanto, leemos la porción de la Tora sobre Sara y la Haftara sobre Jana.

Como suelo decir, estos textos nos hablan hoy de una manera diferente a la que les han hablado a nuestros padres y abuelos.

Las Naciones Unidas, frente a la gravedad y urgencia de los problemas a los que se enfrenta hoy la humanidad, ha instituido una Década de la Educación para un Futuro Sostenible (2005-2014)

En tanto estamos atravesando este decenio, Rosh Hashana es el momento propicio para reflexionar acerca de las mejores alternativas que se nos plantean para dejar de hacer del mundo un lugar estéril, e invertir nuestros mejores esfuerzos por transformarlo en un espacio de  vida. 

Iom Hazikaron se refiere también al recuerdo y a la memoria, de nuestras aciones privadas, individuales y familiares, nos interroga acerca de nuestra pertenencia comunitaria, acerca del aporte que hacemos a la sociedad en que vivimos, y respecto del compromiso con nuestro pueblo y su historia. 

2)      IOM HADIN, el Día del Juicio, en que Dios nos juzga por nuestras acciones y pecados, y  por lo que hemos hecho y participado directa o indirectamente en la reconstrucción o destrucción de su mundo.

3)      IOM TERUA, el Día del Toque del Shofar, a fin de que despierte nuestra conciencia dormida, para que tomemos conciencia de la incidencia que tienen nuestras acciones cotidianas, en el mundo, en la sociedad en la que vivimos.

Como dice una  hermosa canción en hebreo,  KOL SHANA MATJILÁ BE SIGNON SHEELÁ, cada año comienza con un  signo de pregunta….
Nada más cierto, ya que es en este período del año en que nos peguntamos: ¿Cuántas de nuestras intenciones plasmaron en acciones? ¿Qué nos propusimos ser y qué somos?  ¿Cómo actuamos con nuestro prójimo, con nuestros amigos y familiares?  ¿Acaso hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance para mejorar nuestra calidad de vida, la de nuestra familia, la de nuestra comunidad? ¿Hemos hecho lo suficiente para apoyar y demostrar nuestra unidad de destino con nuestros hermanos en Medinat Israel? 

Nos preguntamos para generar cambios internos y en los espacios que habitamos. Nos preguntamos, en este comienzo de año, día en que recordamos la Creación del Adam,  para renacer como  mejores hombres y mujeres. Nos preguntamos para transformar y transformarnos.  

Que en este año que comienza podamos encontrar en lo más íntimo de nuestro ser la fuerza y la inspiración necesarias para preguntarnos con honestidad, para  respondernos con sinceridad y poder entonces expresar en acciones el  renacimiento de nuestro corazón.